Un fracaso, la macroeconomía aplicada en los pasados 30 años, advierten académicos
Arturo García Hernández
Periódico La Jornada
Miércoles 28 de marzo de 2012, p. 14
Las políticas macroeconómicas aplicadas en México durante los pasados 30 años han fracasado; contrariamente a lo que prometían sus impulsores, no se tradujeron en crecimiento y desarrollo económicos y sólo han subordinado el bienestar social a los intereses del capital financiero internacional. Por eso, cualquier proyecto de gobierno que realmente se proponga mejorar las condiciones de vida de la población tiene que buscar otras alternativas e, incluso, volver a esquemas proteccionistas como ya hacen Estados Unidos, Brasil, Rusia e India.
Estos entre otros señalamientos hicieron los académicos especialistas participantes en las dos mesas dedicadas a la economía en el foro Los grandes problemas nacionales, organizado por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que acompaña la candidatura de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República.
En nombres de los organizadores, Luciano Concheiro, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, de cuyo departamento de producción económica es director, puntualizó su interés no sólo en diagnosticar los problemas, sino proponer alternativas "desde un ideario de izquierda".
El mito de las reformas estructurales
Etelberto Ortiz, economista por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e investigador de El Colegio de México (Colmex), hizo un fuerte cuestionamiento a quienes desde el gobierno atribuyen el estancamiento económico a la falta de "reformas estructurales". Recordó que éstas se han aplicado desde hace 25 o 30 años sin que hayan tenido el sentido y el alcance "que tanto festinó Carlos Salinas de Gortari", uno de los primeros presidentes en aplicarlas.
Insistir hoy en seguir haciendo reformas acordes a la doctrina neoliberal es además irresponsable, porque "el país ya no es el mismo" que cuando se empezaron a aplicar.
Arturo Huerta, profesor y jefe del departamento de posgrado de la Facultad de Economía de la UNAM, criticó que ninguno de los candidatos de los partidos que pretender gobernar el país –ni siquiera los de izquierda– se cuestionen la validez de la inserción de México en el proceso de globalización económica y mucho menos hablen de replantear la política económica dominante.
Las "reformas estructurales" que todavía hoy quiere llevar a cabo el gobierno de Felipe Calderón en el ámbito laboral, energético y fiscal, disminuirían todavía más la capacidad del Estado para atender las necesidades a la mayor parte de la población, subordinándolo a los intereses del gran capital.
En ese sentido, "no son políticas neutras, responden a un interés de clase" y benefician, en cada país donde se instauran y a escala mundial, a 0.1 por ciento de la población.
Asumiendo que el sector financiero es el gran elector, Lucio Oliver, investigador del Colmex y catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, sostuvo que cualquier intento de cambio radical en la política económica requiere no solamente de un Estado fuerte regulador, sino de una ciudadanía politizada, consciente, organizada, dispuesta a defender el cambio incluso en las calles, que se apropie de las decisiones públicas.
Dicho de otro modo: "La clave para enfrentar la crisis es recuperar la politicidad de la sociedad", porque "las elites lúcidas y fuertes, por sí solas no bastan".
Oliver insistió en que es fundamental recuperar la rectoría del Estado en la economía: "Pero no un regreso al Estado autoritario y burocrático, sino ético, moderno, democrático".
En su turno, durante la segunda mesa, Federico Novelo consideró que la solución pasa por modificar e incluso abandonar el tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá.
Por su parte, Luis Arizmendi advirtió que el mundo vive la peor crisis en la historia del capitalismo, porque su impacto no se reduce al terreno económico, sino que se refleja en las crisis alimentarias y ambientales, con lo cual "está en riesgo la vida humana en su totalidad".
Consideró que cualquier alternativa de política económica, en México y en el mundo, tiene que poner en el centro de sus prioridades garantizar la vida humana, que incluye calidad en servicios como salud, educación u alimentos básicos.
Además de los mencionados, también participó David Bakim, catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana e investigador del Sistema Nacional de Investigadores.
Fuente
Periódico La Jornada
Miércoles 28 de marzo de 2012, p. 14
Las políticas macroeconómicas aplicadas en México durante los pasados 30 años han fracasado; contrariamente a lo que prometían sus impulsores, no se tradujeron en crecimiento y desarrollo económicos y sólo han subordinado el bienestar social a los intereses del capital financiero internacional. Por eso, cualquier proyecto de gobierno que realmente se proponga mejorar las condiciones de vida de la población tiene que buscar otras alternativas e, incluso, volver a esquemas proteccionistas como ya hacen Estados Unidos, Brasil, Rusia e India.
Estos entre otros señalamientos hicieron los académicos especialistas participantes en las dos mesas dedicadas a la economía en el foro Los grandes problemas nacionales, organizado por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que acompaña la candidatura de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República.
En nombres de los organizadores, Luciano Concheiro, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, de cuyo departamento de producción económica es director, puntualizó su interés no sólo en diagnosticar los problemas, sino proponer alternativas "desde un ideario de izquierda".
El mito de las reformas estructurales
Etelberto Ortiz, economista por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e investigador de El Colegio de México (Colmex), hizo un fuerte cuestionamiento a quienes desde el gobierno atribuyen el estancamiento económico a la falta de "reformas estructurales". Recordó que éstas se han aplicado desde hace 25 o 30 años sin que hayan tenido el sentido y el alcance "que tanto festinó Carlos Salinas de Gortari", uno de los primeros presidentes en aplicarlas.
Insistir hoy en seguir haciendo reformas acordes a la doctrina neoliberal es además irresponsable, porque "el país ya no es el mismo" que cuando se empezaron a aplicar.
Arturo Huerta, profesor y jefe del departamento de posgrado de la Facultad de Economía de la UNAM, criticó que ninguno de los candidatos de los partidos que pretender gobernar el país –ni siquiera los de izquierda– se cuestionen la validez de la inserción de México en el proceso de globalización económica y mucho menos hablen de replantear la política económica dominante.
Las "reformas estructurales" que todavía hoy quiere llevar a cabo el gobierno de Felipe Calderón en el ámbito laboral, energético y fiscal, disminuirían todavía más la capacidad del Estado para atender las necesidades a la mayor parte de la población, subordinándolo a los intereses del gran capital.
En ese sentido, "no son políticas neutras, responden a un interés de clase" y benefician, en cada país donde se instauran y a escala mundial, a 0.1 por ciento de la población.
Asumiendo que el sector financiero es el gran elector, Lucio Oliver, investigador del Colmex y catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, sostuvo que cualquier intento de cambio radical en la política económica requiere no solamente de un Estado fuerte regulador, sino de una ciudadanía politizada, consciente, organizada, dispuesta a defender el cambio incluso en las calles, que se apropie de las decisiones públicas.
Dicho de otro modo: "La clave para enfrentar la crisis es recuperar la politicidad de la sociedad", porque "las elites lúcidas y fuertes, por sí solas no bastan".
Oliver insistió en que es fundamental recuperar la rectoría del Estado en la economía: "Pero no un regreso al Estado autoritario y burocrático, sino ético, moderno, democrático".
En su turno, durante la segunda mesa, Federico Novelo consideró que la solución pasa por modificar e incluso abandonar el tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá.
Por su parte, Luis Arizmendi advirtió que el mundo vive la peor crisis en la historia del capitalismo, porque su impacto no se reduce al terreno económico, sino que se refleja en las crisis alimentarias y ambientales, con lo cual "está en riesgo la vida humana en su totalidad".
Consideró que cualquier alternativa de política económica, en México y en el mundo, tiene que poner en el centro de sus prioridades garantizar la vida humana, que incluye calidad en servicios como salud, educación u alimentos básicos.
Además de los mencionados, también participó David Bakim, catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana e investigador del Sistema Nacional de Investigadores.
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