¿Globalizaciones diferentes?
¿Globalizaciones diferentes?
Por Francisco Plancarte y García Naranjo
La globalización financiera hizo más ricos a los ricos,
no obstante que los intereses globales de la humanidad —que hoy está
casi totalmente interconectada— son mucho más trascendentes y éticamente
superiores.
De igual manera, la soberanía de la humanidad está por encima de los mosaicos de las soberanías nacionales, que hoy amenazan con fomentar la división y el racismo
pero en el fondo sirven para proteger los privilegios de las élites de
poder político y económico, en medio de la ausencia de una legítima
gobernanza global en favor de la población mundial.
Por lo tanto, es necesario regular la globalización económica y financiera con la globalización del derecho,
mediante un sistema parlamentario mundial que tenga las atribuciones
suficientes para expedir la legislación mundial e instituir una
autoridad parlamentaria debidamente facultada para hacer cumplir dicha
legislación en beneficio de 99 por ciento de la población, y no solo de 1
por ciento que, como ya se ha dado a conocer, hoy tiene la mitad del
total de la riqueza del mundo.
Consecuentemente, si bien es cierto que
son globalizaciones diferentes, ambas están íntimamente relacionadas y
deberán ajustarse hacia una nueva civilización global de más de 7,500
millones de personas, para un progreso social equitativo que rompa los monopolios económicos y fomente la colaboración de ricos y pobres, así como la libre competencia con responsabilidad social a favor de la dignidad de la persona humana.
Tenemos poco tiempo para realizar los
cambios que requiere el mundo actual en favor de las nuevas
generaciones, que tienen derecho a heredar instituciones y leyes
globales para afrontar estos graves retos en un futuro inmediato. Para ello es indispensable impulsar con todas nuestras fuerzas el derecho y la ética universal
en todas las universidades y los medios masivos de comunicación
aprovechando al máximo las nuevas tecnologías y el uso inteligente y
constructivo de las redes sociales.
Es urgente la educación de la juventud
basada en este nuevo paradigma de convivencia pacífica sustentado en el
respeto de los derechos humanos y el Estado de derecho, tanto en lo
nacional como en el ámbito global de manera subsidiaria. En Japón se educa a los niños y jóvenes para ser ciudadanos del mundo, con conocimientos multiculturales profundos y máximas habilidades tecnológicas.
Claro que sí es posible este nuevo paradigma multicultural de gobernanza global,
porque simplemente es proyectar lo que ya se aplica en la Unión Europea
hacia una comunidad mundial, con el procedimiento jurídico y político
ya analizado anteriormente en este espacio y que consiste en construir
en la ONU un sistema parlamentario mundial bicameral, para lograr el
equilibrio político mundial con la Cámara de las Naciones y la Cámara de
Representación Ciudadana con fundamento en el Artículo 109 de la Carta
de San Francisco de 1945.
Por otra parte ya nada puede parar los avances de la ciencia y la tecnología de la humanidad interconectada y asociada a la inteligencia artificial
(IA), que también será necesario regular y controlar por el propio
sistema parlamentario mundial, privilegiando nuestra inteligencia humana
(IH) y nuestro futuro luminoso.
Todo está relacionado para poner los
cimientos sólidos de una sociedad global consciente, que en su gran
mayoría solo desea vivir en paz.
Finalmente cada generación tiene su
propia responsabilidad y hoy a nosotros nos toca insistir en la
imperiosa necesidad de trabajar en conjunto por el imperio del derecho
global, por encima de los intereses egoístas de la brutal concentración de la riqueza, del flagelo de las guerras, del peligro de autodestrucción nuclear o del ecocidio generalizado.
A grandes males grandes remedios, hacia
una convivencia en armonía en este nuestro maravilloso planeta azul, con
un destino común.Fuente
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