Astillero - Alias El secretario
Julio Hernández López
Un comando de traficantes de influencias, encabezado por Juan Molinar Horcasitas, alias el secretario de Comunicaciones y Transportes, secuestró ayer lo que quedaba de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel). Para negociar con televisoras en tiempo de elecciones, y con grandísimos empresarios interesados en abrir, incrementar o conservar negocios del ramo, los plagiarios nombraron como vocero a Mony de Swaan Adatti (informes en poder de esta columna establecen que no es un seudónimo), quien previamente se había infiltrado en la SCT y en la propia Cofetel y que forma parte del cártel ABC que encabeza el antes mencionado Molinar Horcasitas.
El relampagueante golpe de la alta burocracia organizada había colocado a MoSwAd como consejero de la citada Cofetel apenas el pasado 30 de junio, en relevo de Héctor Osuna, otro capo del conflicto de intereses que prefirió retirarse por estar demasiado “lampareado” (término del bajo mundo que alude al hecho de que haya demasiada luz y atención respecto a alguien cuyas andanzas deberían ser lo menos conocidas posible) y por convenir así a sus ya muy satisfechos intereses. MoSwAd también usaba una charola oficial que lo identificaba como coordinador de asesores del antes mencionado sujeto apodado El secretario.
Con este ataque, planeado desde una casa de seguridad cuyo nombre en clave es Los Pinos, van quedando en posesión de la banda de secuestradores los principales organismos autónomos o de regulación que presuntamente deberían estar desligados de banderías, facciones, padrinos o cárteles políticos. El ahora consejero presidente de la Cofetel, MoSwAd Molinar, fue director regional de asuntos corporativos de Pfizer en México y Centroamérica, específicamente encargado del “área de Asuntos Públicos” a la que se adscribía el cliente distinguido denominado Seguro Social, que entre otros directores ha tenido a El secretario. La Operación Cofetel tendrá consecuencias transexenales pero su principal efecto estará en el condicionamiento de la conducta informativa de las televisoras mexicanas en las elecciones de 2012. Se dice que en el lugar de los hechos fue encontrada una cartulina con la leyenda: “Pa’ que aprendan a respetar”.
Sin aguardar a que el pulpo Paul hiciera pronósticos en lo mexicano (acá, el molusco terminaría siendo mapache), y con la vista puesta en la intencional exageración que de los resultados “positivos” de las alianzas perreánicas está haciendo el mundillo mediático oficialista, Andrés Manuel López Obrador pidió ayer que lo den electoralmente por vivo (a diferencia de los tiempos utilizados en su anterior postulación, cuando solicitaba que se le tomara por muerto en esos terrenos comiciales). No esperará más: ni encuestas de opinión para definir quién está mejor colocado en el ánimo votante entre él y Marcelo Ebrard ni esperanzas de que el PRD le abra camino: ya se declara virtual candidato en busca de partido, a sabiendas de que su hospedaje inicial sólo llevará como siglas PT o Convergencia.
Las palabras son inequívocas: “Nosotros ya no vamos a esperar, nosotros vamos al 12, ya, que quede claro”, y significan una ruptura unilateral del pacto no escrito que hasta ahora había mantenido un cierto aire de suspenso en la suerte que correrían Ebrard y López Obrador, comprometidos verbalmente a sostenerse en sus carriles y hacer evaluaciones de última hora para decidir cuál de las naves tendría mejores condiciones para la competencia de 2012. Con este planteamiento, el tabasqueño parecería dejar libre el camino al actual jefe del gobierno capitalino para que transite en solitario por el PRD mañosamente inflado con los supuestos triunfos electorales de las alianzas que Ebrard impulsó abiertamente, en seguimiento puntual de la línea trazada por su virtual jefe de campaña, Manuel Camacho, y que López Obrador rechazó de palabra y aceptó en términos prácticos en zonas de supuesta excepción, como Oaxaca, pero también en muchos otros lugares donde finalmente el PT y Convergencia acabaron participando en las turbias mezclas pragmáticas.
La postulación de López Obrador es rigurosamente consecuente con el trabajo de proselitismo y organización que ha desarrollado desde que en 2006 le fue robada la Presidencia de la República, y aun cuando la formulación de su candidatura haya sido durante un programa de radio, conducido por Carlos Puig, y allí solamente sustentada por sí mismo, es evidente que hay un ánimo social que no sólo le respalda en la segunda campaña tan previsible, sino que incluso le exige celeridad y profundidad. Los tiempos y las circunstancias son especialmente difíciles para una oposición auténtica, como difícil es la situación general del país, pero al lopezobradorismo le urge plantear proyectos y líneas de acción (lo que se hará el próximo domingo 25, en la Plaza de la Constitución de la ciudad de México) que den nuevos aires y expectativas a una realidad política asfixiada por la crisis en curso pero particularmente trampeada mediante los arreglos electorales recientes que tratan de establecer un bipardismo complaciente que se reparta el botín entre PAN y PRI, con cesiones secundarias para el perredismo útil y con exclusión de la única opción de lucha electoral popular que subsiste, la del lopezobradorismo. AMLO candidato, ya, sin esperar más.
Astillas
La lectora Norma Sosa encontró en http://bit.ly/btrNyN el reporte de que el pasado 1 fue elegida Rosario Robles Berlanga como presidenta del Consejo Consultivo Ciudadano de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, dependiente de la Secretaría de Gobernación. En la citada comisión, por cierto, y conforme al directorio oficial http://bit.ly/cXnuAg labora Francisco Salvador Robles Berlanga como director general adjunto… Y, mientras un presidente municipal priísta mata a un perredista oaxaqueño, según eso por burlas electorales, ¡hasta mañana, con el PRI aferrándose a Veracruz y Durango, haiga sido como haiga sido!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx • http://twitter.com/julioastillero
Fuente
Un comando de traficantes de influencias, encabezado por Juan Molinar Horcasitas, alias el secretario de Comunicaciones y Transportes, secuestró ayer lo que quedaba de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel). Para negociar con televisoras en tiempo de elecciones, y con grandísimos empresarios interesados en abrir, incrementar o conservar negocios del ramo, los plagiarios nombraron como vocero a Mony de Swaan Adatti (informes en poder de esta columna establecen que no es un seudónimo), quien previamente se había infiltrado en la SCT y en la propia Cofetel y que forma parte del cártel ABC que encabeza el antes mencionado Molinar Horcasitas.
El relampagueante golpe de la alta burocracia organizada había colocado a MoSwAd como consejero de la citada Cofetel apenas el pasado 30 de junio, en relevo de Héctor Osuna, otro capo del conflicto de intereses que prefirió retirarse por estar demasiado “lampareado” (término del bajo mundo que alude al hecho de que haya demasiada luz y atención respecto a alguien cuyas andanzas deberían ser lo menos conocidas posible) y por convenir así a sus ya muy satisfechos intereses. MoSwAd también usaba una charola oficial que lo identificaba como coordinador de asesores del antes mencionado sujeto apodado El secretario.
Con este ataque, planeado desde una casa de seguridad cuyo nombre en clave es Los Pinos, van quedando en posesión de la banda de secuestradores los principales organismos autónomos o de regulación que presuntamente deberían estar desligados de banderías, facciones, padrinos o cárteles políticos. El ahora consejero presidente de la Cofetel, MoSwAd Molinar, fue director regional de asuntos corporativos de Pfizer en México y Centroamérica, específicamente encargado del “área de Asuntos Públicos” a la que se adscribía el cliente distinguido denominado Seguro Social, que entre otros directores ha tenido a El secretario. La Operación Cofetel tendrá consecuencias transexenales pero su principal efecto estará en el condicionamiento de la conducta informativa de las televisoras mexicanas en las elecciones de 2012. Se dice que en el lugar de los hechos fue encontrada una cartulina con la leyenda: “Pa’ que aprendan a respetar”.
Sin aguardar a que el pulpo Paul hiciera pronósticos en lo mexicano (acá, el molusco terminaría siendo mapache), y con la vista puesta en la intencional exageración que de los resultados “positivos” de las alianzas perreánicas está haciendo el mundillo mediático oficialista, Andrés Manuel López Obrador pidió ayer que lo den electoralmente por vivo (a diferencia de los tiempos utilizados en su anterior postulación, cuando solicitaba que se le tomara por muerto en esos terrenos comiciales). No esperará más: ni encuestas de opinión para definir quién está mejor colocado en el ánimo votante entre él y Marcelo Ebrard ni esperanzas de que el PRD le abra camino: ya se declara virtual candidato en busca de partido, a sabiendas de que su hospedaje inicial sólo llevará como siglas PT o Convergencia.
Las palabras son inequívocas: “Nosotros ya no vamos a esperar, nosotros vamos al 12, ya, que quede claro”, y significan una ruptura unilateral del pacto no escrito que hasta ahora había mantenido un cierto aire de suspenso en la suerte que correrían Ebrard y López Obrador, comprometidos verbalmente a sostenerse en sus carriles y hacer evaluaciones de última hora para decidir cuál de las naves tendría mejores condiciones para la competencia de 2012. Con este planteamiento, el tabasqueño parecería dejar libre el camino al actual jefe del gobierno capitalino para que transite en solitario por el PRD mañosamente inflado con los supuestos triunfos electorales de las alianzas que Ebrard impulsó abiertamente, en seguimiento puntual de la línea trazada por su virtual jefe de campaña, Manuel Camacho, y que López Obrador rechazó de palabra y aceptó en términos prácticos en zonas de supuesta excepción, como Oaxaca, pero también en muchos otros lugares donde finalmente el PT y Convergencia acabaron participando en las turbias mezclas pragmáticas.
La postulación de López Obrador es rigurosamente consecuente con el trabajo de proselitismo y organización que ha desarrollado desde que en 2006 le fue robada la Presidencia de la República, y aun cuando la formulación de su candidatura haya sido durante un programa de radio, conducido por Carlos Puig, y allí solamente sustentada por sí mismo, es evidente que hay un ánimo social que no sólo le respalda en la segunda campaña tan previsible, sino que incluso le exige celeridad y profundidad. Los tiempos y las circunstancias son especialmente difíciles para una oposición auténtica, como difícil es la situación general del país, pero al lopezobradorismo le urge plantear proyectos y líneas de acción (lo que se hará el próximo domingo 25, en la Plaza de la Constitución de la ciudad de México) que den nuevos aires y expectativas a una realidad política asfixiada por la crisis en curso pero particularmente trampeada mediante los arreglos electorales recientes que tratan de establecer un bipardismo complaciente que se reparta el botín entre PAN y PRI, con cesiones secundarias para el perredismo útil y con exclusión de la única opción de lucha electoral popular que subsiste, la del lopezobradorismo. AMLO candidato, ya, sin esperar más.
Astillas
La lectora Norma Sosa encontró en http://bit.ly/btrNyN el reporte de que el pasado 1 fue elegida Rosario Robles Berlanga como presidenta del Consejo Consultivo Ciudadano de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, dependiente de la Secretaría de Gobernación. En la citada comisión, por cierto, y conforme al directorio oficial http://bit.ly/cXnuAg labora Francisco Salvador Robles Berlanga como director general adjunto… Y, mientras un presidente municipal priísta mata a un perredista oaxaqueño, según eso por burlas electorales, ¡hasta mañana, con el PRI aferrándose a Veracruz y Durango, haiga sido como haiga sido!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx • http://twitter.com/julioastillero
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