Tiene México el peor nivel de libertad de prensa en una década: Freedom House
Periodistas protestan ante la indolencia gubernamental. Foto: Germán Canseco |
MÉXICO, D.F. (apro).- Al avalar la intervención telefónica,
localizar usuarios de celulares y desactivar las comunicaciones durante
las protestas sociales, la Ley de Telecomunicaciones redujo aún más la
ya lastimada libertad de prensa en México –uno de los lugares más
peligrosos del mundo para ejercer el periodismo–, por lo que el país
descendió al lugar 139 de los 199 países clasificados por la
organización Freedom House en su informe sobre libertad de prensa 2014.
Según dicha agrupación, al alcanzar su “peor calificación en una década”, México formó parte otra vez de los 65 países en los que la prensa estaba considerada como “no libre” en 2014. Por lo mismo, al igual que 44% de la humanidad, los mexicanos no vivieron en un entorno de prensa libre.
Además de México, sólo cuatro países del continente americano entraron en esta categoría: Cuba, Honduras, Venezuela y Ecuador, cuyos gobiernos estrecharon el control –a veces mediante la represión– sobre la prensa.
En América Latina, sólo en Belice, Costa Rica, Uruguay y Surinam, así como en varias islas caribeñas se goza de un entorno favorable a la libertad de prensa, según Freedom House.
Al igual que “en otros países de Centroamérica”, en México “las intimidaciones y la violencia contra los periodistas continuó disparándose en 2014, ya que pandillas y autoridades locales buscaron impedir el reporteo sobre crimen organizado y corrupción en sus territorios”.
La organización se alarmó ante la regresión de la libertad de prensa en prácticamente todas las regiones del mundo, donde los periodistas sufrieron en 2014 detenciones, secuestros, censura –tanto gubernamental como de los consorcios dueños de los medios– y amenaza con mayor frecuencia.
Una excepción destacada fue Tunisia. La cuna de las “Primaveras Árabes” amplió los derechos a la información y a la crítica mientras que su nueva Constitución consagra la libertad de prensa.
Sin embargo, los demás países de Medio Oriente y de Magrheb –entre ellos Egipto, Libia, Siria, Irán o Argelia, así como las monarquías petroleras árabes– continuaron su caída en términos de libertad de prensa.
Aún los países de Europa Occidental –que encabezan la clasificación de Freedom House– enfrentan el dilema de prohibir los discursos de odio que propaga la ultraderecha –tanto de xenófobos como de yihadistas–, sin vulnerar a la libertad de expresión. La ley antiterrorista que adoptó el gobierno francés, por ejemplo,
El gobierno de Estados Unidos, uno de los países del continente en el que la prensa está considerada como “libre”, preocupó a Freedom House durante la represión y el encarcelamiento de algunos periodistas durante las protestas que estallaron en la ciudad de Ferguson, Missouri, en abril pasado, a raíz del asesinato de un joven afroamericano por parte de policías.
Además, la organización observó con angustia las medidas de espionaje operadas tanto en Europa Occidental como en Estados Unidos por parte de los servicios de inteligencia, bajo el pretexto del mantenimiento de la seguridad nacional.
Estado omnipresente
En países con Rusia o Venezuela, el Estado amplió en 2014 su control sobre la prensa mediante la compra de los medios de oposición, mientras que los medios privados “despolitizaron” sus contenidos críticos para seguir operando.
Una ley aprobada en agosto pasado obliga a todos los medios digitales con más de 3 mil visitas a registrarse ante la agencia de telecomunicación en Moscú.
Según Freedom House, el gobierno ruso aprovecha de su control sobre las televisoras internacionales para llevar a cabo “campañas de satanización” de su oposición al internacional en un contexto de “guerras de la información”.
Turquía y Azerbaiyán
Azerbaiyán resultó “uno de los peores ofensores, con nueve periodistas encarcelados hasta el 1 de diciembre”. Las autoridades clausuraron varios medios críticos o independientes.
En Turquía también, el entorno mediático continuó su deterioración “ya que el gobierno aceleró la clausura de espacios para disidentes de manera más agresiva”, al permitir el bloqueo de páginas electrónicas y al incrementar las prerrogativas de los servicios de inteligencia.
Lo anterior concuerda con un llamado que hizo hoy la organización Human Rights Watch (HRW) al gobierno turco, exigiéndole de abandonar los procesos penales en contra de ciudadanos a los que inculpó por el delito de “insulto al presidente”.
En su edición 2008, actualmente en circulación, Proceso documentó que las embajadas de ambos países se intrometieron en las conmemoraciones del centenario del genocidio armenio que se llevaron a cabo la semana pasada en la Ciudad de México.
El embajador de Azerbaiyán en América Latina, Ilgar Mukhtarov, exigió incluso a la Casa del Refugio Citlatépetl de cancelar un evento de lectura de poesía y reprogramarlo para “representar justamente las diferentes perspectivas” sobre Armenia.
Malas expectativas para 2015
Los comunicados que emitió Freedom House sobre México en los primeros cuatro meses de 2015 no anuncian una mejor calificación del país para el informe que publicará la organización el próximo año.
Desde el pasado mes de enero, la organización denunció la desaparición y la falta de investigación sobre el asesinato del periodista veracruzano Moisés Sánchez Cerezo; lamentó la “salida” de Carmen Aristegui y su equipo de MVS Noticias; llamó a investigar al asesinato del periodista oaxaqueño Abel Martínez Raymundo; y lamentó los ataques cibernéticos que sufrió la página Aristegui Noticias el pasado 19 abril, después de publicar –junto con la revista Proceso— el reportaje sobre la matanza extrajudicial perpetrada en Apatzingán, Michoacán, el 6 de enero.
En su comunicado sobre el hackeo de la página de Carmen Aristegui, Freedom House comentó:
“El periodismo de investigación se encuentra en crisis, los vacíos de información crecen en magnitud y territorio. Como en casos anteriores, la versión oficial fue aceptada y poco investigada por la mayoría de los medios de comunicación a pesar de ser confusa y de tener antecedentes como el de la ejecución de 22 civiles por parte de miembros del ejército en Tlatlaya, Estado de México en junio de 2014, hecho que fue encubierto inicialmente por parte de las autoridades y puesto a la luz por investigaciones periodísticas”.
Y abundó: “A partir del reportaje, las respuestas oficiales han sido escasas y poco claras. De manera preocupante los principales medios impresos del país no han reportado en sus primeras planas los resultados de la investigación”.
Según dicha agrupación, al alcanzar su “peor calificación en una década”, México formó parte otra vez de los 65 países en los que la prensa estaba considerada como “no libre” en 2014. Por lo mismo, al igual que 44% de la humanidad, los mexicanos no vivieron en un entorno de prensa libre.
Además de México, sólo cuatro países del continente americano entraron en esta categoría: Cuba, Honduras, Venezuela y Ecuador, cuyos gobiernos estrecharon el control –a veces mediante la represión– sobre la prensa.
En América Latina, sólo en Belice, Costa Rica, Uruguay y Surinam, así como en varias islas caribeñas se goza de un entorno favorable a la libertad de prensa, según Freedom House.
Al igual que “en otros países de Centroamérica”, en México “las intimidaciones y la violencia contra los periodistas continuó disparándose en 2014, ya que pandillas y autoridades locales buscaron impedir el reporteo sobre crimen organizado y corrupción en sus territorios”.
La organización se alarmó ante la regresión de la libertad de prensa en prácticamente todas las regiones del mundo, donde los periodistas sufrieron en 2014 detenciones, secuestros, censura –tanto gubernamental como de los consorcios dueños de los medios– y amenaza con mayor frecuencia.
Una excepción destacada fue Tunisia. La cuna de las “Primaveras Árabes” amplió los derechos a la información y a la crítica mientras que su nueva Constitución consagra la libertad de prensa.
Sin embargo, los demás países de Medio Oriente y de Magrheb –entre ellos Egipto, Libia, Siria, Irán o Argelia, así como las monarquías petroleras árabes– continuaron su caída en términos de libertad de prensa.
Aún los países de Europa Occidental –que encabezan la clasificación de Freedom House– enfrentan el dilema de prohibir los discursos de odio que propaga la ultraderecha –tanto de xenófobos como de yihadistas–, sin vulnerar a la libertad de expresión. La ley antiterrorista que adoptó el gobierno francés, por ejemplo,
El gobierno de Estados Unidos, uno de los países del continente en el que la prensa está considerada como “libre”, preocupó a Freedom House durante la represión y el encarcelamiento de algunos periodistas durante las protestas que estallaron en la ciudad de Ferguson, Missouri, en abril pasado, a raíz del asesinato de un joven afroamericano por parte de policías.
Además, la organización observó con angustia las medidas de espionaje operadas tanto en Europa Occidental como en Estados Unidos por parte de los servicios de inteligencia, bajo el pretexto del mantenimiento de la seguridad nacional.
Estado omnipresente
En países con Rusia o Venezuela, el Estado amplió en 2014 su control sobre la prensa mediante la compra de los medios de oposición, mientras que los medios privados “despolitizaron” sus contenidos críticos para seguir operando.
Una ley aprobada en agosto pasado obliga a todos los medios digitales con más de 3 mil visitas a registrarse ante la agencia de telecomunicación en Moscú.
Según Freedom House, el gobierno ruso aprovecha de su control sobre las televisoras internacionales para llevar a cabo “campañas de satanización” de su oposición al internacional en un contexto de “guerras de la información”.
Turquía y Azerbaiyán
Azerbaiyán resultó “uno de los peores ofensores, con nueve periodistas encarcelados hasta el 1 de diciembre”. Las autoridades clausuraron varios medios críticos o independientes.
En Turquía también, el entorno mediático continuó su deterioración “ya que el gobierno aceleró la clausura de espacios para disidentes de manera más agresiva”, al permitir el bloqueo de páginas electrónicas y al incrementar las prerrogativas de los servicios de inteligencia.
Lo anterior concuerda con un llamado que hizo hoy la organización Human Rights Watch (HRW) al gobierno turco, exigiéndole de abandonar los procesos penales en contra de ciudadanos a los que inculpó por el delito de “insulto al presidente”.
En su edición 2008, actualmente en circulación, Proceso documentó que las embajadas de ambos países se intrometieron en las conmemoraciones del centenario del genocidio armenio que se llevaron a cabo la semana pasada en la Ciudad de México.
El embajador de Azerbaiyán en América Latina, Ilgar Mukhtarov, exigió incluso a la Casa del Refugio Citlatépetl de cancelar un evento de lectura de poesía y reprogramarlo para “representar justamente las diferentes perspectivas” sobre Armenia.
Malas expectativas para 2015
Los comunicados que emitió Freedom House sobre México en los primeros cuatro meses de 2015 no anuncian una mejor calificación del país para el informe que publicará la organización el próximo año.
Desde el pasado mes de enero, la organización denunció la desaparición y la falta de investigación sobre el asesinato del periodista veracruzano Moisés Sánchez Cerezo; lamentó la “salida” de Carmen Aristegui y su equipo de MVS Noticias; llamó a investigar al asesinato del periodista oaxaqueño Abel Martínez Raymundo; y lamentó los ataques cibernéticos que sufrió la página Aristegui Noticias el pasado 19 abril, después de publicar –junto con la revista Proceso— el reportaje sobre la matanza extrajudicial perpetrada en Apatzingán, Michoacán, el 6 de enero.
En su comunicado sobre el hackeo de la página de Carmen Aristegui, Freedom House comentó:
“El periodismo de investigación se encuentra en crisis, los vacíos de información crecen en magnitud y territorio. Como en casos anteriores, la versión oficial fue aceptada y poco investigada por la mayoría de los medios de comunicación a pesar de ser confusa y de tener antecedentes como el de la ejecución de 22 civiles por parte de miembros del ejército en Tlatlaya, Estado de México en junio de 2014, hecho que fue encubierto inicialmente por parte de las autoridades y puesto a la luz por investigaciones periodísticas”.
Y abundó: “A partir del reportaje, las respuestas oficiales han sido escasas y poco claras. De manera preocupante los principales medios impresos del país no han reportado en sus primeras planas los resultados de la investigación”.
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