Por pandemia, seis de cada 10 trabajadores mexicanos están en pobreza laboral

Por: Blanca Juárez 03 Sep 2020
El porcentaje de personas ocupadas con ingresos insuficientes para cubrir sus necesidades básicas se incrementó pese a que en el último mes se registró una ligera recuperación del empleo formal.

Por pandemia, seis de cada 10 trabajadores mexicanos están en pobreza laboral La crisis económica por la pandemia de Covid-19 ha provocado que 61% de la población viva en pobreza laboral, según un cálculo del Observatorio del Trabajo Digno (OTD). Esto significa que 76 millones 833,000 personas en México no tienen los suficientes recursos para comer bien, pese a que alguno de los integrantes de la familia tiene un empleo remunerado.
Los resultados para este Segundo Informe de Gobierno no son muy positivos, sostiene Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de la alianza la Acción Ciudadana frente a la Pobreza y del OTD. Casi 16 millones de personas se sumaron a esta condición y los programas sociales para apoyar a quienes la padecen “tienen fallas importantes”.

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La medición oficial del empobrecimiento de este año se conocerá hasta agosto del 2021, explica. Pero el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP), un indicador de corto plazo elaborado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), le ha permitido al OTD hacer una estimación.
De acuerdo con el ITLP, en el 2018 el ingreso que percibía 39% de la población no le alcanzaba para comprar una canasta básica. Para junio de este 2020, con el confinamiento a causa de la pandemia, esa proporción subió a 49 por ciento. Es decir, hace dos a 61 millones 466,000 personas lo poco que ganaban por su trabajo les era insuficiente.
En septiembre de 2020, a pesar de la recuperación del empleo formal y de la reactivación de una parte de los sectores económicos, el porcentaje de quienes carecen de un ingreso decente se elevó a 61 por ciento. A este cálculo llegó el OTD “aplicando la proporción entre el ITLP y los resultados de las pasadas tres mediciones de pobreza”.
Por lo tanto, “en este momento” 15 millones 779,000 personas ya están en esa condición de pobreza, a pesar de que tienen o se han creado una fuente de trabajo. “En total, son 76 millones 833,000” personas afectadas en el país por esta situación, advierte la la alianza de organizaciones civiles.

Salarios aumentados, pero a la baja

El presidente Andrés Manuel López Obrador destaca en su Segundo Informe de Gobierno que “los aumentos progresivos y sostenidos al salario mínimo incrementaron el poder adquisitivo de las y los trabajadores”.  Con el fin de reducir la brecha de ingresos, la nueva política de salarios mínimos “cumplió con el compromiso de nunca fijarlos por debajo de la inflación”.
Rogelio Gómez reconoce que los incrementos de enero del 2019 (de 88 a 102 pesos) y de enero del 2020 (de 102 a 123 pesos) han sido positivos. Pero el aumento debe mantenerse, “al menos hasta que se alcance el monto suficiente para dos canastas básicas”.
El gobierno federal argumenta en el informe que, hasta antes de la pandemia, “el buen desempeño del consumo estuvo respaldado por un mercado laboral dinámico”. Recuerda que el alza al salario en el 2019 fue de 16.2%, mientras que la del 2020 fue de 20 por ciento. Y que en la frontera norte subió hasta 185.56 pesos diarios.
Además, subraya que en el primer trimestre del 2020 el salario mensual promedio “tuvo un crecimiento real anual de 5.4 por ciento”. Esto, dice, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Para el segundo trimestre el incremento anual fue de 6.2 por ciento.
Sin embargo, la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) prevé que los ingresos tendrán una tendencia a la baja en los próximos meses. Y que el poder adquisitivo también disminuya.
Para Rogelio Gómez, los programas sociales existentes no son suficientes para mejorar la situación de los trabajadores. “Su cobertura está concentrada en zonas rurales y sus montos no compensan lo que están perdiendo”. Pero el problema mayor de estas estrategias es la selección de a quiénes van dirigidas.
“El Censo del Bienestar del gobierno federal no fue un censo, sino una verificación de padrones de dos programas”. Entonces, la inscripción de los beneficiarios “se basó en el criterio discrecional” de quienes realizaron esa lista. “El problema más grave es que no se han transformado causas estructurales de la pobreza, como las que se generan en el mundo del trabajo”, advierte.
 


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