Por segunda ocasión, jóvenes increpan a Mancera; le gritan represor

PROCESO 


12 de junio de 2014
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El reclamo a Mancera en la CDHDF. Foto: Sara Pantoja
El reclamo a Mancera en la CDHDF.
Foto: Sara Pantoja
MÉXICO, D.F. (apro).- Por segunda vez en los últimos tres meses, el jefe de gobierno capitalino Miguel Ángel Mancera fue increpado por un grupo de jóvenes, quienes lo acusaron de represor, de violar los derechos humanos y ordenar detenciones arbitrarias en distintas protestas.
La primera impugnación ocurrió el pasado 12 de marzo en el Colegio de México. Unos 15 jóvenes interrumpieron su discurso sobre seguridad en la ciudad y le reclamaron el alza al precio del boleto del Metro. También le recriminaron que en su administración hay persecución política y acoso a luchadores sociales; le pusieron como ejemplo el caso de Mario González, preso en el reclusorio Oriente a consecuencia de su participación en la manifestación del 1 de diciembre de 2012.
La protesta de este jueves al mediodía ocurrió en el salón Digna Ochoa, de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (DCHDF), en el informe anual de la presidenta del organismo, Perla Gómez.
Los protagonistas fueron jóvenes y adultos que dijeron haber sido encarcelados injustamente por participar en protestas como las del 1 de diciembre de 2012, el 10 de junio y 2 de octubre de 2013.
En un auditorio lleno, con los secretarios del gabinete de gobierno en primera fila, además de invitados especiales de asociaciones civiles y de la academia, el discurso de Gómez Gallardo se escuchó sin ningún incidente; lo mismo el de Edgar Elías Azar, presidente del Tribunal Superior de Justicia del DF, y el de representantes de la sociedad civil.
Sin embargo, apenas un minuto después de que Mancera Espinosa tomó la palabra, alrededor de diez jóvenes se pararon y levantaron pancartas con frases como: “Policía en el poder = regente (sic) represor”, “En esta ciudad no se respetan los derechos humanos”. A los carteles le siguieron los gritos: “Represor”, “Fascista”, “Libertad, libertad a los presos por luchar”, “Castigo a los asesinatos de luchadores sociales”.
Una joven –identificada por el gobierno del DF como Nuria Roxana Ramírez Lozano, novia de Mario González–, burló la poca seguridad en el auditorio y la que en todos los actos públicos protege al mandatario local y subió al estrado donde hablaba Mancera.
Con un cartel que decía “Protestar no es un delito, reprimir sí”, encaró al mandatario local. Éste, con actitud de calma, le ofreció el micrófono para que expresara sus opiniones, pero la joven se negó y siguió sus consignas ante las cámaras.
Los gritos en la sala seguían mientras los invitados abandonaban el alboroto. El secretario de Seguridad Pública, Jesús Rodríguez Almeida, y el procurador general de Justicia, Rodolfo Ríos, sólo miraban las protestas.
La presidenta de la CDHDF, Perla Gómez, se colocó atrás de Roxana pidiéndole calma, pero no funcionó. De pronto, de la parte de atrás del público alguien aventó una botella de agua hacia el estrado, aunque no agredió a nadie.
Al ver que no habría orden para poder dialogar, Mancera se dio la vuelta y rápido se retiró escoltado por la puerta de atrás del auditorio.
Gómez Gallardo intentó calmar los ánimos al micrófono, pero los gritos seguían, así que ella también se retiró.
David Peña, secretario de vinculación de la CDHDF, ofreció a los jóvenes tener una reunión en lo inmediato para atender sus demandas.
Las voces
Uno de los inconformes, identificado como Pablo, profesor en el Estado de México, pero habitante de la delegación Iztapalapa, exigió la libertad de su hijo José Alejandro Bautista, detenido el 2 de octubre de 2013. “No nos vamos a callar, tenemos derecho a la protesta, aunque nos cueste la cárcel… esta gente no respeta derechos humanos, vienen a un recinto donde se deben respetar los derechos humanos y son los principales violadores”.
Acusó que en lo que va de esta administración se han registrado más de 400 detenciones ilegales y destacó las más recientes por el zafarrancho en el pueblo de San Bartolo Ameyalco el pasado 21 de mayo.
En entrevista, Roxana Ramírez acusó: “Es una simulación ridícula. En foros vienen a decir que respetan la protesta y en las calles, la policía de Mancera por falta de protocolos nos reprime. Es un policía represor, él fue el que dictó las órdenes el primero de diciembre y ahora viene, pone la cara linda y se lava las manos”.
Reconoció que no ha sufrido represión directamente, “pero he tenido que correr de granaderos como todos los que estamos aquí lo podemos atestiguar”.
Incluso, rechazó las leyes “antiprotesta” por limitar la libertad de expresión. “Mancera y la Asamblea Legislativa del derecho federal (sic) en una agenda de izquierda dijeron que era ultrajes a la autoridad y eso va en contra de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). No se valen los delitos de ultraje a la autoridad ni perturbación del orden público, como la que le metieron al compañero Mario. Eso es completamente ilegal e inconstitucional. Una cosa son los actos de violencia que deben ser castigados en sí y otra cosa es querer limitar la protesta porque insultamos a la autoridad”.
Judith Gómez, presa por los hechos del llamado “1DMX”, comentó: “No es justo que después de un año siete meses a uno de nuestros compañeros apenas ayer le den su libertad. Tampoco es justo cuántas personas están en proceso a pesar de que se dio una recomendación de derechos humanos, donde 99% de las detenciones del 1 de diciembre, incluyendo la mía y la de muchos compañeros que estuvieron aquí, están asentadas en esa recomendación como detenciones arbitrarias”.
Condena CDHDF la violencia
Minutos después de la manifestación, la presidenta de la CDHDF, Perla Gómez, condenó la protesta violenta que, dijo, obligó a Mancera a abandonar el acto público.
En conferencia, lamentó que en un espacio abierto a toda la ciudadanía se haya impedido el intercambio de ideas y pronunciamientos, así como escuchar el mensaje del jefe de gobierno. De hecho, dijo que pediría a Mancera su discurso para publicarlo en la página web de la CDHDF.
Gómez Gallardo aclaró que el organismo ha tenido constante comunicación con los protagonistas de la protesta y los ha acompañado en sus procesos legales. “Siempre se ha tenido disposición, apertura y espacios para que expongan sus demandas, inquietudes, quejas, reclamos y consignas”, comentó.
Por ello, dijo, no se comprende porqué se radicalizan posturas en la CDHDF cuando se convoca a diálogos y se atienden todas las denuncias.
Sin embargo, dijo que esa protesta violenta “no va a ser el pretexto para que la Comisión deje de tener espacios abiertos, pero habrá autocrítica para que no vuelva a suceder”.
Enseguida de la protesta, personal del GDF difundió que los quejosos fueron invitados directamente por la CDHDF. Al respecto, Gómez Gallardo explicó que la invitación fue abierta a toda la ciudadanía, incluso mediante las diversas redes sociales, pues era un informe de rendición de cuentas de la comisión durante el 2013.

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