Megaproyectos de la 4T, entre la defensa de AMLO y el rechazo de afectados
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
• 0
Autor:
Nayeli Escalona
El Tren Maya, el Corredor Transístmico y el aeropuerto de Santa Lucía, principales megaproyectos del gobierno federal, se enfrentan al rechazo de un sector social. Mientras el presidente López Obrador afirma que éstos no dañarán el ambiente ni desplazarán a comunidades indígenas, opositores señalan que son obras basadas en el despojo y la destrucción
A lo largo del país se desarrollan focos rojos
de descontento social. Muchos de ellos, producto de megaproyectos
impulsados por gobiernos pasados, pero también están los surgidos por
las grandes obras de la administración de Andrés Manuel López Obrador,
principalmente el Tren Maya, el Corredor Transítmico y el aeropuerto de
Santa Lucía.
En ese contexto, el Ejército Zapatista
de Liberación Nacional (EZLN) ha llamado a una serie de movilizaciones
entre el 20 y el 22 de febrero, que incluyen una marcha en la Ciudad de
México por “Justicia Para Nuestro Hermano Samir Flores Soberanes” y
contra los megaproyectos.
A pesar de que los zapatistas no son los
únicos actores sociales que rechazan las grandes infraestructuras, las
resistencias no están cohesionadas. El activista Miguel Ángel García,
coordinador de Maderas del Pueblo e integrante del Istmo es Nuestro,
expone que esto se debe a que López Obrador aún “tiene un cheque en blanco de 30 millones de votantes”.
En entrevista, advierte que, gracias a
ese capital social, el gobierno “ya logró pasar las reformas energética,
educativa y biotecnológica, y vienen las reformas agraria y del agua,
que ya están en discusión. A López Obrador nadie lo cuestiona, sólo
somos unos cuantos”.
Incluso muchos opositores a
megaproyectos no necesariamente están en contra del gobierno, como
explica Lidia Suárez, colaboradora de la organización Nueva
Constituyente Ciudadana Popular de Baja California. “En mi organización
todavía siguen optimistas, esperando que la cuarta transformación mejore
las condiciones en el país, y que van a haber políticas que sí
favorezcan las necesidades sociales”.
No obstante, para la activista “eso es
relativo, porque veo una continuidad de un proyecto neoliberal. Se ve
claro por las inversiones privadas.” Nueva Constituyente lucha en
Mexicali contra la privatización y venta del agua a Estados Unidos, vía
la instalación de dos desalinizadoras; así como de la construcción de la
cervecera Constellation Brands.
De esta última, Suárez señala que se
trata de “una inversión de 750 millones de dólares que se ha estado
deteniendo por las presiones sociales. Estos megaproyectos son de mucho
riesgo, de deterioro ambiental y contra el derecho al agua de la
población”.
Por ello, considera que la nueva
política del agua es evidencia de que no hay cambio: “los diputados de
Baja California han dicho que la iniciativa de Ley de Aguas federal no
intenta privatizar pero, ¿por qué permiten que se instalen
desalinizadoras? Están poniendo las condiciones necesarias para que
estas empresas se instalen tranquilamente y hagan sus negocios y se
beneficien”.
La activista señala que tampoco existe
un cambio en la política económica: “a nivel del proyecto real de un
país que [el presidente] tanto criticaba, no veo una alternativa al
neoliberalismo. Ni veo que se le apoye a todos los pueblos originarios:
los están devastando”.
Oaxaca: renace la oposición
Las diversas resistencias se encuentran
pero no alcanzan a hacer un frente común. López Obrador “todavía tiene
un gran capital para hacer lo que quiere, como lo dice en sus mañaneras.
Se burla de la democracia. No entiendo cómo intelectuales siguen
creyendo en eso si lo dice Andrés Manuel. Mientras [la gente le] tenga
confianza, va a avalar todo lo que haga y diga [el presidente], entonces
tiene un cheque en blanco muy peligroso”, dice el coordinador de Maderas del Pueblo.
No obstante, Oaxaca puede ser el
principal obstáculo para los megaproyectos de este gobierno, considera
Mario Quintero. El integrante de la Asamblea de los Pueblos Indígenas
del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio (APIIDTT) explica a Contralínea los esfuerzos que están haciendo para cohesionar la lucha, pero a nivel regional.
“Con varias organizaciones, comunidades y
pueblos de la región, del estado y de otros estados promovemos la
campaña el Istmo es Nuestro, que reivindica la consigna de la década de
1990 por la defensa del territorio del Istmo de Tehuantepec: Oaxaca,
Veracruz, Tabasco y Chiapas.”
El opositor refiere que esa campaña fue
revivida “por el anuncio de imponer nuevamente el proyecto del corredor
interoceánico con la cuarta transformación”. Agrega que, desde 2004,
López Obrador promueve esa obra: “en su libro Un plan de nación anunció
el desarrollo del Istmo, luego en su campaña de 2006, en su campaña de
2012. No por nada visitó 11 veces Oaxaca en 2019: obviamente entiende
que es donde está la mayor fuerza de resistencia y de movilización y va a
haber mucha confronta”.
Con sede en Juchitán, la APIIDTT no sólo
promueve la campaña contra el Corredor Transístmico, sino que también
se encuentra en resistencia civil contra las altas tarifas de energía
eléctrica y por el derecho humano ésta, y es parte del Congreso Nacional
Indígena y del Consejo Indígena de Gobierno y de la Red Nacional de
Asistencia Civil. Por ello, también se opone a la industria eólica.
Resistencias desagregadas
Miguel Ángel García observa que los
movimientos de oposición sí tienen una oportunidad de frenar las grandes
obras, en especial el Tren Maya y el Corredor Transístmico: “Hay que
ganar tiempo: los inversionistas no van a venir, ésa es la gran ventaja:
no van a venir si no hay paz social”.
Pero las luchas son aisladas, como la
que libran los miembros de la Asamblea Veracruzana de Iniciativas en
Defensa del Ambiente. De ésta, el poeta Juan Alberto Arellano Mariano,
conocido como Majloc, refiere que es contra las mineras
cercanas a Laguna Verde: Caballo Blanco y El Cobre, que quieren ser
intervenidos por empresas de capital canadienses.
“Queremos la cancelación de las
concesiones mineras por el riesgo que representan, por estar en un lugar
de biodiversidad muy grande de Veracruz y de México. Principalmente,
porque están cerca de Laguna Verde.”
Arellano Mariano critica que, en su
discurso, López Obrador dice no al neoliberalismo, pero todos los
proyectos que está impulsando son neoliberales. “Ninguno es de
sustentabilidad desde adentro, que se preocupe primero por lo que se
preocupan los pueblos: por el agua, por la comida, por la seguridad.
¿Cómo quieres poner un corredor industrial interoceánico que pasa de
Veracruz a Oaxaca, una zona donde no se ha parado el problema de
seguridad? Siguen extorsiones, sigue la desigualdad. En un lugar donde
Pemex llegó y prometió progreso, pero la inseguridad creció, y donde hay
personas muy ricas y personas muy pobres”.
Otras resistencias
Los proyectos como el Tren Maya y el
Corredor Transístmico deben ser estructurados con los pueblos por medio
de consultas, además de tomar en consideración las opiniones de
científicos y académicos para que tengan el menor impacto posible en la
gente, dice Arturo Mendoza, activista del Colectivo Hermanos Serdán.
“Pero en relación con los demás megaproyectos –como la hidroeléctrica en Morelos, el fracking,
la minería a cielo abierto– sí estamos totalmente en contra. No
apoyamos ese tipo de megaproyectos. También el planteamiento del Tren
Maya y el Corredor Transístmico pues, como lo tienen actualmente, no lo
apoyamos en esa tónica.”
Arturo Mendoza asegura que el colectivo
en el que participa no espera nada del gobierno de López Obrador:
“sabemos que la problemática, primero, es de la mentalidad del modelo
neoliberal, y pues también porque muchos personajes [a favor de ese
modelo económico] siguen incrustados en el gobierno”.
Agrega que su lucha concreta es contra
la privatización del agua en Puebla. “Y también estamos defendiendo el
territorio nahua del pueblo de La Resurrección, con un juicio de amparo
por una consulta de los pueblos originarios, y estamos en pláticas con
el gobierno municipal para una reforma al Código Reglamentario municipal
donde se incluyan los derechos de los pueblos originarios”.
Atomizadas, las luchas se desarrollan
sólo para resolver problemas locales. Sebastián José Sánchez Ramos,
originario de La Resurrección, Puebla, explica que el problema social se
ha desatado por la zona arqueológica: “son 170 hectáreas donde apareció
un dueño, que supuestamente ya tenía su escritura y estaba empalmada
con las escrituras que tenemos nosotros”.
Agrega que la resistencia se agudizó
porque en mayo del año pasado el supuesto dueño con el que mantienen un
pleito legal se acercó al Infonavit para hacer negocio: “ya estaba
mostrando el terreno para vender las 170 hectáreas. El agua, los
terrenos. Preguntamos a cuánto [iban a pagar] el metro cuadrado y
dijeron que a 30 pesitos. ¡Imagínese! ¿Para qué me sirven 30 pesos? Para
nada. Ahorita ya nos organizamos, somos 450 afectados. No todos
participan, pero sí la mayoría”.
La convocatoria del EZLN
“Hace 1 año, en diciembre de 2018, el
capataz que ahora manda en el lugar que se llama México, hizo una
simulación de que pidió permiso a la Madre Tierra para destruirla,
entonces siguió unas cuantas personas disfrazadas de indígenas y le
pusieron a la Madre Tierra un pollo, trago y tortillas. Así cree el
capataz que la Madre Tierra le da su permiso para matarla y hacer un
tren que debería llamarse como su familia del capataz”, dijo el
subcomandante Moisés al conmemorarse el 26 aniversario del levantamiento
armado en Chiapas, días antes de anunciar las movilizaciones contra los
megaproyectos.
Para el 2 de enero, en su primera
conferencia mañanera de 2020, el presidente Andrés Manuel López Obrador
respondió al EZLN que no cuenta con información completa, pues la
construcción del Tren Maya traerá beneficios y desarrollo sin afectar a
las comunidades indígenas.
No obstante, el 7 de enero el EZLN
convocó a las jornadas de resistencia en febrero: el 20, acciones
dislocadas en México y el mundo en defensa del territorio y la Madre
Tierra, “por justicia para nuestros muertos, nuestros desaparecidos,
nuestros presos y en contra de los megaproyectos de muerte”; el 21, a
una marcha en la Ciudad de México que partirá de las oficinas de la
Comisión Federal de Electricidad en Paseo de la Reforma, a las 4 de la
tarde; y el 22, a una asamblea en defensa del territorio y la Madre
Tierra, en el centro de la comunidad de Amilcingo, Temoac, Morelos, a
partir de las 10 de la mañana.
Nayeli Escalona[INVESTIGACIÓN] [SOCIEDAD][D] [SEMANA]
Fuente
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Comentarios