El precio pasará de ocho a 12 pesos el kilogramo

Patricia Muñoz Ríos

Periódico La Jornada
Lunes 13 de diciembre de 2010, p. 2
La Unión Nacional de Industriales de Molinos y Tortillerías anunció ayer un incremento de cuatro pesos al kilogramo de tortilla, en promedio en todo el país, por lo que el precio pasará de ocho a 12. Sin embargo, en algunas zonas podría llegar a 13 o 14, pues en la mayoría de los establecimientos se expende a nueve o 10 pesos.

En conferencia de prensa, Lorenzo Mejía, dirigente de esa organización, informó que incluso el alimento podría sufrir un aumento mensual, “como el que se aplica a las gasolinas”, ya que, explicó, en mayo pasado la tonelada de maíz a pie de molino se cotizaba en 3 mil 150 pesos. “Hoy está a 3 mil 700, y como van las cosas tememos que alcance 4 mil en enero, mientras el gobierno federal no se da por enterado y continúa apapachando a los especuladores del grano.”

Indicó que ya se elevó 4.50 pesos el kilogramo de masa para nixtamal, por lo que se incrementa el precio al consumidor o muchas pequeñas empresas se irán a la quiebra. Sostuvo que el repunte de cuatro pesos empezará a aplicarse de inmediato en todo el país, lo cual significará un ajuste de cerca de 50 por ciento.

Explicó que el titular de la Secretaría de Agricultura, Francisco Mayorga, dijo que se alcanzó una producción récord de 25 millones de toneladas, 24 por ciento más respecto de 2009, por lo que había producto suficiente para cubrir los requerimientos nacionales e incluso que disminuyeran las importaciones de maíz.

“Sin embargo, hoy el mercado nacional es víctima de los grandes especuladores, empresas como Cargill y Gruma que, aprovechando el entorno internacional y la indiferencia del gobierno mexicano en la protección de la alimentación y la economía de los mexicanos, están escondiendo el maíz y provocando un proceso inflacionario ficticio, similar al que hace dos años generó el incremento a la tortilla de 5.50 a 8.50 y nueve pesos en promedio el kilogramo, dependiendo de la zona”, expuso Lorenzo Mejía.

En su opinión, los coyotes, protegidos y subsidiados por el gobierno federal, “tienen a molineros y productores con una bota en el cuello. Están llevando a la quiebra a miles de industriales pequeños y a la pérdida de miles de empleos y patrimonios. Por eso los costos de producción orillaron a tomar la determinación de elevar el precio, que podría llegar a mínimo 12 pesos el kilogramo en promedio, pues en algunos estados del norte del país ya se vende a 14 y 15”.

Esto es porque, aunado al alza del precio del grano, los industriales del sector están sufriendo el aumento mensual a gas, gasolina y electricidad, lo que junto con otros gastos, como pago de renta, empleados, seguro social, prestaciones, mantenimiento de maquinaria y equipo, “ha hecho que las escasas utilidades que teníamos quedaran pulverizadas”, aseguró.

El dirigente aseveró que los programas oficiales que tratan de ocultar la vergonzosa realidad, como Promasa y Mi Tortilla, son un fracaso, pues sólo benefician a uno por ciento de las industrias. En tanto, a Proharina, que “apoya directamente a Gruma, se destinan 2 mil millones de pesos”, y los respaldos dirigidos a empresarios pequeños ascienden a sólo 500 millones.

Recordó que la industria de la masa y la tortilla genera alrededor de 500 mil empleos en todo el país y la tercera parte de éstos se encuentran en peligro. Ante esa crisis proponen que la masa de nixtamal y la tortilla tradicional de nixtamal tengan precio oficial, reglamentado y controlado en todos sus niveles, por al menos 10 años; que se condonen a los pequeños productores de masa y tortilla los adeudos con la Comisión Nacional del Agua, la Comisión Federal de Electricidad, el Instituto Mexicano del Seguro Social y la Secretaría de Hacienda. Finalmente invitó a una peregrinación hacia la Basílica de Guadalupe el 14 de diciembre, para “pedir a la Virgen morena que ayude e ilumine a los gobernantes a poner orden en esta cadena productiva”.

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