¿Moreno y director de una empresa? Sólo 2% de los CEOs en México
En México, las oportunidades laborales se
reducen para quienes son indígenas o afrodescendientes, para quienes su
lengua materna no es el español o tienen la piel oscura.
En los últimos días ha habido un debate
sobre si, frente a los indígenas, “los mestizos” están siendo
discriminados. Una respuesta, al menos en el ámbito laboral, la podrían
dar este par de datos: en México sólo 7% de las personas que habla un
idioma indígena ocupa un cargo de dirección en las empresas. Pero si son morenas, apenas 2% llega a esos puestos.
El porcentaje sobre los hablantes de lengua indígena lo menciona el estudio Por mi raza hablará la desigualdad, de la organización Oxfam y El Colegio de México (Colmex). El que se refiere específicamente al color de piel proviene de la Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis) 2017.
Hace unos días el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que la pensión universal para adultos mayores se otorga a partir de los 65 años si son indígenas. Al resto, “a los mestizos”, dijo, hasta que cumplan 68. Así inició la polémica. Algunas personas de piel clara protestaron en redes sociales, acusando discriminación e incluso racismo contra ellas.
Para Ricardo Fuentes Nieva, director ejecutivo de Oxfam México, no hay debate: “hay una injusticia histórica” contra los pueblos originarios. La discriminación, no sólo a indígenas, sino a la población afromexicana, ocurre en todo su ciclo de vida: en las oportunidades educativas, laborales y para generar un patrimonio, subraya.
El estudio de Oxfam documenta que los trabajadores cuya lengua materna no es el español tienen hasta 140% más de probabilidades de tener empleos de baja calificación. Según la Enadis, 44% de las personas con tonos de piel oscuro labora en servicios personales, actividades de apoyo y agropecuarias. En cambio, en esos sectores se ocupa sólo el 28% de las personas blancas.
Para las mujeres es peor, apunta Ricardo Fuentes. Mujer, indígena, con piel oscura es casi sinónimo de tener menos oportunidades laborales. Por ejemplo, las morenas, negras o multas tienen 43% menos probabilidad de alcanzar puestos de mayor jerarquía en el trabajo.
Seis de cada 10 personas indígenas no terminaron la secundaria completa. Otra cifra que revela el gran rezago educativo: sólo seis de cada 100 estudiaron la universidad. “Además de esto, una mujer hablante de lenguas indígenas tiene cuatro veces más riesgo de no acabar la primaria que una que habla español”.
Esto coloca a esa población en una gran desventaja para conseguir un trabajo o para obtener uno con buen sueldo y oportunidades de ascender. Y si no lo tienen, será muy difícil que puedan crear un patrimonio para sí o sus familias. En resumen, no se rompe el ciclo.
Las causas de la discriminación son históricas, “las comunidades indígenas han sido ignoradas en servicios públicos, educación de calidad, inversión agrícola, infraestructura y representación política”.
En el presente esto se acentúa. Por ejemplo, “en el mercado laboral, se sigue contratando de acuerdo con el color de piel, del género o el tipo de español que hablas”.
Las acciones que podrían tomar las empresas, apunta el economista, es no pedir fotografías en los CV e incorporar políticas de igualdad e inclusión. También es importante que asignen porcentajes de contratación o de ascensos para este tipo de personas
“Esto es algo de que lo que se puede hacer. Pero no hay una sola acción que resuelva todo el problema, se necesita una batería amplia de acciones” que vengan de empleadores, gobiernos y sociedad, concluye el especialista.
Fuente
Escrito por:
Blanca Juárez
En los últimos días ha habido un debate
sobre si, frente a los indígenas, “los mestizos” están siendo
discriminados. Una respuesta, al menos en el ámbito laboral, la podrían
dar este par de datos: en México sólo 7% de las personas que habla un
idioma indígena ocupa un cargo de dirección en las empresas. Pero si son morenas, apenas 2% llega a esos puestos.El porcentaje sobre los hablantes de lengua indígena lo menciona el estudio Por mi raza hablará la desigualdad, de la organización Oxfam y El Colegio de México (Colmex). El que se refiere específicamente al color de piel proviene de la Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis) 2017.
Hace unos días el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que la pensión universal para adultos mayores se otorga a partir de los 65 años si son indígenas. Al resto, “a los mestizos”, dijo, hasta que cumplan 68. Así inició la polémica. Algunas personas de piel clara protestaron en redes sociales, acusando discriminación e incluso racismo contra ellas.
Para Ricardo Fuentes Nieva, director ejecutivo de Oxfam México, no hay debate: “hay una injusticia histórica” contra los pueblos originarios. La discriminación, no sólo a indígenas, sino a la población afromexicana, ocurre en todo su ciclo de vida: en las oportunidades educativas, laborales y para generar un patrimonio, subraya.
El estudio de Oxfam documenta que los trabajadores cuya lengua materna no es el español tienen hasta 140% más de probabilidades de tener empleos de baja calificación. Según la Enadis, 44% de las personas con tonos de piel oscuro labora en servicios personales, actividades de apoyo y agropecuarias. En cambio, en esos sectores se ocupa sólo el 28% de las personas blancas.
Para las mujeres es peor, apunta Ricardo Fuentes. Mujer, indígena, con piel oscura es casi sinónimo de tener menos oportunidades laborales. Por ejemplo, las morenas, negras o multas tienen 43% menos probabilidad de alcanzar puestos de mayor jerarquía en el trabajo.
Así comienza la discriminación laboral
El racismo y la discriminación no es un tema superado, al contrario, “se ha heredado”, comenta el director ejecutivo de Oxfam México. Para cuando las personas llegan al mercado laboral ya traen otra serie de desigualdades acumuladas y que han arrastrado por muchos años “en la educación, la salud y en la confianza en sí mismos”.Seis de cada 10 personas indígenas no terminaron la secundaria completa. Otra cifra que revela el gran rezago educativo: sólo seis de cada 100 estudiaron la universidad. “Además de esto, una mujer hablante de lenguas indígenas tiene cuatro veces más riesgo de no acabar la primaria que una que habla español”.
Esto coloca a esa población en una gran desventaja para conseguir un trabajo o para obtener uno con buen sueldo y oportunidades de ascender. Y si no lo tienen, será muy difícil que puedan crear un patrimonio para sí o sus familias. En resumen, no se rompe el ciclo.
Las causas de la discriminación son históricas, “las comunidades indígenas han sido ignoradas en servicios públicos, educación de calidad, inversión agrícola, infraestructura y representación política”.
En el presente esto se acentúa. Por ejemplo, “en el mercado laboral, se sigue contratando de acuerdo con el color de piel, del género o el tipo de español que hablas”.
Las acciones que podrían tomar las empresas, apunta el economista, es no pedir fotografías en los CV e incorporar políticas de igualdad e inclusión. También es importante que asignen porcentajes de contratación o de ascensos para este tipo de personas
“Esto es algo de que lo que se puede hacer. Pero no hay una sola acción que resuelva todo el problema, se necesita una batería amplia de acciones” que vengan de empleadores, gobiernos y sociedad, concluye el especialista.
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