Caso Ayotzinapa: La “verdad histórica”, basada en torturas
El ahora exprocurador Murillo Karam. Foto: Miguel Dimayuga |
La investigación del ataque contra los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa y la desaparición de 43 de ellos el 26 de septiembre de 2014 –pesquisas encabezadas por Víctor León Maldonado– estuvo viciada desde el comienzo.
Las irregularidades comenzaron cuando la Procuraduría General de Justicia del Estado de Guerrero (PGJG, ahora Fiscalía General de Guerrero) detuvo, aparentemente al azar, a los dos primeros sospechosos, quienes presuntamente fueron torturados para obligarlos a firmar declaraciones que atribuían el ataque a policías municipales de Iguala y de Cocula y al entonces alcalde igualteco José Luis Abarca. Esos testimonios fueron el origen de la “verdad histórica” de la Procuraduría General de la República (PGR).
Los detenidos son Luis Alberto José Gaspar, de 18 años, y el entonces policía municipal Honorio Antúnez Osorio, de 51, aprehendidos en Iguala a principios de octubre de 2014.
Como consta en sus declaraciones preparatorias –de las cuales este semanario tiene copia–, el 25 de noviembre le dijeron al juez primero de Distrito de Procesos Penales Federales con sede en Tamaulipas, Guillermo Baltazar, que fueron torturados y obligados en la PGJG a firmar declaraciones prefabricadas.
León Maldonado, responsable de la investigación y quien estuvo en Iguala la noche del 26 de septiembre de 2014, tiene antecedentes de haber fabricado cargos en otros casos.
En 2009, cuando era coordinador general en la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO, ahora SEIDO) y en vísperas de las elecciones estatales en Michoacán, con falsas acusaciones de delincuencia organizada arrestó a 30 funcionarios públicos. Todos salieron libres vía amparo o con sentencias absolutorias.
Este es un adelanto del número 2034 de Proceso, ya en circulación.
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