AMLO: sin ruptura, dejo el Movimiento Ciudadano

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Miles de seguidores de Andrés Manuel López Obrador llenaron ayer el Zócalo capitalinoFoto María Meléndrez
Enrique Méndez y Alma E. Muñoz
 
Periódico La Jornada
Lunes 10 de septiembre de 2012, p. 2
Andrés Manuel López Obrador anunció ayer que se separa, sin ruptura y en los mejores términos de los partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo y Movimiento Ciudadano. Ante un Zócalo lleno, anunció que en esta nueva etapa de su vida política se dedicará a trabajar en la transformación de México desde el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Anunció que iniciará un proceso de reflexión para decidir, a partir del miércoles y hasta noviembre, si continúa como asociación civil o se constituye en partido político.
En la asamblea de Morena, convocada ayer en la plancha del Zócalo capitalino, que volvió a llenarse, López Obrador reiteró que el movimiento que encabeza no es violento y que las acciones de desobediencia civil se llevarán a cabo de manera pacífica y sin afectar a terceros.
Me despido en los mejores términos. Me separo de los partidos progresistas con mi más profundo agradecimiento a sus dirigentes y militantes, dijo. López Obrador recordó su paso por el sol azteca desde su fundación, su etapa como presidente nacional y su militancia de 23 años. Tengo en el PRD muchos amigos, que en todo momento me dieron su confianza y respaldo. En correspondencia, considero que les di lo mejor de mí y los representé con entrega y dignidad. Estamos a mano y en paz, resaltó.
A la concentración, sin embargo, no asistieron dirigentes del PRD, sólo parte de la cúpula de Movimiento Ciudadano y del PT. De los gobernadores de izquierda electos en el proceso del pasado primero de julio, únicamente asistió Arturo Núñez, de Tabasco.
López Obrador extendió su agradecimiento a los 16 millones de mexicanos que votaron por él, así como a los ciudadanos de clases medias que lo respaldaron por primera vez, e hizo un reconocimiento al movimiento estudiantil de nuestro tiempo, #YoSoy132, que levantó el orgullo de muchos otros y ha dado poderosas razones para luchar por el derecho a la información, la justicia y por la democracia. Es un movimiento limpio, auténtico, independiente y creativo. Al grado de que podemos proclamar que ya se tiene relevo generacional.
En su primer mensaje público después de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) declaró válidos los comicios del primero de julio y presidente electo a Enrique Peña Nieto, el ex jefe de Gobierno capitalino definió el rumbo del movimiento que encabeza.
Mal haríamos en darle la vuelta a la página, como si nada hubiese pasado en la elección presidencial y tras el fallo de los magistrados electorales. Reiteró que no va a jugar el papel de palero del régimen antidemocrático, sino que luchará siempre por abolirlo. No vamos a dar tregua ni a otorgar ninguna ventaja, advirtió.
En esta nueva etapa del movimiento, convocó a no dejar que el desánimo prive en sus seguidores, porque, aseguró, tengo elementos para afirmar que el régimen está en su fase terminal, carece de consenso, y ello se nota en que a pesar de tratarse del supuesto regreso del PRI a Los Pinos, la gente no festejó; al contrario, hay duelo nacional.
Recordó que lleva años trabajando con intensidad, avanzando y recibiendo reveses, y que en el camino se van logrando victorias parciales, como la gubernatura de Tabasco. ¡Sí se puede! La formula es luchar, resistir, no claudicar, avanzar, caer, levantarse, recomenzar y así, hasta la victoria final.
López Obrador planteó que dejar pasar lo que ocurrió en el torcido proceso electoral sería “tanto como prestarnos a dejar cancelada, en los hechos, la vía democrática. En consecuencia –reiteró–, no voy a reconocer a Peña Nieto como presidente legítimo de México”.
Esta postura, agregó, forma parte del plan de desobediencia civil que también se presentó este domingo en el Zócalo y que, detalló, incluye el compromiso de seguir luchando bajo el principio de la no violencia, sin caer en provocaciones ni afectar a terceros. Respeto otros puntos de vista, pero no considero a la violencia como alternativa, expuso.
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Foto María Meléndrez Parada
En ese punto de su mensaje, las miles de personas que asistieron al Zócalo iniciaron el grito de ¡Revolución, revolución! El perredista manifestó, sin embargo, que la violencia genera más sufrimiento y se imponen con más facilidad quienes no tienen la razón, pero cuentan con la fuerza para reprimir.
Entre otras acciones, puntualizó que la desobediencia civil incluye la oposición a las llamadas reformas estructurales, como la laboral, la fiscal, la energética y todas aquellas que se tomen en contra de los intereses del pueblo y de la nación.
Respecto del futuro de Morena, informó que a partir de este miércoles se decidirá, de manera democrática, si prevalece como asociación civil o solicita su registro como partido.
Detalló que él por su parte asistirá como delegado efectivo a la asamblea que le corresponde, en Copilco, ciudad de México, el sábado 15 de septiembre, y convocó a sus seguidores a formar parte de los 125 mil delegados que participarán en los 300 congresos distritales en todo el país. También participará en los congresos estatales del 10 de octubre y 11 de noviembre, así como en el congreso nacional del movimiento, a celebrarse el 19 y 20 de noviembre.
Lo primero, agregó, será consolidar la organización interna de Morena; la siembra de ideas; el fortalecimiento de los valores culturales, morales y espirituales; la formación política de jóvenes, y el uso de redes sociales para contrarrestar la propaganda de los medios de información al servicio del régimen.
Uno de los objetivos principales del movimiento será la oposición, con toda nuestra fuerza, a la privatización del petróleo. Adelanto que nos opondremos a cualquier reforma al artículo 27 constitucional para entregar el petróleo a particulares, nacionales y extranjeros, dijo.
Al retomar el tema electoral, lamentó que el PRI utilizara la pobreza de los electores para obtener sufragios. “No se trata –aclaró– de juzgar a quienes por necesidad venden su voto; la perversidad es de aquellos que, valiéndose del hambre y de la miseria, compran la voluntad de los desposeídos.
Ésta fue sin duda la mayor inmoralidad que se cometió durante la pasada elección presidencial, pero también representa el mayor desafío que enfrenta el movimiento, porque si no hacemos nada para contrarrestar esta práctica inhumana y corrupta, nunca habrá auténtica democracia en México.
Porque, añadió, permitir que los poderosos que empobrecen al pueblo y después se beneficien electoralmente de sus carencias es aceptar que se instaure un sistema de esclavitud moderna.
Evaluó que el movimiento ha logrado avances, entre éstos contribuir a cambiar la mentalidad de amplios sectores del pueblo. Hemos puesto al desnudo al actual régimen con sus formas de control y manipulación. Ahora se sabe más sobre los que verdaderamente mandan y hay más claridad sobre su proceder y avaricia.
López Obrador señaló que no es sencillo lograr una transformación pacífica y profunda como la que necesita el país, porque deben enfrentarse los intereses creados, y todavía muchos mexicanos son susceptibles al engaño y a la manipulación.
Al final resaltó: no claudicaremos. ¿Vamos para adelante? ¿Vamos a seguir luchando?, preguntó a sus seguidores. ¡Sí!, respondieron.
El discurso íntegro de Andrés Manuel López Obrador en el Zócalo

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