Ni con el pétalo de una rosa
Radio SME, Opinión
Hugo Garrido
A 20 años del Tratado de Libre Comercio con Estados
Unidos y Canadá, la política internacional mexicana avanza viento en popa y a
todo motor.
México ha firmado su tratado comercial número 24*, en
el marco de la Alianza del Pacífico con Colombia, Perú y Chile. Quienes
aferrados, a que las políticas neoliberales traerán beneficios a sus
respectivos connacionales, han decidido liberar el 92% de todos los aranceles
comerciales entre ellos.
Con esta firma se libera de cargas arancelarias el 36%
del Producto Interno Bruto de América Latina y del Caribe, y se espera que en
el corto plazo, se integre a este bloque Panamá; además de una larga fila de 25
países que están en carácter de “observadores”.
Sobra decir, que según la lista de la revista Forbes,
ninguna de las 25 empresas más poderosas del mundo, es oriunda de los países
firmantes, ¿será que la firma de dichos tratados realmente es, para acrecentar
sus economías domésticas?.
O más bien, son las conexiones que los países que dominan
los organismos internacionales, utilizarán para seguir concentrando riqueza;
con 23 tratados internacionales que México ha suscrito, el nivel de vida de los
mexicanos no se ha visto beneficiada, al contrario, los niveles de pobreza
rebasan ya el 60%, y la clase media reduce su presencia en la economía nacional
sexenio tras sexenio.
Entonces ¿Qué se puede esperar con este tratado de la
Alianza del Pacífico?
En primer lugar, llamar la atención de los demás
países, que no se quieren quedar atrás en el proceso globalizador para que se
unan, y fortalezcan el bloque.
En segundo lugar, presionar a los países
latinoamericanos, que han decidido desligarse de las políticas financieras
internacionales, tal es el caso de Argentina, Venezuela, Bolivia etc.
En tercer lugar, que las empresas del denominado grupo
del G7 sigan acaparando los mercados internacionales sin que les cueste un solo
centavo el acto comercial. La historia nos demuestra como en estas ligas
comerciales, dichos países introducen mercancías a México por ejemplo y pueden
comercializarlas a todos los demás países pequeños, económicamente hablando,
sin el pago de un sólo centavo.
Con la firma de este nuevo tratado, los países
participantes confirman su sumisión al sistema económico mundial, que sólo ha traído
pobreza y desigualdad a las naciones emergentes, y por desgracia también se
confirma, que no ha habido una protesta de tales tamaños que los haga
retroceder de dichas doctrinas económicas.
En el caso mexicano, los distintos frentes de
resistencia, tendrán que hacer un análisis exhaustivo de sus formas de lucha, y
proponer nuevas y mejores estrategias, que los posicionen como una verdadera
barrera ante este atraco internacional.
Porque demostrado ha quedado, que a los Grandes
oligarcas no los han tocado, ni con el pétalo de una rosa.
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