Bartlett lanza libro que insiste en que privatizar Pemex es perder soberanía

Patricia Muñoz Ríos
Periódico La Jornada
Viernes 26 de julio de 2013, p. 14 

La condición estratégica del petróleo hace que quien controla este energético controla al país, y de ahí la importancia de que la reforma que se planea para este rubro no implique la renuncia a la soberanía petrolera de México, indicó ayer el senador Manuel Bartlett Díaz en el Foro de la Defensa del Petróleo, donde también se analizó el libro Política energética para que México sea potencia económica en el siglo XXI.
En el foro, que se llevó a cabo en el Sindicato de Telefonistas, Bartlett indicó que la reforma energética que se está conformando para nuestro país implica, en el fondo, la privatización del petróleo mexicano y, con ello, de la principal empresa paraestatal.
El coordinador parlamentario del Partido del Trabajo dijo que el petróleo mueve la industria, el comercio, los servicios y las personas, y no debe ser considerada como mercancía sino como un insumo estratégico para la economía de todo el mundo y, por supuesto, de México, por lo que –dijo– no se puede renunciar a la soberanía petrolera bajo ninguna condición.
Bartlett coordinó la elaboración del libro, en el que participaron, entre otros, el doctor Alberto Montoya Martín del Campo, catedrático y vicepresidente del Centro de Estudios Estratégicos y Nacionales; la investigadora Rocío Vargas Suárez; los ingenieros Heberto Barrios Castillo y Francisco Garaicochea Petrirena, así como el experto Gonzalo Núñez González.
En esta investigación se plantea, entre otros temas, que si se concreta la privatización del petróleo, México perderá su independencia. Así, propone que se rescate y se reafirmen los principios de la Constitución en este rubro, señaló Montoya Martín del Campo.
Montoya Martín del Campo hizo ver que los últimos gobiernos han abonado la dependencia energética a través de políticas fallidas. Planteó que para mantener la soberanía energética se tendrá que hacer valer la Constitución y recordar al gobierno que la energía, la electricidad y la petroquímica son áreas reservadas al Estado. Ponen como ejemplo que incluso así se pactó en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Además –señaló– se tendrá que exigir a este gobierno y a sus funcionarios que cumplan con la Carta Magna y que no sean instrumentos de corporaciones globales.
Montoya planteó que es fundamental que se reviertan las leyes que han sido aprobadas en materia energética y se cancelen los contratos a través de los cuales empresas trasnacionales se han apropiado de la renta petrolera

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