Covid-19 le ha costado 3.5 billones de dólares a los ingresos de los trabajadores
EL ECONOMISTA
Por: Blanca Juárez y Felipe Morales Fredes 23 Sep 2020
El más reciente reporte de la OIT señala
que en el último trimestre del año se podrían perder hasta 515 millones
de empleos. Recomienda incentivos fiscales y apoyos a grupos
vulnerables, como las mujeres. Por: Blanca Juárez y Felipe Morales Fredes 23 Sep 2020
Hasta ahora, el segundo trimestre del año ha sido el más difícil, según el último reporte del Observatorio de la OIT: La covid-19 y el mundo del trabajo. De abril a junio desaparecieron 495 millones de puestos de trabajo.
Ésta es la sexta edición del observatorio, y en cada entrega el cálculo de los daños en el mercado laboral ha ido en aumento. Inició en marzo con una previsión de entre 5.3 millones menos fuentes de trabajo, en el “caso más favorable”, a 24.7 millones, en el “más desfavorable”.
En la mayoría de los reportes señala al continente americano como la zona más afectada. En el primer trimestre del año, cuando iniciaban los contagios en este continente, fue la tercera región más afectada, con 3% menos horas trabajadas. Asia y el Pacífico, con una caída de 7.3%, era la primera.
Pero para el tercer trimestre del año, “las Américas”, como lo denomina la OIT, reporta una disminución de 19.8% horas de trabajo, y Asia y el Pacífico, 15.2% menos. Además, destaca que se “confirma que las pérdidas de empleo son mayores para las mujeres que para los hombres”.
“Uno de los motivos a los que obedece esa revisión al alza en la estimación de la pérdida de horas de trabajo es que los trabajadores de las economías en desarrollo y emergentes, en particular en el sector informal, se han visto mucho más afectados que en crisis anteriores”, destacó la agrupación en un comunicado.
Respecto de los ingresos laborales, destaca la OIT, la caída se debe a la disminución de horas de trabajo, suspensión sin goce de sueldo y desempleo. Sin embargo, el mayor impacto, expresa, se debe a la salida masiva de trabajadores de la población ocupada hacia la inactividad.
La caída en este indicador, que abarca las remuneraciones de los asalariados y una parte de los ingresos de los trabajadores independientes, es de 10.7%, lo que equivale a una disminución de 3.5 billones de dólares. La región más afectada ha sido el continente americano, con una pérdida acumulada entre enero y septiembre de 12.1% en las percepciones de la fuerza laboral, seguida de África y Europa, con reducciones de 10.7 y 10.6%, respectivamente.
Incentivos fiscales demuestran eficacia
“Al tiempo que redoblamos esfuerzos para vencer al virus, debemos adoptar medidas a escala lo antes posible para paliar sus efectos en los planos económico, social y laboral. En particular, fomentar el empleo y la actividad empresarial y garantizar los ingresos”, expresó Guy Ryder, director de la OIT.El reporte incluye cinco medidas clave para aminorar la crisis laboral, una de ellas son los estímulos fiscales. El organismo examinó qué sucede en los países que redujeron el pago de impuestos u otras medidas de apoyo para las empresas en crisis por la covid-19, y los resultados fueron que por cada punto porcentual de apoyo respecto del Producto Interno Bruto (PIB) se atempera 0.8% el desempleo.
Y pese a que han mostrado cierta eficacia, estos apoyos gubernamentales se concentran en las naciones de altos ingresos. Lo que sucede, explica la institución internacional, es que los países en desarrollo tienen una “limitación de recursos para financiar esas medidas”.
Para que estas naciones también pudieran reducir 0.8% la caída del empleo en la pandemia tendrían que invertir en conjunto 982,000 millones de dólares. “Esta amplia ‘brecha en materia de incentivos fiscales’ tiene efectos aún más adversos si se tienen en cuenta los deficientes programas de protección social de muchos países en desarrollo”, se destaca en el reporte.
La segunda medida que recomienda la OIT es equilibrar las políticas sanitarias con las económicas y sociales. Sobre todo, en esta etapa, en la que muchos países tienen rebrotes. Relajar las medidas preventivas de manera “imprudente” prolongará la pandemia y empeorará el desempleo, advierte.
Como tercera estrategia sugiere que las intervenciones políticas vayan acorde con lo que sufre el mercado laboral. El desafío es mantener respuestas políticas para contrarrestar “la creciente pobreza, la desigualdad, el desempleo y la exclusión”.
La cuarta medida es focalizar apoyos para los grupos más vulnerables: migrantes, mujeres, jóvenes y trabajadores informales. En quinto lugar: impulsar el diálogo social, para construir soluciones en conjunto a la crisis, “particularmente ante desafíos que se han vuelto cada vez más complejos”.
“Ningún grupo o país, ni ninguna región, podrá superar esta crisis por sus propios medios”, expuso Guy Ryder.
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