Lecciones de democracia y justicia
Toque Crítico
La escuelita zapatista
Martín Esparza Flores
A 19 años del levantamiento armado del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en Chiapas, registrado
el primero de enero de 1994, su comandancia abrió las puertas de sus
municipios autónomos a miembros de la sociedad civil, académicos,
artistas, representantes de organizaciones independientes como el SME y
delegados de los pueblos indios de México agrupados en el Consejo
Nacional Indígena (CNI), para invitarlos a participar en el curso “La
Libertad según L@s Zapatistas.
Durante cinco días —12 al 17 de agosto—,
mil 700 alumnos se adentraron en el conocimiento teórico y práctico de
temas como la autonomía, democracia y justicia, ejes rectores que han
guiado la vida interna de los territorios liberados por el EZLN,
mostrando el gran ejemplo de la lucha de resistencia de sus comunidades
indígenas que han dado una muestra de la forma de subsistencia digna y
pacífica con que pueden autogobernarse dentro de un marco de defensa de
la tierra, el agua y los recursos naturales contenidos en la
biodiversidad de sus regiones.
El encuentro va a trascender no sólo
porque se lleva a cabo dentro de un contexto de reiteradas agresiones a
los pueblos indios del país a los que las corporaciones multinacionales
les pisotean sus derechos con la connivencia oficial, permitiendo el
despojo de sus territorios y la devastación de sus entornos; además,
porque a nivel mundial crece geométricamente el reclamo a exigir a los
gobiernos el cumplimiento a tratados internacionales como el Convenio
169 que establece el respeto irrestricto a los derechos de los indígenas
y la Declaración de la ONU sobre sus derechos humanos.
El punto de reflexión que surge de la
autollamada escuelita zapatista es que todos los mexicanos debemos
despertar ante una avasallante realidad que amenaza con arrebatarnos el
país al ponerlo en manos de las insaciables trasnacionales y su dócil
neoliberalismo. Debemos volver la mirada a la batalla que libran los
yaquis por evitar el despojo de su agua, a los zapotecas de su viento
mediante la imposición de proyectos eólicos que han terminado por
criminalizar la lucha de resistencia de la Asamblea Popular del Pueblo
de Juchitán (APPJ), cuyos líderes han sufrido amenazas, hostigamiento,
persecución y hasta la muerte. Lamentable que por todo el territorio
casos como éstos se registren de manera sistemática en contra de las
etnias.
No puede aceptarse que, a casi 20 años
del despertar de los indígenas de Chiapas exigiendo al gobierno escuchar
su voz, se hayan multiplicado los despojos y agresiones en detrimento
de sus autonomías por el indiscriminado y permitido saqueo a los
recursos naturales en sus territorios, beneficiando únicamente a las
empresas extranjeras que el colmo de los excesos se dan el lujo de
contratar grupos paramilitares para reprimirlos sin que las autoridades,
tanto municipales como estatales o federales, hagan algo en su defensa.
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