Bravo Mena: ultraderecha panista
Autor: Edgar González Ruiz *
Sección: Opinión
5 Junio 2011
El candidato ultraderechista al gobierno del Estado de México, Luis Felipe Bravo Mena, representa los intereses de la jerarquía católica y de grupos empresariales, como revela su larga trayectoria vinculada a esos sectores, al grado de que se le ha señalado como dirigente de la Organización Nacional del Yunque.
Por su descrédito, el Partido Acción Nacional (PAN) buscó una alianza con el sector calderonista del Partido de la Revolución Democrática (PRD) para impulsar la candidatura del ultraderechista, pero fracasó por la oposición de personajes y grupos perredistas más congruentes con su ideología.
De Clouthier a Calderón
Bravo Mena nació en León, Guanajuato, el 28 de septiembre de 1952; curiosamente, esa fecha es, en la actualidad, el día de la lucha por la despenalización del aborto.
Está casado con María Teresita del Niño Jesús Tinoco Aldana, con quien tiene cuatro hijos: Luis Felipe, María Teresa, Mariano y Florentina. El primero de ellos, Luis Felipe Bravo Tinoco, es regidor por el PAN en Naucalpan.
Bravo Mena estudió en los colegios La Paz y La Salle, en Guanajuato; es licenciado en derecho por la Universidad de Guanajuato y tiene una especialidad en filosofía política por la Universidad Panamericana –escuela perteneciente al Opus Dei–, en la que también ha sido profesor, de 1984 a 1991.
Fue actuario en el Supremo Tribunal de Justicia de Guanajuato (1971-1973) y funcionario auxiliar en la Secretaría y Sindicatura del ayuntamiento de Guanajuato (1973-1975).
En el sector empresarial, colaboró como analista político nacional del Centro de Estudios Sociales del Consejo Coordinador Empresarial de 1978 a 1983; fue director de análisis del entorno político de la Confederación Patronal de la República Mexicana, de 1983 a 1986; subdirector del Instituto de Proposiciones Estratégicas, de 1986 a 1987, y asesor de empresas e instituciones privadas, de 1987 a 1999.
Pertenece al PAN desde 1969; fue asesor político de Manuel Clouthier en su precampaña por la gubernatura de Sinaloa en 1986 y en su campaña presidencial de 1988.
De 1999 a 2005, fue presidente nacional del PAN. Fungió además como vicepresidente en la Internacional Demócrata de Centro, de 2002 a 2004, y como primer vicepresidente de la Organización Demócrata Cristiana de América, de 2003 a 2005.
Al terminar su gestión al frente del blanquiazul, Vicente Fox lo nombró embajador de México ante el Vaticano, cargo que dejó el 25 de noviembre de 2008 para desempeñarse como secretario particular de Calderón, del 26 de noviembre de 2008 al 7 de enero de 2011.
Ha sido uno de los personajes que representan el conservadurismo más extremo dentro de los gobiernos derechistas y del PAN, por lo cual ha podido ocupar cargos como el de representar a México ante el Vaticano.
En el Estado de México ha sido candidato a presidente municipal de Naucalpan y a gobernador; fue electo diputado federal en 1991, y senador en 1994.
En 1993 basó su campaña a la gubernatura en acusar de homosexuales a los candidatos del Partido Revolucionario Institucional (La Jornada, 30 de agosto de 1993).
En 2002, cuando se preparaba a competir para ocupar por segunda vez la presidencia del PAN, Bravo Mena aseguraba que ese partido siempre se opondría al aborto (Cimac, 31 de enero de 2002).
En el Yunque
De acuerdo con investigaciones publicadas por el periodista Álvaro Delgado, Bravo Mena ha sido dirigente nacional del Yunque, organización a la que fue afiliado en Guanajuato por Guillermo Velasco Arzac, y su ceremonia de iniciación fue en el domicilio del panista Ramón Muñoz Gutiérrez, exjefe de la Oficina de Innovación Gubernamental de la Presidencia de Vicente Fox.
Según Manuel Antonio Díaz Cid, otro miembro de ese grupo, Bravo Mena fue presidente de esa organización, cargo que también ocuparon Manuel Espino y César Nava.
El exyunquista Luis Paredes Moctezuma identifica a Bravo Mena como integrante de Desarrollo Humano Integral y Acción Ciudadana (DHIAC), uno de los membretes del Yunque (Luis Paredes, Los secretos del Yunque, Grijalbo, México, 2009, página 31).
El DHIAC se dio a conocer a principios de la década de 1980, con la intención de captar dirigentes empresariales hacia el PAN; era precisamente la época en que Bravo Mena colaboraba en proyectos del empresariado.
Paredes Moctezuma afirma haber estado con Bravo Mena y otros personajes en juntas del Yunque (página 280).
La alianza
Muchos de sus correligionarios consideran absurdo que Bravo Mena se haya prestado a aliarse al PRD, de ideología totalmente opuesta al PAN y al Yunque.
Sin embargo, esa alianza es una estrategia necesaria para el partido derechista, que necesita ocultarse detrás del PRD y recurrir a una retórica antipriista.
Con esas maniobras, los únicos que ganan son el PAN, porque evita su anulación como fuerza política; la ultraderecha, porque puede llevar a su gente al poder, y los personajes convenencieros que dentro del PRD se prestan a apoyar al PAN.
Al participar en esas alianzas, el PRD deteriora su credibilidad y, sobre todo, el pueblo se ve enormemente perjudicado con la implantación de proyectos ultraderechistas, que van desde la agresión contra la economía de los trabajadores, en aras de los grandes intereses empresariales, hasta el desmantelamiento del Estado laico, objetivos principales de la ultraderecha.
*Maestro en filosofía; especialista en estudios acerca de la derecha política en México
Fuente: Contralínea 236 / 05 de junio de 2011
Fuente
Sección: Opinión
5 Junio 2011
El candidato ultraderechista al gobierno del Estado de México, Luis Felipe Bravo Mena, representa los intereses de la jerarquía católica y de grupos empresariales, como revela su larga trayectoria vinculada a esos sectores, al grado de que se le ha señalado como dirigente de la Organización Nacional del Yunque.
Por su descrédito, el Partido Acción Nacional (PAN) buscó una alianza con el sector calderonista del Partido de la Revolución Democrática (PRD) para impulsar la candidatura del ultraderechista, pero fracasó por la oposición de personajes y grupos perredistas más congruentes con su ideología.
De Clouthier a Calderón
Bravo Mena nació en León, Guanajuato, el 28 de septiembre de 1952; curiosamente, esa fecha es, en la actualidad, el día de la lucha por la despenalización del aborto.
Está casado con María Teresita del Niño Jesús Tinoco Aldana, con quien tiene cuatro hijos: Luis Felipe, María Teresa, Mariano y Florentina. El primero de ellos, Luis Felipe Bravo Tinoco, es regidor por el PAN en Naucalpan.
Bravo Mena estudió en los colegios La Paz y La Salle, en Guanajuato; es licenciado en derecho por la Universidad de Guanajuato y tiene una especialidad en filosofía política por la Universidad Panamericana –escuela perteneciente al Opus Dei–, en la que también ha sido profesor, de 1984 a 1991.
Fue actuario en el Supremo Tribunal de Justicia de Guanajuato (1971-1973) y funcionario auxiliar en la Secretaría y Sindicatura del ayuntamiento de Guanajuato (1973-1975).
En el sector empresarial, colaboró como analista político nacional del Centro de Estudios Sociales del Consejo Coordinador Empresarial de 1978 a 1983; fue director de análisis del entorno político de la Confederación Patronal de la República Mexicana, de 1983 a 1986; subdirector del Instituto de Proposiciones Estratégicas, de 1986 a 1987, y asesor de empresas e instituciones privadas, de 1987 a 1999.
Pertenece al PAN desde 1969; fue asesor político de Manuel Clouthier en su precampaña por la gubernatura de Sinaloa en 1986 y en su campaña presidencial de 1988.
De 1999 a 2005, fue presidente nacional del PAN. Fungió además como vicepresidente en la Internacional Demócrata de Centro, de 2002 a 2004, y como primer vicepresidente de la Organización Demócrata Cristiana de América, de 2003 a 2005.
Al terminar su gestión al frente del blanquiazul, Vicente Fox lo nombró embajador de México ante el Vaticano, cargo que dejó el 25 de noviembre de 2008 para desempeñarse como secretario particular de Calderón, del 26 de noviembre de 2008 al 7 de enero de 2011.
Ha sido uno de los personajes que representan el conservadurismo más extremo dentro de los gobiernos derechistas y del PAN, por lo cual ha podido ocupar cargos como el de representar a México ante el Vaticano.
En el Estado de México ha sido candidato a presidente municipal de Naucalpan y a gobernador; fue electo diputado federal en 1991, y senador en 1994.
En 1993 basó su campaña a la gubernatura en acusar de homosexuales a los candidatos del Partido Revolucionario Institucional (La Jornada, 30 de agosto de 1993).
En 2002, cuando se preparaba a competir para ocupar por segunda vez la presidencia del PAN, Bravo Mena aseguraba que ese partido siempre se opondría al aborto (Cimac, 31 de enero de 2002).
En el Yunque
De acuerdo con investigaciones publicadas por el periodista Álvaro Delgado, Bravo Mena ha sido dirigente nacional del Yunque, organización a la que fue afiliado en Guanajuato por Guillermo Velasco Arzac, y su ceremonia de iniciación fue en el domicilio del panista Ramón Muñoz Gutiérrez, exjefe de la Oficina de Innovación Gubernamental de la Presidencia de Vicente Fox.
Según Manuel Antonio Díaz Cid, otro miembro de ese grupo, Bravo Mena fue presidente de esa organización, cargo que también ocuparon Manuel Espino y César Nava.
El exyunquista Luis Paredes Moctezuma identifica a Bravo Mena como integrante de Desarrollo Humano Integral y Acción Ciudadana (DHIAC), uno de los membretes del Yunque (Luis Paredes, Los secretos del Yunque, Grijalbo, México, 2009, página 31).
El DHIAC se dio a conocer a principios de la década de 1980, con la intención de captar dirigentes empresariales hacia el PAN; era precisamente la época en que Bravo Mena colaboraba en proyectos del empresariado.
Paredes Moctezuma afirma haber estado con Bravo Mena y otros personajes en juntas del Yunque (página 280).
La alianza
Muchos de sus correligionarios consideran absurdo que Bravo Mena se haya prestado a aliarse al PRD, de ideología totalmente opuesta al PAN y al Yunque.
Sin embargo, esa alianza es una estrategia necesaria para el partido derechista, que necesita ocultarse detrás del PRD y recurrir a una retórica antipriista.
Con esas maniobras, los únicos que ganan son el PAN, porque evita su anulación como fuerza política; la ultraderecha, porque puede llevar a su gente al poder, y los personajes convenencieros que dentro del PRD se prestan a apoyar al PAN.
Al participar en esas alianzas, el PRD deteriora su credibilidad y, sobre todo, el pueblo se ve enormemente perjudicado con la implantación de proyectos ultraderechistas, que van desde la agresión contra la economía de los trabajadores, en aras de los grandes intereses empresariales, hasta el desmantelamiento del Estado laico, objetivos principales de la ultraderecha.
*Maestro en filosofía; especialista en estudios acerca de la derecha política en México
Fuente: Contralínea 236 / 05 de junio de 2011
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