Bolivia crece sin neoliberalismo

Revista Siempre! 
 
Sí hay opciones
Martín Esparza Flores

A la tecnocracia mexicana, casada con el neoliberalismo, le produce urticaria hablar del milagro económico registrado en la última década en Bolivia, modesto país del cono sur que a la llegada de su primer presidente de origen indígena, Evo Morales, en 2006, inició un proceso de nacionalización de sus recursos naturales, renovables y no renovables, acompañado de un esquema de mejoramiento a los salarios de la clase trabajadora que le ha permitido bajar los precios de la luz, el gas y las gasolinas en bien de la economía de millones de familias; pero, además, encabezar por segundo año consecutivo el mayor crecimiento de los países latinoamericanos con un 5.3% del PIB.

Contrario a lo que ocurre en México donde las reformas estructurales, especialmente la energética, echaron reversa a las conquistas nacionalistas sobre la propiedad y control estratégico de las industrias eléctrica y petrolera, olvidando que es el valor agregado de las mismas lo que produce riqueza y bienestar a las naciones que las poseen, en Bolivia empresas extranjeras como Repsol fueron desplazadas del control en el manejo de los hidrocarburos y otras más como Entel, filial de la italiana Telecom, del manejo de la telefonía, otra de las áreas establecidas como vitales y de primer orden en el ramo de las telecomunicaciones, para el proyecto nacionalista de Evo Morales.

Lo que acontece en Bolivia por supuesto que no es tema de los analistas financieros ni de México ni del mundo pues representa el mejor ejemplo de que fuera de la esfera neoliberal y su política global impuesta por los organismos financieros internacionales —FMI, BM, OCDE y BID— hay opciones para que los países pobres salgan adelante con el aprovechamiento de sus riquezas naturales.

¿Qué tienen que argumentar a favor del modelo neoliberal los tecnócratas que por seis sexenios lo han impuesto como medio de salvación a la quebrada economía mexicana y el no menos deteriorado nivel de vida de los mexicanos, 60 millones en la pobreza extrema?

Los datos avalados por el propio Banco Mundial no admiten duda alguna de que en nuestro país la clase política porfía en ir por el camino equivocado: la actual administración recibió una paridad de 12 pesos por dólar; ahora estamos a 16.20 y muy pronto llegaremos a los 17 pesos por dólar. En la modesta Bolivia la paridad es de 6.92 bolivianos por un dólar. Haber recuperado para beneficio de su pueblo y el fortalecimiento de su economía el control de sus energéticos y riquezas mineras, les ha permitido elevar sus reservas internacionales, y a pesar de la baja en los precios del petróleo seguir elevando los salarios a la vez de impulsar la instalación de ensambladoras para ofrecer computadoras, tabletas y equipo de tecnología de punta, a bajo precio.

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