Trabajo independiente, el refugio laboral para miles durante la pandemia

EL ECONOMISTA 
 
Por: Gerardo Hernández 20 Sep 2020
El trabajo por cuenta propia ha sido el renglón que más ha crecido en los meses de la crisis por el nuevo coronavirus en México dentro de los diferentes componentes de la población ocupada reportados por el Inegi. 
Trabajo independiente, el refugio laboral para miles durante la pandemia Si vemos el vaso medio lleno, el trabajo independiente ha sido el renglón que más ha crecido dentro de la ocupación en los meses de la pandemia, a pesar de que éste todavía está lejos de los niveles que tenía el año pasado, incluso a inicios del 2020.
Entre abril y julio, 2.2 millones de personas se sumaron al trabajo por cuenta propia, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). El año pasado, este renglón también tuvo incrementos, pero no al mismo ritmo.

Esta tendencia es parte de una cadena de sucesos que responden a la pérdida de empleo formal, explica Marcelo Delajara, director del Programa de Crecimiento Económico y Mercado Laboral del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). “Tú no puedes esperar cinco, seis o diez meses hasta que la empresa donde trabajabas recupere los niveles de producción que tenía antes de la crisis y volver a contratarte”, comenta.  
El ritmo lento de recuperación de las fuentes de trabajo formales, la falta de un seguro de desempleo y, en algunos casos, de ahorros, ponen a las personas en una encrucijada. Ante la necesidad de tener ingresos, el autoempleo se posiciona como la vía más fácil para lograrlo. “Es una cuestión de supervivencia”, expresa Delajara. 
En esto coincide Alfonso Bouzas, especialista en temas laborales del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); “la gente tiene que encontrar un ingreso para comer”, expresa. El crecimiento del trabajo independiente, explica, se debe a que las personas no están encontrando otras alternativas en el mercado.
La Encuesta Nacional de Egresados (ENE) 2020 de la Universidad del Valle de México (UVM) respalda esta perspectiva. Según el reporte, el 29% de la fuerza laboral ha apostado más por el trabajo independiente porque no ha encontrado otras oportunidades.
“Se ha dicho mucho que los millennials no quieren ser empleados, que quieren ser sus propios jefes. Lo que estamos viendo no es que quieran ser su propio jefe, por el contrario, no les quedó más remedio que autoemplearse, ser profesionistas independientes al no encontrar oportunidades”, expone Sophie Anaya Levesque, directora del Centro de Opinión Pública de Laureate México. 
En un mes, por ejemplo, Workana, plataforma latinoamericana de freelancers, incrementó 38.4% el número de profesionistas inscritos en México. En suma, en los meses de la pandemia la red digital ha sumado a 45,000 trabajadores independientes en nuestro país. 
Guillermo Bracciaforte, COO y Cofundador de Workana, atribuye esto a dos aspectos. El primero, y quizá más negativo, es “la cantidad de personas que han perdido su trabajo”, situación que se ha combinado con el confinamiento y el riesgo de estar en la calle, lo que ha llevado a muchos profesionistas a buscar una opción que les permita trabajar desde casa y generar ingresos. 
El segundo, y el lado positivo, es que los profesionistas han comenzado a valorar más las modalidades que les dan autonomía de tiempo y de trabajo, agrega.

¿Precarización del empleo?

Alfonso Bouzas considera que el trabajo independiente tiene signos de precarización por tratarse, en buena medida, de empleos sin protección social. “Es un peligro para el trabajo asalariado”, advierte el investigador de la UNAM. 
La ENE 2020 muestra que el ingreso mensual promedio de un trabajador independiente es de 6,628 pesos. De los encuestados, sólo 4% de quienes están en este renglón percibe más de 15,000 pesos. En contraste, 30% de quienes laboran por cuenta propia gana entre 3,000 y 8,000 pesos mensuales. “Ser un profesionista independiente no es algo aspiracional para los egresados”, puntualiza Sophie Anaya. 
Pero hasta la desigualdad no es pareja. Desde la óptica de Marcelo Delajara, el autoempleo conduce a una precarización más fuerte a las personas con menores ingresos y nivel de formación. Quienes tienen una profesión, por el contrario, tienen más posibilidades de percibir más recursos.
“Si tienes un título profesional, quizá tu trabajo no sea tan precario, pero no estamos pensando en esas personas, porque normalmente los profesionistas que trabajan por su cuenta siempre están autoempleados, no caen en esas condiciones de precariedad en las que sí cae una persona que antes era un trabajador subordinado que perdió su empleo”, explica el especialista del CEEY. 
Lo que sí tiene en común la gran mayoría de quienes deciden autoemplearse, afirma, es la carencia de seguridad social y protección laboral.
“Hay gente que puede estar en estos momentos brindando muchos servicios de computación, de tecnologías de la información a empresas o puede estar asesorando organizaciones y ser informal, porque no tiene contrato o bien, le pagan por honorarios, puede tener un buen ingreso, pero es informal. Está resolviendo un problema, que es tener ingresos, pero permanece en la informalidad, sin un elemento de bienestar como lo es la seguridad social. Hay grados de marginación”, agrega. 

¿Por qué contratar freelancers?

Una de las grandes reflexiones es que las empresas no pueden tener a toda la plantilla como trabajadores independientes. La justificación para incorporar freelancers es cuando se requiere talento especializado, que agregue valor a un proyecto temporal, considera Guillermo Bracciaforte. 
“Si yo tengo una compañía que desarrolla software, necesito desarrolladores de software. Pero tal vez, para un proyecto se necesitan profesionistas en creación de contenido multimedia sólo por unos meses”, ejemplifica Bracciaforte. 
Por ello, el cofundador de Workana afirma que las organizaciones deben tener claro qué talento necesitan tener de planta. 
De acuerdo con la plataforma, el 38.8% de los mexicanos en la plataforma trabaja en áreas de Tecnologías de la Información y Programación, otro 16.7% lo hace en Diseño y Multimedia y, un 14.3% se desempeña en la categoría de Traducción y Contenidos.

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