Banqueros y Peña “arropan” a un enfadado Luis Videgaray

Astudillo, Peña y Robles en la 79 Convención Bancaria. Foto: Presidencia
Astudillo, Peña y Robles en la 79 Convención Bancaria. Foto: Presidencia

PROCESO

ACAPULCO, Gro. (apro).- Como se auguraba, la 79 Convención Bancaria inició aquí de manera rutinaria, sin grandes expectativas y sin noticias relevantes, salvo la puesta en marcha, en abril, del sistema de pagos interbancarios en dólares (SPID), y desarrollado por el Banco de México, que anunció el titular de éste, Agustín Carstens.
Eso sí, hubo el intento, por parte del presidente Enrique Peña Nieto y de los banqueros, de arropar al secretario de Hacienda, Luis Videgaray, que ha sido inculpado por no hacer bien su tarea en la parte que le corresponde (la política fiscal) para enfrentar los efectos, en México, de la debilidad económica internacional.
Sabido es ya que un crítico acérrimo de Videgaray, si bien muy institucional en la manera de decir las cosas, es el Banco de México, que comanda Carstens.
El propio gobernador del Banco de México mostró un ánimo conciliador hacia Videgaray, quien llegó a la sede de la convención con visible mal humor, de prisa y sin detenerse a saludar a los muchos que se lo pedían.


Dijo Carstens que en el logro de una inflación tan baja –de 2.13% en 2015, la más baja desde que se lleva un registro nacional de los precios al consumidor, hace 47 años–, “han sido de importancia toral las medidas de política monetaria adoptadas ya por muchos años por este instituto central.
“Pero –conciliador– también es pertinente mencionar que en los últimos 18 meses han sido fundamentales los abatimientos de varios precios de insumos de uso generalizado, tales como los energéticos y los servicios de telecomunicaciones, los cuales han sido el resultado de las reformas estructurales impulsadas por la actual administración”.
Y que han sido la prioridad del secretario de Hacienda, aun en demérito de una mayor aplicación en la solidez macroeconómica del país, que es su tarea fundamental.
Pero después de Carstens, pasó por el micrófono Luis Robles Miaja, presidente de los banqueros, amigo de Videgaray Caso, a quien le hizo un “reconocimiento público por su liderazgo en el trabajo conjunto realizado por las autoridades, la banca de desarrollo y nuestros agremiados”.
Defendió al secretario de Hacienda. Dijo que la reforma financiera ha sido un éxito, pues los bancos prestan más, mucho barato y a más gente y empresas, y que la banca nacional está en su mejor momento de la historia del país.
Casi casi, gracias a Videgaray: “Todos estos resultados han sido posibles gracias a que nuestro país cuenta con unos fundamentos sólidos y un crecimiento sostenible, en un entorno internacional muy complejo y volátil”.
Pero para conciliar, apapachó –cosa que nunca había hecho– a Carstens: “No puedo dejar de mencionar expresamente al control de la inflación al que se refería el gobernador Carstens. Al respecto quisiera hacer un reconocimiento al Banco de México por el manejo impecable de la política monetaria”.
En suma, sugirió que entre el Banco de México y la Secretaría de Hacienda no hay problema alguno, que marchan hombro con hombro:
Dijo Robles: “Celebramos las medidas eficaces anunciadas por el propio Banco de México, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y la Comisión de Cambios, que preside el secretario Videgaray y en la que participa el Banco de México, durante el pasado mes de febrero”.
Y como si se hubieran puesto de acuerdo, Peña Nieto, último al micrófono, secundó a Robles en esos afanes conciliadores:
Agradeció al gobernador del Banco de México la mención que había hecho de que en la baja inflación también han contribuido las reformas estructurales. Dijo que el gobierno de la República y el Banco de México, autónomo que es, sí podemos “trazarnos objetivos compartidos y mirar siempre por el bienestar y prosperidad de nuestro país”.
Sin embargo, al final de su intervención, Carstens, como cuchillito de palo, sugirió que el Banco de México no ha sido correspondido por la Secretaría de Hacienda en la magnitud de los esfuerzos para enfrentar la debilidad económica del país.
“Los bancos centrales por sí solos no pueden llevar a una economía a una situación de crecimiento acelerado y sostenido con estabilidad financiera; es indispensable una adecuada coordinación con la política fiscal y las reformas estructurales”.
De nuevo, pues, que Videgaray no hace su chamba; que deja solo al Banco de México.

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