Democracia en el Poli puede traer inestabilidad institucional

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Estudiantes del IPN, durante la marcha del 10 de octubre. Hoy en Zacatenco realizarán un foro de discusión con miras a democratizar el institutoFoto Carlos Ramos Mamahua
Laura Poy Solano
 
Periódico La Jornada
Domingo 12 de octubre de 2014, p. 36
Elegir autoridades del Instituto Politécnico Nacional (IPN) mediante votación universal, secreta y directa de estudiantes, docentes y trabajadores podría generar un proceso de inestabilidad institucional, debido a que su aplicación ha demostrado ser muy compleja, pues no podemos confundir la búsqueda de la democracia en la educación superior con la que se emplea en otros órdenes de la vida institucional del país, alertaron especialistas.
Sergio Martínez Romo, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y experto en educación superior, señaló que en el país existen diversos esquemas para designar funcionarios universitarios, pero destacó que utilizar el voto directo puede ser insensato, si no se considera que este ideal requiere un estudiantado informado y crítico. No es lo mismo la visión de un alumno de primer semestre que el de aquel que está en el décimo. Ni tampoco se pueden comparar esas visiones con las de un profesor, investigador o trabajador que pasará muchos años en la universidad.
En entrevista por separado, Enrique Fernández Fassnacht, secretario general de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, indicó que en México y en diversas universidades del mundo se ha optado por un voto ponderado del estudiantado. En instituciones europeas, dijo, son los claustros académicos los que tienen más peso.
En un artículo publicado en 2011 en la revista Perfiles Educativos, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, Romualdo López Zárate (actual rector de la UAM Azcapotzalco), Óscar M. González, Javier Mendoza y Judith Pérez, señalan que la votación directa, universal, secreta y directa para elegir a los rectores de universidades implica que la comunidad universitaria se movilice durante varios meses, lo cual distrae de las actividades académicas a estudiantes y profesores.
Además un proceso de este tipo en una institución que tiene sedes en varios estados de la República, aseguran, implica que los candidatos deban recorrerlas todas, hacer propuestas atractivas a los votantes y contar con un amplio grupo de apoyo y de representantes en cada sede. Y, desde luego, es necesario un padrón confiable de votantes, un comité o grupo organizador del proceso y una instancia calificadora que dé validez a los comicios.
Son tres las principales formas de elección en las instituciones de educación superior públicas mexicanas: voto universal (que se ha aplicado en universidades como la Autónoma de Guerrero), a través de la votación del Consejo Universitario (como la UNAM) o mediante una Junta de Gobierno (UAM, por ejemplo).
Los estudiantes del IPN en paro se han expresado por la democratización del instituto y han demandado que en el proceso para sustituir a Yoloxóchitl Bustamante participe toda la comunidad politécnica. De acuerdo con la Ley Orgánica, designar a la persona que ocupa la Dirección General es facultad del Ejecutivo federal.
En cambio, los directores de cada escuela del Poli son elegidos dentro de la institución mediante un proceso en el que participan alumnos, docentes y funcionarios, aunque no existe el voto universal y directo.
En dicho procedimiento se emite una convocatoria a la que se inscriben los candidatos que cumplen con los requisitos. El Consejo Técnico de la escuela, que cuenta con representación de los distintos sectores que la conforman, se encarga de consultar a la comunidad, pero son los miembros del organismo colegiado los que eligen directamente una terna de candidatos que es presentada a la Dirección General del instituto. Finalmente, el titular del Politécnico designa al nuevo funcionario.
(Con información de Arturo Sánchez Jiménez)

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