Alerta Chapingo sobre riesgos de lodos tóxicos extraídos de zona del NAICM

Más de 4 millones de metros cúbicos de lodos tóxicos que contienen boro, cloro, sodio y carbonatos, y que han sido extraídos de la zona donde se construye el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), se depositaron en socavones de las minas que están en los poblados de Tequesquinahuac, San Luis Huexotla y Tlaminca, denunció el investigador José Espino Espinoza, de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh).
Además, Tlaminca es reserva natural protegida, por lo que alertó que el depósito irregular de lodos ha comenzado a causar efectos negativos, sobre todo contaminación de los mantos acuíferos de la zona; Texcoco es un área de alta de recarga.
Los efectos más graves se van a empezar a sentir en menos de 10 años: los pozos de agua potable van a empezar a tener agua salina o con algunos de los componentes o contaminantes que llevan los lodos, explicó.
El riesgo, dijo, se acelera porque se depositan al nivel original de lo que escarbaron de las minas, aproximadamente a 50 metros, y los mantos acuíferos están entre 150 y 180 metros de profundidad.
El problema es que puede afectar todo el acuífero de Texcoco, que abaste a sus 59 comunidades. Incluso, en algunas se hacen perforaciones a 280 y 300 metros, porque sus sistemas de ya no los abastecen. El boro, por ejemplo, produce esterilidad, advirtió.
El especialista precisó que el depósito de más de 4 millones de metros cúbicos de lodos tóxicos sacados de los terrenos donde se edifican la terminal aérea –en el ex lago de Texcoco– significa que al menos 200 hectáreas han sido cubiertas con este material, cuyo espesor es de 30 centímetros.
Adviritó que de acuerdo con estudios realizados por la UACh, los lodos son más tóxicos que los azolves y aguas negras de los canales de drenaje profundos.
Estos últimos llevan materia orgánica y metales pesados en pocas cantidades, y al momento de utilizarse en zonas de riego contaminan los cultivos. En cambio, los lodos contienen salitre y carbonatos que impiden la regeneración de la tierra de forma natural.
Espino Espinoza aseguró que han alertado de la contaminación al Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, pero hasta el momento no se les ha hecho caso.
La única alternativa, refirió, es sacar esos lodos de los poblados afectados y que se los lleven a otro lugar, donde se les apliquen las normas federales, estatales y municipales para cuidar el ambiente.
La norma dice que los lugares donde se depositan ese tipo de residuos deben ser permeabilizados, garantizar la digestión del biogás y que no haya filtración a los mantos freáticos. Esa es la solución técnica, pero cuesta una millonada, concluyó el investigador.
 
 

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