Ciudad Juárez: los jóvenes no quieren laborar en maquilas

En ferias de trabajo buscan atraer mano de obra
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▲ Siete de cada 10 puestos son para personal operativo.Foto Dora Villanueva
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▲ El Henequén.Foto Dora Villanueva
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Periódico La Jornada
Lunes 22 de abril de 2019, p. 16
Ciudad Juárez, Chih., Frente a una falta de casi 20 mil empleados operativos para mover las 383 maquiladoras instaladas en Ciudad Juárez, las empresas improvisan tianguis del empleo en al menos ocho puntos del municipio. Las necesidades de mano de obra son evidentes. Los reclutadores se mantienen desde las 6 de la mañana, sin hora de salida, en las oficinas ambulantes que ellos colocan.
En El Henequén, improvisada feria del empleo, se enfilan mesas con ofertas laborales. Hay con paga de entre mil y 3 mil pesos por cinco días a la semana (arriba del salario mínimo en la zona, que desde el pasado primero de enero es de 176.72 pesos). Las propuestas más bajas son para operativos en maquila, con bonos y otros incentivos para evitar la habitual rotación de personal. También para guardias de seguridad en el consulado, con inglés y sin antecedentes penales en Estados Unidos.
Entre curiosos y quienes buscan trabajo, hay mujeres de 50 años y jóvenes de no más de 20 que entrarán a laborar en esa industria. En ciertos casos, el testimonio de alguna candidata es que ya trabaja en uno de los tres turnos que ofrece la maquila fronteriza, pero dice disponer de tiempo, además de necesidad de más dinero, para aplicar por una segunda jornada laboral.
Pásele. ¿Primero, segundo o tercero? ¿Cuál busca? Bonos de puntualidad, uniforme, se disputan los reclutadores para hacerse de los mayores interesados en su oferta. Después, una vez reunido el número suficiente, los llevan en camionetas pick up a empresas. Por cada trabajador que acerquen les pueden dar entre 100 y 500 pesos, dependiendo del proyecto, afirma una de ellas.
Siete de cada 10 empleos que ofrece la maquila en la ciudad –más de la mitad para la industria automotriz– es para personal operativo, dos para técnicos y uno para administrativo, informa Raúl Varela Tena, director de Cenaltec Juárez, centro que se dedica a la capacitación técnica para ese sector.
Eso implica que gran parte del empleo que sostiene la economía de la región se ancla en salarios mínimos para los trabajadores del noveno municipio con más pobreza extrema en el país.
Tanto él como Bernardo, reclutador de El Henequén, recuerdan en conversaciones por separado que hace poco más de 10 años la violencia y la crisis en Estados Unidos ahogaron la oferta laboral de Ciudad Juárez.
En la actualidad, la desaceleración de la economía del país vecino y de la industria automotriz mexicana, así como la delincuencia y las medidas de tránsito más lento en las garitas –efecto de las políticas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump–, no han tenido eco en una reducción del déficit de personal en la industria.
Ahora hay mucho trabajo. Estuvo muy feo hace 10 años, pues no había ni para barrer, cuando empezó la violencia. De hecho, ahora está la violencia en grande, pero no se meten con la gente, asegura. Considera que a esa percepción ha ayudado una menor presencia de cuoteros, es decir, las personas que cobran derecho de piso.
Los jóvenes no quieren trabajar en la maquila y menos en la parte operativa, dice Javier Gómez Herrera, coordinador de Programas y Proyectos de la Fundación Comunitaria de la Frontera Norte (FCFN). Principalmente, agrega, porque tienen el antecedente generacional de las condiciones de vida que implica.
Gómez Herrera lidera un proyecto para capacitar jóvenes en áreas técnicas de la maquila y otros oficios con los que sus ingresos se pueden triplicar al considerarse empleados especializados. El programa comienza con actividades colaborativas y busca que quienes lo cursen se inserten al final en un trabajo con mejores condiciones.
En IMP, empresa donde termina el programa, sus directivos admiten que de 3 mil 900 jóvenes que han entrado a la convocatoria del FCFN desde 2011, 32 llegaron a capacitación y sólo uno está contratado como técnico. Las bajas documentadas se deben a problemas familiares y económicos, explican.
Un grupo de jóvenes de entre 16 y 28 años que participa en el programa no se asume como vulnerable a condiciones de violencia diferentes a las que pueden existir en otro lugar del país, pero sí de lo precario del mercado laboral.
Está mal que se piense que sólo en Ciudad Juárez existen violencia y drogadicción. Hay estupefacientes, pero no en todos lados, señala un joven. Ciudad Juárez es considerada la quinta urbe más peligrosa del mundo por su tasa de homicidios.
Una de sus compañeras plantea: En el ámbito laboral está muy cerrado: profesionista u operador. Si eres lo primero te piden bastante experiencia, y en lo segundo no va a alcanzar. Está muy cerrado el ámbito laboral.
En el más reciente ejercicio intercensal, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó que la tasa de desempleo en esa ciudad es de 3.56 por ciento. De los que trabajan, cuatro de cada 10 lo hacen en la industria.
También, cuatro de cada 10 ganan entre uno y dos minisalarios.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social tiene catalogado a Ciudad Juárez como el noveno municipio con más pobreza extrema del país.
De acuerdo con su medición, más de la mitad de su población tiene ingresos por debajo de la línea de bienestar. En un registro más reciente, el Inegi especificó que 26 por ciento de la población en el segundo municipio más importante para la maquila en el país, sólo detrás de la también fronteriza Tijuana, tiene entre 15 y 29 años.
En este contexto, Marisol Fernández, directora de Inversión Social de Nacional Monte de Piedad, indica que el caso de Ciudad Juárez es paradigmático en el tema del empleo juvenil por las aristas que encierra.
El reto de algunos programas gubernamentales, como Jóvenes Construyendo el Futuro, es que atiendan la dimensión local del empleo para garantizar su eficiencia en la creación de empleo digno, expone.

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