Medios locales y encuestadoras pronostican que Correa arrasará en comicios del domingo

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El presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien busca la relección, ayer en un acto de campaña en la provincia de Los RíosFoto Xinhua
 
Blanche Petrich
Enviada
Periódico La Jornada
Jueves 14 de febrero de 2013, p. 27 

Quito, 13 de febrero. Los medios de comunicación comerciales de Ecuador, abiertamente anticorreistas, y todas las casas encuestradoras autorizadas para hacer los sondeos de las elecciones de este domingo alinearon desde la semana pasada sus pronósticos en una sola dirección: el presidente Rafael Correa superará 50 por ciento más un voto para ser declarado electo en primera vuelta. Y superará a su contrincante más cercano, el banquero Guillermo Lasso, por más de 20 puntos. Además, tiene buenas posibilidades de obtener la mayoría de los 137 escaños en la Asamblea Nacional, con lo que rompería el candado de una legislatura adversa que hasta ahora obstaculizó algunas de las iniciativas que el oficialismo considera estratégicas.
Al reconocer que el candidato del partido Alianza Patria Altiva y Soberana (PAIS) arrasará en su segunda contienda presidencial, a diferencia de su primera victoria en 2006, cuando fue a segunda vuelta –con un proceso de ratificación intermedio en 2009, después de una asamblea constituyente que reformó todas las instituciones políticas– las televisoras, radios y diarios de fuertes grupos dieron un drástico viraje en los pronósticos que sostenían apenas una semana antes, de que Correa, desgastado, sería derrotado por Lasso o, en opinión de algunos, incluso por el coronel Lucio Gutiérrez. Este ex coronel fue derrocado por el movimiento indígena, la llamada revolución forrajida, en 2008. Hoy representa un núcleo duro de populismo de derecha en la región serrana del país.
El síndrome mexicano
Se están curando en salud para evitar el síndrome mexicano, donde las encuestas exageraron tanto el margen de maniobra del candidato ganador Enrique Peña Neto que al final tuvieron que reconocer sus errores, con la consiguiente pérdida de credibilidad, asegura Alexis Ponce, analista de Alianza PAIS, activista de los derechos humanos.
Con este panorama concluye este jueves la intensa campaña en la que contendieron un partido oficialista de centro izquierda que lleva seis años de construcción de lo que llama la revolución ciudadana, dos partidos de izquierda con fuerzas que se desprendieron del correismo y cinco partidos ligados a los grupos oligárquicos.
La cierta victoria de Correa —economista de 50 años que ostenta dos maestrías y un doctorado, que habla kichwa además de inglés y francés y que tiene arraigo en las tres regiones con frecuencia antagónicas de Ecuador: la Costa, donde se ubica Guayaquil, centro financiero; la Sierra con la capital política de Quito y la Amazonía, con un tesoro de riquezas minerales en su subsuelo– es en opinión del periodista Osvaldo Pérez, director del diario público El Telégrafo, lógica. Añade: al delantero del equipo que está metiendo los goles no lo sacas a la mitad del partido.
Cabe este deportivo comentario en una tarde de furor futbolero, en donde los quiteños salen a los cafés al aire libre, a pesar del frío, a mirar en las pantallas públicas el juego de la Copa Libertadores donde un equipo nacional se enfrenta al Barcelona. Pero los goles de los que habla tienen más que ver con la economía y la forma como ha cambiado el panorama social de millones de ecuatorianos. Gallup da cuenta de un índice de popularidad muy poco común para un presidente que repite periodo: entre 78 y 80 por ciento de aprobación. La Comisión Económica para América Latina y El Caribe registra a Ecuador en el sexto lugar de países que mejoraron el comportamiento de su economía (mientras que México figura en el lugar 12).
Goles visibles en la impresionante obra pública y privada que se observa en las ciudades y las carreteras y que detonó muchos sectores productivos, abatiendo como hacía décadas no sucedía, el desempleo.
La deuda externa de un país golpeado por la dolarización que se impuso en los 90 por el famoso feriado bancario y la posterior quiebra de los bancos privados fue reducida por Correa de 16 mil millones de dólares en 2006 a 5 mil millones por un método simple y heterodoxo: declaró ilegítimo el endeudamiento con la banca extranjera y la anuló en 2007.
Más goles
Otros goles del presidente se reflejan directamente en los bolsillos de los sectores más pobres. Una reforma tributaria liberó del pago de impuestos a los asalariados que ganan menos de 25 mil dólares al año y trasladó la carga fiscal a los sectores con ingresos mayores.
Otro dato refiere que en los últimos seis años un millón de ecuatorianos salieron del nivel de pobreza. Un recorrido por los barrios del sur de Quito, a espaldas de la famosa virgen del Panecillo que domina desde sus 3 mil 500 metros de altura todos los altos y cañadas de la capital, traduce graficamente la cifra.
Chillogallo, en las goteras de la ciudad, fue hasta hace no mucho una ciudad perdida habitada por centenares de miles de campesinos, principalmente kichwas, que emigraron de las zonas rurales, invadiendo las laderas de la cordillera. Hoy sus callejuelas que suben y bajan están limpias, las casas humildes no son de cartón, sus niños caminan con zapatos bien abrigados, son pocos los callejones que quedan sin pavimentar. La pobreza de las villas miseria latinoamericanas ya no se ve en este antiguo asentamieno donde aún queda la iglesia donde en 1822 el mariscal José Antonio Sucre se acuarteló antes de lanzar su ofensiva final sobre el Pichincha, para obtener la independencia.
Aquí, cuna de un núcleo duro correista, lucen por centenares las banderas verde-flex, como le dicen al color fosforescente que simboliza a Alianza PAIS. De aquí salrá la concentración caravana con la que Correa cierra campaña, culminándola frente a la sede del partido, en la elegante avenida Amazonas, ya en el norte de la ciudad, situada en lo que fue el corazón bancario quiteño y hoy alberga a la mayor parte de los ministerios y dependencias del Ejecutivo.
La misma impresión causan otros barrios humildes de las afueras; Chilibulo, Mena Dos, Barrio Nuevo, San Juan: limpieza, dignidad en la pobreza, reducidos niveles de inseguridad, niños escolarizados, centros de salud equipados, si bien aun insuficientes. Y un detalle notable: la descarcachización de la vía pública. Gracias al acceso a créditos y facilidades para dar como enganche un auto mayor de 20 años, muchos quiteños han comprado vehículos baratos, nuevos.
Muchos hablan con entusiasmo de otros logros, que en los sectores de la oposición de derecha llaman populismo. Por ejemplo, el bono de desarrollo, especie de Procampo u Oportunidades, que dota de 50 dólares mensuales a personas vulnerables: madres solteras, desempleados, discapacitados, adultos mayores, viudos. Este bono que viene de tiempos del presidente neoliberal ortodoxo Jamil Mahuad se ha triplicado y es más eficiente porque el padrón de beneficiarios se ha depurado y porque se condiciona a los jefes de familia a que inscriban a sus hijos a la escuela y los lleven a dos chequeos de salud al año. Este programa es financiado con una carga que obliga a la banca privada a destinar cada año 40 por ciento de sus utilidades a los bonos.
Otras reformas de la política social se discuten ampliamente en las calles, los mercados y los autobuses y tranvías, aún deficitarios en esta ciudad con una complicada red vial.
Durante los gobiernos neoliberales anteriores, la educación pública sufrió un embate de privatizaciones enorme. Sin controles de calidad proliferaron las universidades patito, aquí llamadas popularmente de garage. Un decreto presidencial les impuso una evaluación y las peor evaluadas fueron clausuradas. Desaparecieron al menos 40, a otras se les impuso un plazo para demostrar mejorías en sus planes docentes y contenidos. Para la gran demanda de estudiantes que no alcancen cupo en las universidades públicas aún escasas –la Central de Ecuador, las Estatales de Guayaquil y Cuenca y algunas politécnicas– las privadas tienen obligación de darles cabida y becarlos.
Ecuador vuelvo a ti
Existe además el programa Ecuador vuelvo a ti que ofreció 53 millones de dólares en becas para estudiantes ecuatorianos emigrados. Y la controvertida y ambiciosa Escuela del Milenio, que opera sólo con maestros que han pasado una estricta evaluación en zonas rurales, en escuelitas pequeñas pero dotadas de tecnología de punta para el aprendizaje. Sus críticos señalan que se ha priorizado la tecnología por encima de los contenidos, pero es apenas un plan en ciernes, con 20 escuelas piloto.
En salud pública hay otros programas, el que ofreció plazas bien pagadas en hospitales públicos a médicos especialistas que habían emigrado con la constante fuga de cerebros del pasado. También se aplicó el modelo de clausurar hospitales privados de mala calidad. Y ante la insuficiencia de hospitales públicos para dar cobertura total, una ley obliga a los privados a atender, incluso operar y tratar casos complejos, a pacientes que son remitidos del sector público. El gobierno paga.
¿Con qué? Con el resultado de otro decreto polémico de Correa, que determinó que 90 por ciento de la renta petrolera y de la minería debía permanecer en el país y las utilidades de las corporaciones extractivas se reduciría a un 10 por ciento. Con esto invirtió la proporción de 90 a 10 que se iba a las cuentas de las empresas.
Estos son algunos de los goles anotados por el delantero en los comicios que se definen dentro de cuatro días y que permite que Felipe Burbano, sociólogo de la oposición, académico de FLACSO y duro crítico de la Revolución Ciudadana pronosticara en una entevista que publica el diario conservador Hoy, el pasado lunes: La elección será un ritual que va a consagrar en el poder a Rafael Correa como una suerte de jefe supremo. Y advierte: El riesgo es que esa fuerza ampliamente mayoritaria se vuelva autoritaria ante los perdedores. Pero ese es un debate mucho más amplio y complejo.

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