EPN pasó del "Momento México" al desacierto económico

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▲ Al inicio de su sexenio, el presidente Peña Nieto tenía un gran nivel de aprobación y la ciudadanía elevadas expectativas.Foto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Viernes 30 de noviembre de 2018, p. 23
En vísperas de que concluya este viernes a la medianoche la administración de Enrique Peña Nieto, el balance de resultados arroja que después de una gran aprobación y elevada expectativa sobre el desarrollo futuro del país, que llegó a ser calificado como el Momento México, concluye con un alto endeudamiento que no se justifica con los mediocres resultados de crecimiento económico, fracaso de la reforma energética e inconsistencia en los anuncios de recortes del gasto e inversión, entre otros, opinaron especialistas en materia económica.
José Luis Calva Téllez, integrante del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, recordó que el gobierno de Peña Nieto empezó con muchas expectativas favorables. Se hablaba del nuevo PRI con un proyecto diferente y arrancó con la firma del Pacto por México.
En el Pacto por México se fijan objetivos: que la economía crezca por encima de 5 por ciento anual e incrementar el coeficiente de inversión fija bruta a 25 por ciento del producto interno bruto (PIB).
En los meses subsecuentes, incluso en sus giras internacionales, Peña Nieto estuvo hablando de un crecimiento anual de entre 5 y 6 por ciento si se aprobaban sus reformas estructurales.
Pero la realidad es que estamos cerrando 2018 con un crecimiento de 2.1 por ciento y el promedio del sexenio es 2.2 por ciento anual, esta cifra está ligeramente por debajo del crecimiento medio observado durante toda la aplicación del modelo económico neoliberal.
Los resultados, en términos de crecimiento económico, son totalmente contrarios a los pronosticados y están asociados a las llamadas reformas estructurales de Peña Nieto, que tuvieron un efecto contrario a los objetivos propuestos, aseguró el especialista.
Con la reforma energética de 2014 Peña Nieto ofreció que la producción de petróleo crudo iba a aumentar de 2.5 millones de barriles diarios a 3 millones. Estamos cerrando 2018 con un promedio de un millón 800 mil barriles al día.
En términos de gas natural, la producción iba a aumentar de 6.4 millones de pies cúbicos diarios a casi 8 millones, pero en lo que va de 2018 tenemos una producción promedio de 4.8 millones de pies cúbicos diarios.
Deuda injustificable
Es importante señalar que durante la gestión de Enrique Peña se insistió que en caso de aprobarse la reforma energética el precio de los combustibles iba a bajar. Lo ocurrido fue que se duplicó el precio de las gasolinas, con lo que también aumentó al doble la meta de inflación del Banco de México.
La deuda pública se duplica en términos nominales y no se justifica ni en términos de crecimiento del PIB, del empleo, ni del bienestar de los mexicanos, subrayó José Luis Calva.
Al respecto, Gabriela Siller directora de análisis de Banco Base, señaló que al inicio del sexenio de Peña Nieto la deuda pública representaba 33 por ciento del PIB, mientras que a la fecha se ubica en 46 por ciento, cerca del nivel considerado como techo de endeudamiento para una economía como la de México.
Otro desacierto fueron los anuncios de los recortes al gasto público sin cumplirlos.
En 2015 anunció un recorte al gasto de 124 mil 300 millones de pesos. Ante la persistente tendencia a la baja del crudo, el 17 de febrero de 2016, se mencionó otro ajuste al gasto por 0.7 por ciento del PIB, es decir, 132.2 mil millones de pesos.
Posteriormente, el 25 de junio de 2016, la SHCP comunicó el segundo recorte al gasto público en ese año por un total de 31 mil 715 millones de pesos.
Sin embargo, el análisis de la composición del gasto público en el sexenio de Peña Nieto destaca que el gasto corriente pasó de representar 73.6 por ciento del total del gasto programable en 2013 (su primer año de gobierno), a representar 79.5 por ciento en 2017, mostrando un crecimiento promedio anual de 5.4 por ciento.
A su vez, el gasto en inversión física, el cual tiene un efecto multiplicador sobre la economía, pasó de representar 22.2 por ciento del gasto programable en su primer año de gobierno a 14.7 por ciento en 2017, decreciendo en promedio a una tasa anual de 2.8 por ciento.
En conclusión, los desaciertos económicos parecen haberse concentrado en el manejo de las finanzas públicas: endeudamiento, forma de gasto e inconsistencia entre lo anunciado y lo llevado a cabo, remató Gabriela Siller.

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