Baja la informalidad en México, pero crece el empleo precario

En mayo pasado, en comparación anual, se contrataron a más personas con seguridad social. Sin embargo, muchos de esos empleos tienen bajos salarios o condiciones críticas.

Escrito por: Blanca Juarez
Baja la informalidad en México, pero crece el empleo precario Las noticias sobre el empleo en México son contrastantes. Por un lado, la informalidad –es decir, el trabajo que no provee de seguridad social o prestaciones— ha descendido ligeramente. Por otro, hay más puestos cuyas condiciones no son las de un trabajo digno, de acuerdo con el último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), para mayo de 2019, de todas las personas económicamente activas, 56.4% no tenía un empleo considerado formal. Ese porcentaje es 0.6% menor que lo que se reportó en mayo de 2018. Entonces, hay menos informalidad en el país. Buenas nuevas.
Pero la ENOE también informa otro dato, que es sobre la calidad de los empleos. Con la Tasa de Condiciones Críticas de Ocupación (TCCO) muestra la situación precaria de trabajo, ya sea por el tiempo que tienen que laborar, el salario, “o una combinación insatisfactoria de ambos”.
Este indicador incluye a las personas que trabajan menos de 35 horas a la semana por razones ajenas a sus decisiones, a las que trabajan más de 35 horas semanales y que reciben menos de un salario mínimo al día y las que laboran más de 48 horas semanales ganando hasta dos salarios mínimos, explica el Inegi.
Bien, del total de personas que tiene un empleo, 19.3% laboró bajo alguna de estas condiciones en mayo de este año. La comparación respecto del mismo mes de 2018 no es, como en el caso de la informalidad, de menos de 1 punto porcentual, pues en mayo del año pasado esa tasa se ubicaba en 16 por ciento. Es decir, actualmente al menos 19 de cada 100 trabajadores se encuentran en esta situación mientras que hace un año la cifra era de 16 de cada 100, lo que representa el deterioro dentro del mercado laboral nacional.

Los datos a distancia

No obstante estos resultados, es muy pronto para evaluar los resultados en materia laboral del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, opina en entrevista Rogelio Gómez, coordinador de Acción Ciudadana frente a la Pobreza.
Discutir sobre variaciones trimestrales o mensuales no muestra un grave deterioro ni un avance, comenta el sociólogo, quien ha sido consultor del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Los datos deben interpretarse a la distancia. Por ejemplo, el gobierno pasado, el de Enrique Peña Nieto, incrementó el empleo con más 2 millones de puestos de trabajo, pero también acrecentó el empleo de baja remuneración y precario, apunta.
En ese periodo, 80% de los trabajadores estaban subocupados, o trabajaban más de 48 horas, o su salario no les daba para adquirir una canasta básica, no tenían seguridad social ni prestaciones sociales.
Gómez Hermosillo considera que los malos resultados laborales que se están viviendo aún tienen que ver con lo que pasó en la administración pasada. Los datos globales muestran un “grave deterioro del empleo en México, en el salario, el acceso a seguridad social, la estabilidad del contrato y la afiliación sindical”.

Fábricas de pobreza

En la ENOE también están las personas que tienen un trabajo y están buscando otro más, pues tienen la necesidad de complementar sus ingresos. A ellas el Inegi las engloba en el indicador de población subocupada y señala que en mayo representaban 7.5% del total de los empleados en el país. En abril de este año el porcentaje fue de 7.4, así que tuvo un ligero aumento.
Tras una racha de este año, en la que el desempleo se fue incrementando mes con mes, al menos en mayo no siguió el ascenso. La Tasa de Desocupación (TD) –que incluye a quienes no tienen trabajo, pero están buscando uno— fue de 3.5% de la población económicamente activa. La “misma proporción a la del mes previo”.
Ahora, si se observa lo que ocurría en mayo de 2018, la TD estaba en 3.2 por ciento. Además, el desempleo sigue afectando más a mujeres que a hombres. El Inegi señala que en mayo 3.4% de los varones no tenía trabajo y 3.6% de las mujeres estaba en la misma condición.
Rogelio Gómez, coordinador de Acción Ciudadana frente a la Pobreza insiste, sin embargo, en que esta información no mostrará grandes cambios. Lo que pasa es que hay condiciones estructurales que están afectando el derecho al trabajo”, comenta.
Lo que se tiene que hacer, dice, es tomar en cuenta estas tendencias para tomar decisiones que las cambien. La reforma laboral fue un buen primer paso, pero tendrá que pasar mucho más tiempo para ver sus resultados, falta mucho para que el nuevo modelo de justicia laboral comience a funcionar.
Lo urgente, señala, es combatir la terciarización ilegal, el patrón sustituto y contratación inestable. La subcontratación que no cumple la ley es la que está dando ese tipo de empleos precarios, acusa.
“Mientras el trabajo no sea la fuente más importante para superar las carencias, sólo seguirá siendo una fábrica de pobreza”, subraya.

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