Oceanografía, dique a las leyes secundarias
REVISTA SIEMPRE!
La punta del iceberg
Martín Esparza Flores
En la antesala de la discusión de las
leyes secundarias en materia energética, legisladores del PRI y del PAN
se esfuerzan por quitarse de encima el lodazal del que se han impregnado
por la irresolución y solapamiento al caso de la firma Oceanografía que
ha resultado ser uno de los más claros ejemplos de la corrupción en que
se vieron envueltos los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón en
el manejo discrecional de multimillonarios contratos otorgados por Pemex
a sus socios, amigos y familiares.
Si un rasgo mínimo de justicia se
albergara en el agonizante Estado de derecho en México, ambos
exmandatarios debieran estar en el banquillo de los acusados
respondiendo a la nación por los cuantiosos quebrantos ocasionados a las
finanzas de la paraestatal —ahora en riesgo de transformarse en
“empresa productiva del estado”—, que sirvieron para que pillos como el
ahora acusado, Amado Yáñez Osuna, lograran amasar, en menos de una
década, una considerable fortuna gracias al tráfico de influencias
ejercido a su favor por panistas como el entonces director de Servicios
Marítimos de Pemex Exploración y Producción, Mario Ávila Lizárraga,
ligado al desaparecido Juan Camilo Mouriño, y a los hermanos Manuel y
Javier Bibriesca Sahagún, hijastros del expresidente Vicente Fox.
La caja de Pandora que los panistas de las manos limpias
intentaron cerrar bajo siete llaves ha sido abierta y auscultada en
toda su podredumbre por las cortes norteamericanas, medios como The New York Times, The Wall Street Journal
y por el grupo financiero Citigroup Banamex, colocando en un auténtico
brete la aprobación misma de la reforma energética y sus apátridas leyes
secundarias.
En el contexto actual, Oceanografía es apenas la punta del iceberg
de lo que está por venir en caso de que los acostumbrados mayoriteos
parlamentarios doten al director de Petróleos Mexicanos y al Consejo de
Administración de las facultades, casi plenipotenciarias, que se
plantean en la nueva Ley de Pemex.
Desde hace años, la comisión de la
Cámara de Diputados, integrada ex profeso para investigar a los hijos de
la ex primera dama, Martha Sahagún, tuvo en sus manos las evidencias de
que gracias a ese tráfico de influencias los juniors
Bibriesca, lo mismo que su tío Guillermo Sahagún, se enriquecieron a la
sombra del poder; en su momento, el entonces secretario de Hacienda en
la primera mitad del gobierno de Felipe Calderón, Agustín Carstens, supo
de las anomalías que se cometían en la paraestatal pero se guardó de
actuar y revelar información pues dentro de los beneficiados estaba el
entonces secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, también
protector, a través de Ávila Lizárraga, del hoy detenido —y apapachado
por las autoridades— Amado Yáñez, a quien de forma por demás benévola se
le fijó una fianza de 80 millones de pesos, se le permitió estar
arraigado en su casa de Acapulco y recuperarse de su salud en un lujoso
hospital.
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