Al rescate de CFE
Por Martín Esparza Flores
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Un CFEproa
Al trascender que el ahorro del 2 por
ciento en la tarifas eléctricas residenciales para el 2016 será pagado
con el dinero de todos los mexicanos, según lo aprobado por la Cámara de
Diputados en el presupuesto de egresos del presente año que autoriza la
transferencia de 30 mil millones de pesos a la CFE, quedan una vez más
en tela de juicio los beneficios directos y tangibles de la Reforma
energética y la creciente ineficiencia y rentabilidad de la ex “Empresa
de Clase Mundial”, tan ponderada por el expresidente Felipe Calderón.
Directivos de la ahora empresa
productiva del Estado saben perfectamente que la CFE se encuentra al
borde del precipicio financiero, por atemperar con eufemismos a su
consabida “quiebra técnica”, que viene arrastrando desde hace más de un
lustro.
Ha llegado el momento de que la Comisión
de Vigilancia de la Cámara de Diputados y la Auditoría Superior de la
Federación (ASF), practiquen un acucioso análisis de los
multimillonarios fondos y transferencias presupuestales que se hicieron
en los últimos años para mantener con “vida artificial” a una empresa
que ha sido aniquilada en su rentabilidad y operatividad por la
silenciosa privatización del sector eléctrico que iniciaron los
gobiernos panistas desde la llegad de Vicente Fox al poder, en el 2000.
Sin aventurarnos en el terreno de las
exageraciones, podemos afirmar que al sumar las cuantiosas inyecciones
de fondos públicos a la antes paraestatal, estaremos ante un escenario
similar al presentado por el Fobaproa, en este caso un CFEproa,
o en palabras llanas, un barril sin fondo al se sigue echando dinero
bueno al malo, vía impuestos de los contribuyentes, por supuesto.
En su Informe de Rendición de Cuentas
2006-2012, los funcionarios salientes de la CFE dejaron en claro que la
intención del gobierno de Calderón nunca fue el bajar las tarifas
eléctricas en beneficio de la población como lo esgrimió al extinguir a
Luz y Fuerza del Centro, en octubre del 2009. “Las tarifas domésticas,
agrícolas y de servicios municipales fueron actualizadas mensualmente
con factores fijos”, estableció el documento.
Pero esta alza de tarifas en perjuicio
de la economía de millones de familias pobres no repercutió en
estándares de excelencia y ahorros tras el despido de los 44 mil
electricistas del SME; para atender la zona centro del país, a partir
del 2009, la CFE obtuvo partidas extras para echar a andar el “operativo
de mantenimiento”, detalle que terminó costándole al país, en el
gobierno de Calderón, un gasto extra por 140 mil millones de pesos.
Además, si se considera que del 2006 al
2012 el Congreso le autorizó a la CFE, para subsanar su “déficit de
operación”, un billón 180 mil millones de pesos, que se elevó hasta
alcanzar el billón 446 mil millones de pesos, podemos afirmar que su
sostenimiento es un esquema similar al del Fobaproa, con la salvedad de
que el rescate no es ahora en favor de los banqueros sino de empresas
trasnacionales.
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