Pozo de Pemex en Mecatepec, Veracruz, “desapareció” de la noche a la mañana
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Autor:
Adalberto Ruiz Mojica*
Desde hace más
de 4 meses, Petróleos Mexicanos (Pemex) inició la preparación de la
“pera” de perforación, que consiste en suministro de materiales para
construir la base del terreno de maniobras del pozo Mecatepec número
9110; este terreno fue compactado al 95 por ciento Proctor,
posteriormente terminado con grava triturada de ¾’. El trabajo duró
aproximadamente 30 días en un lote de más de 8 mil metros cuadrados y
para éste se utilizó maquinaria pesada, como tractor D-8,
moto-conformadora, vibro-compactador, camiones de volteo, pipas de agua,
etcétera.
Posteriormente llegaron pipas de 20 mil
litros para cargar combustible, grúas telescópicas de 30 y 40 toneladas,
además de todo el equipo necesario para levantar la torre de
perforación… Se levantó, pero nunca encendieron la maquinaria para
perforar: la tubería de 2 7/8’ no se metió ni sacó jamás; es decir,
durante más de 2 meses esta torre de perforación estuvo inactiva, así
como los más de 40 trabajadores de Pemex asignados a su supuesta
operación.
Las maniobras duraron hasta el pasado 11
de abril: al otro día –viernes 12–, sorpresivamente ya no amaneció la
torre y rápidamente empezó a desaparecer toda la maquinaria pesada.
Esto, sin duda, merece una explicación por parte de Pemex.
Para los que vivimos en Poza Rica, no es
una sorpresa que algo así suceda con los proyectos de la petrolera del
Estado. En este caso, todos en la región advertimos que los trabajadores
de Pemex no perforaron ni un metro lineal: sólo se trató de una gran
escenografía para engañar y defraudar, otra vez, a los mexicanos y,
quizá, a autoridades como el director general, Octavio Romero Oropeza, y
la flamante secretaria de Energía, Rocío Nahle.
El montaje es más de lo mismo: una
acción gatopardiana para robar millones de pesos al erario, como el
fraude del proyecto Faja de Oro (también conocido como Paleocanal de
Chicontepec o Aceite Terciario del Golfo). En este último caso, el
proyecto cambió de nombre con cada presidente de la República, para
hacer creer a los mexicanos que era nuevo. Su centro de operaciones
también fue en la región de Poza Rica, donde los gobiernos de los
panistas Vicente Fox y Felipe Calderón derrocharon más de 14 mil
millones de dólares para producir actualmente la ridícula cantidad de 30
mil barriles diarios, que apenas alcanzan para cubrir la tercera parte
de la nómina de 4 mil trabajadores activos y 9 mil jubilados en esa
región veracruzana.
Para los mexicanos no hubo ningún
beneficio por ese proyecto aceitero; por el contrario, fue un
estrepitoso fracaso. Para los funcionarios corruptos de Pemex y para las
decenas de empresas petroleras extranjeras, que saquearon a los
mexicanos ese monto multimillonario a lo largo de 10 años, fue un gran
negocio.
Ahora, en la llamada “cuarta
transformación”, todo parece indicar que algunos servidores públicos de
la petrolera continuarán con sus prácticas de corrupción, cinismo,
ineptitud, amiguismo y favores. En especial, en beneficio de políticos
ineptos y corruptos.
El pueblo de México se merece una
explicación sobre este triste episodio sucedido hace unos días. ¿Por qué
se canceló el pozo? ¿Acaso no encontraron hidrocarburos? ¿Fallaron los
cálculos de exploración? O, ¿qué tipo de trabajos petroleros realizaron
allí?
Ojalá estemos equivocados, pero nuestra
experiencia nos dice que es, por lo menos, otra ocurrencia costosa de
funcionarios incompetentes quizá, incluso, solapada por Nahle y el
ingeniero agrónomo Romero. Y ya que estamos hablando de ineficacias, no
hay que olvidar que Pemex sigue desperdiciando su capital humano para
evaluar sólo afectaciones de pequeñas propiedades, donde perforará pozos
o tenderá líneas de ductos.
Adalberto Ruiz Mojica**Arquitecto
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