Benedicto, amigo, el pueblo está contigo

Política cero
Jairo Calixto Albarrán

2012-03-26•Al Frente

Nosotros, que nos queremos tanto y que nos ufanamos de nuestro sentido de la hospitalidad, de veras que nos vimos muy mal reclamándole toda clase de asuntos al papa Benedicto XVI de una manera francamente grosera, de pésimo y artesano gusto. Nomás faltó que se le exigiera un pronunciamiento sobre los chistes de Platanito, el incierto destino de la Florence Cassez y las broncas que hay en el seno de los Pumas.

Así no se puede; cómo iba a concentrarse el sumo pontífice en promover el retorno de la sociedad al siglo XVl, asegurarse que las nuevas formas de familia fueran extirpadas y acabar con los restos de humedad del derecho a decidir, si esos laicos a la antigua, de esos que todavía suelen comer curas, querían a fuerza que el pastor del Vaticano exigiera el respeto a los Acuerdos de San Andrés y la solución a las luchas del SME.

Digo, si de lo que se trataba era de perturbar el acto político del Papa en la zona de las fuerzas más progresistas de cristeros y yunques, pues de alguna manera lo locraron, ¿eh? O sea, qué necesidad en insistir en una reunión papal con las víctimas de la filosofía de la estimulación temprana del padrote Maciel. ¿Acaso no se comprende que hay que saber perdonar y dejar que los Legionarios de Cristo puedan seguir disfrutando de las bondades de la impunidad? ¿O qué esperan, que esos grandes protectores de la moral y las buenas costumbres fueran investigados por la PGR como a García Luna Productions por sus montajes en la impartición de justicia?

Bueno, los que deberían de auscultar las puestas en escena de don Genaro son más bien los de Pecime. Además, ya dijo el vocero del Vaticano que las víctimas de los curas pederastas no fueran incluidos en la agenda fue culpa de la Conferencia del Episcopado Mexicano, que siempre ha demostrado que el tema siempre le ha parecido un asunto menor. Y Lombardi agrega que la pederastia no se da solamente en la Iglesia, que es un problema social; claro, la cosa es cómo se castiga a los perpetradores.

Como quiera que sea, los misioneros de Roma, al mandar a la banca al cardenal Rivera Carrera como si fuera el Hobbit Bermúdez eclesiástico, le ofrecen a las víctimas de las voracidades de esos depredadores con sotana aunque sea un guiño. Pobre don Norberto.

Lo bueno es que los candidatos, los políticos nacionales acudieron a misa para luego defender el Estado laico. Y todavía en León, los comerciantes del templo, ingratos, alegaban que “Juan Pablo II sí vendía, Benedicto XVI sólo pérdidas...”.


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