El empresario Bill Gates, fuerte impulsor de la reforma

David Brooks
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 3 de enero de 2013, p. 3
Nueva York, 2 de enero. Durante la década pasada, se puede asegurar que el secretario de educación de Estados Unidos no fue el nombrado por los presidentes que ocuparon la Casa Blanca, sino por el hombre más rico de Estados Unidos.
Bill Gates, a través de su Fundación Bill y Melinda Gates, ha usado sus masivos recursos para definir en gran medida el debate sobre educación en este país, en una década, y, junto con otros multimillonarios, ha sido el principal impulsor de reformas federales y estatales que se centran en la evaluación de maestros y escuelas con base en los resultados de exámenes estandarizados, la promoción de escuelas públicas semiprivadas (escuelas chárter) y la aplicación de soluciones de mercado a lo que ha tachado exitosamente de ser un sistema de educación fracasado.
Su fundación es la organización filantrópica más grande en el sector de educación pública.
Gates lo ha logrado financiando desde agrupaciones promotoras de políticas educativas, think tanks, medios especializados, universidades, líderes académicos y periodistas, hasta programas de televisión y películas de Hollywood. El New York Times reportó en 2011 la amplia gama de organizaciones e instituciones que gozan del apoyo de Gates en promoción de sus reformas, incluyendo agrupaciones de maestros dispuestos a criticar a su sindicato y promover medidas como el uso de pruebas estandarizadas entre sus colegas.
Influencia empresarial
La influencia de Gates no sólo ha llegado a determinar el debate, sino las políticas educativas en ciudades y estados y las formuladas por el gobierno federal. El secretario de educación, Arne Duncan, formuló parte de sus iniciativas para promover más escuelas chárter y el empleo de resultados de exámenes estandarizados con base en recomendaciones de Gates y sus reformadores afiliados. De hecho, algunos expertos afirman que la agenda educativa de Gates es indistinguible en su esencia de la del gobierno federal.
Todo, a través de cientos de millones de dólares en becas emitidas por su fundación a lo largo de una década. La fundación espera dedicar más de 3 mil 500 millones a educación en estos años –ha otorgado entre 300 y 400 millones cada año–, y la distribución es impresionante: desde becas a Harvard para desplegar expertos en datos estratégicos para fungir como agentes de cambio en distritos escolares de Boston, Los Ángeles y otros lugares, a la creación de nuevos grupos de promoción de las reformas y financiamiento a analistas en educación en Washington que tienen influencia en los medios, y hasta a algunos de éstos.
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El empresario Bill Gates tiene interés en el sector educativo. La imagen corresponde a una conferencia en México en 2010Foto Marco Peláez
En años recientes, la fundación también ha financiado a las empresas que administran las escuelas chárter, agrupaciones de derechos civiles que buscan influir en políticas de educación, y a las instituciones que examinan estas políticas y sus efectos.
Incluso, Gates dedicó 2 millones a una campaña de acción social en torno al documental Esperando a Superman, que promueve las escuelas chárter y condena a los maestros y sindicatos. Aunque la fundación también ha donado a sindicatos del magisterio, ha sido en torno a cambios en currículum, y a la vez, ha financiado a grupos de maestros, como Educators for Excellence, que buscan reclutar nuevos docentes y promover visiones más reformistas ante los sindicatos.
Calificaciones
Entre otras cosas, la Fundación Gates ha otorgado fondos a iniciativas como Excelencia en Educación, fundada por Jeb Bush en Florida, organización de empoderamiento de padres de familia críticos de los maestros públicos, la cual otorga calificaciones a los medios de comunicación en torno al grado de apoyo que ofrecen a las reformas favorecidas por Gates. [Para mayor información: gatesfoundation]
Para la crítica tal vez más reconocida a escala nacional de estas reformas, la profesora Diane Ravitch, los miles de millones que Gates invierta demuestran que está usando sus vastos recursos para imponer su voluntad sobre la nación y subvertir el proceso democrático. ¿Por qué hemos decidido subcontratar la educación pública a un multimillonario con buenas intenciones, pero mal informado?


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