Áreas exclusivas para “recomendados” en Centro Médico Siglo XXI-IMSS
• 0
Fuente
En las últimas semanas, dos movimientos en el gabinete y cuatro procesos judiciales han dejado en claro que Andrés Manuel López Obrador no bromea en dos puntos: austeridad y cero impunidad.
Primero, la renuncia del panista Germán
Martínez al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en donde
pretendía, como se hacía en el pasado, gastar el presupuesto público sin
control, igual que cuando sirvió a su jefe Felipe Calderón en uno de
los sexenios de mayor corrupción gubernamental. Por cierto, Martínez fue secretario de la Función Pública y desde ese cargo nada hizo contra la corrupción.
Este panista incrustado al morenismo
–como senador– creyó que presentando su renuncia al presidente de la
República éste le rogaría que se quedara, pero para su sorpresa no sólo
se la aceptó, sino que además lo exhibió como un servidor
público débil, sin carácter para enfrentar problemas e inepto para
dirigir una institución tan importante como es el IMSS,
organismo de salud que enfrenta graves problemas precisamente por las
pésimas y corruptas administraciones panistas y priístas.
El segundo movimiento en el gabinete tiene que ver con la renuncia de la secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales,
Josefa González-Blanco Ortiz-Mena, quien abusó de su cargo al retrasar
la salida de un vuelo de un avión comercial porque “se le hizo tarde”.
Fue precisamente en Palacio Nacional desde donde López Obrador aceptó
la renuncia como una muestra de que no se tolerará el abuso de poder.
Por eso causa extrañeza que algunos servidores públicos sigan sin entender que la forma de gobernar ya cambió y quien no se aplique y siga actuando impunemente, como se hacía en el pasado, tendrá que dejar el cargo y enfrentar a la justicia.
Otra sorpresa para la población fueron las
órdenes de aprehensión giradas en contra de servidores públicos y
empresarios involucrados en delitos por colusión en actos de corrupción
vinculados con empresas propiedad de Petróleos Mexicanos. Se trata de
la detención del magnate del acero Alonso Ancira, presidente de Altos
Hornos de México, SA (AHMSA), y el exdirector general de Pemex, Emilio Lozoya Austin, quien es prófugo de la justicia y se le busca por todo el mundo.
Además, Lozoya también tiene otros
procesos penales abiertos en la Fiscalía General de la República por el
caso de sobornos de la empresa Odebrecht, en donde directivos de esa trasnacional brasileña acusan al exdirector de Pemex de haber recibido sobornos que habrían servido para financiar la campaña del expresidente Enrique Peña Nieto.
Otro caso de igual gravedad vincula a la
exsecretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, y a su exoficial
mayor, Emilio Zebadúa, en la conocida “estafa maestra”, en donde utilizaron contratos con universidades públicas para desviar dinero del erario.
Sin duda que esto es apenas un
hilo de la enorme madeja de corrupción que podría arrasar a la vieja
clase política (PRI y PAN) y empresarial acostumbrada a servirse del
poder y a abusar de los recursos públicos sin temor a represalias, por
el enorme manto de impunidad que se ha vivido en los últimos 5 sexenios
bajo el mandato de los presidentes Carlos Salinas (PRI), Ernesto
Zedillo (PRI), Vicente Fox (PAN), Felipe Calderón (PAN) y Enrique Peña
(PRI).
La “zona exclusiva” en Hospital de Especialidades
Otro caso de abuso de poder tiene que
ver con uno de los centros de salud más importantes del país, el Centro
Médico Nacional Siglo XXI-IMSS, en donde el director general del
Hospital de Especialidades, doctor Carlos Fredy Cuevas García, aparta
para sus “recomendados” los cuartos hospitalarios más equipados y
limpios que hay en ese nosocomio, sin importar que la demanda de la
población rebase su capacidad.
Seguramente el presidente López
Obrador y el recién nombrado director general del IMSS, Zoé Robledo
Aburto, desconocen esta anomalía discriminatoria y abusiva que
se comete en el Hospital de Especialidades, en donde los mejores cuartos
hospitalarios se mantienen vacíos por instrucciones del director
general para tenerlos disponibles para los “enfermos especiales”.
De acuerdo con trabajadores que laboran
en esa importante unidad médica (quienes se identificaron con el
reportero pero pidieron omitir sus nombres por temor a represalias), los
10 cuartos hospitalarios exclusivos son individuales y cuentan con
cama, baño dentro de la habitación y un cómodo sillón para visitas,
alguno de ellos tiene hasta televisión. Regularmente, detallan,
se mantienen vacíos –lo cual no sucede con el resto del hospital–
hasta que llega la orden de la Dirección para asignarlos a los “enfermos recomendados por el director o su personal de mayor confianza”.
Los denunciantes describieron las
pésimas condiciones en que se encuentra ese Hospital de Especialidades,
además de lo sucio y mal oliente en que lo tienen, y contrariamente a
eso hay 10 habitaciones “exclusivas”: se trata de los cuartos
213, 214, 239 y 240 en el piso segundo, correspondientes a las áreas
destinadas a neurología y neurocirugía; los cuartos 313, 314 y 339 en el
tercer piso, para cirugía general, y las habitaciones 409, 434 y 435 en
el cuarto piso, en donde se atiende la medicina interna.
Añadieron que muy frecuentemente
llegan al Hospital de Especialidades pacientes con enfermedades muy
graves y tienen que esperar horas o días porque ese centro de salud
tiene mucha demanda y normalmente está a tope, salvo las 10
habitaciones que permanecen vacías en espera de los “recomendados de la
Dirección” en una clara y abierta discriminación para la población en
general y un abuso de poder de los directivos.
Puntos suspensivos… En
continuación con temas de salud, el mismo día que Germán Martínez
renunció al IMSS, envió el oficio número 09521705000 a la titular del
Órgano Interno de Control del IMSS, Maribel García Hernández, en donde acusa
al director de Administración, doctor Flavio Cienfuegos Valencia, de
ser omiso y negligente ante las necesidades de ese instituto salud, así
como evitar rendir cuentas sobre compras consolidadas y el
abasto de insumos necesarios para satisfacer las necesidades de salud y
demás prestaciones que les corresponden a los derechohabientes del IMSS.
Pero este tema, por su amplitud, lo abordaremos en la siguiente
columna.
Miguel BadilloFuente
Comentarios