Evaluación académica, maestros al desempleo
Revista Siempre!
Reformas estructurales, venero de conflictos/I
Martín Esparza Flores
El carácter punitivo y privatizador de
la reforma educativa está por llevar la gobernabilidad a su fase más
crítica del sexenio una vez que la Secretaría de Educación Pública y las
más altas instancias del gobierno federal han reiterado que la
evaluación académica de más de 300 mil profesores en el país no tendrá
marcha atrás; es decir, que las propuestas planteadas por la
Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), así como
por expertos en la materia, para impulsar un cambio sustancial al actual
modelo educativo, serán nuevamente ignoradas, priorizando el punto de
vista empresarial que, mediante organizaciones como Mexicanos Primero,
busca cercenar la seguridad en el empleo de miles de docentes en el
país.
Tal y como aconteció en 2013, en que las
voces del magisterio fueron aisladas en la implementación de la reforma
y sus lesivas leyes secundarias, el gobierno mexicano porfía en
mantener su verticalidad en la toma de decisiones en un asunto de la
importancia y magnitud como el tema de la educación. De nueva cuenta,
tanto las autoridades como el propio sector empresarial que alienta el
modelo privatizador rehúyen debatir los irresueltos temas de la agenda
educativa como ocurrió con el debate público acordado por la CNTE y
Mexicanos Primero, el pasado 29 de mayo, y al que esta última
organización se negó a asistir a sabiendas de que el proyecto oficial
esconde parámetros e indicadores establecidos por las empresas
multinacionales y los organismos internacionales como la OCDE, para
arrebatarle a la educación su sentido social y humanista, por una
dinámica competitiva que la transforme en una simple mercancía, donde la
anunciada evaluación, lejos de alentar una verdadera superación
académica, se convierta en un instrumento administrativo para poder
despedir a miles de docentes —se calcula que 30 mil por año.
La innegable politización de la reforma
educativa, utilizada como estratagema para aminorar presión en el pasado
proceso electoral anunciando que la evaluación de suspendía por tiempo
indefinido para después regresar con el argumento de que se aplicará a
como dé lugar, no únicamente trastocó la negociación que se mantenía con
las diversas secciones de la CNTE, sino que sacó a la luz una serie de
falacias que por la falta de recursos presupuestales serán inviables de
llevar a la práctica, como la puntual ejecución del nuevo programa de
estímulos a la docencia, anunciado a finales de mayo, y que suplirá a la
carrera magisterial.
Como una burla a los profesores, los
lineamientos contemplados en el nuevo proyecto supeditan el pago de las
compensaciones extras a la disponibilidad de recursos; es decir, que en
los actuales momentos de estrechez presupuestal sencillamente de nada
valdrá que los mentores cubran con los perfiles de superación académica
establecidos por el cuestionado Instituto Nacional de Evaluación
Educativa (INEE). Al no haber fondos públicos, sencillamente no existe
la obligación gubernamental a otorgar tales estímulos.
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