Gobierno de Peña negocia con el SNTE para no parecer débil, dice la CNTE

Enrique Peña Nieto y Juan Díaz de la Torre, líder del SNTE. Foto: Eduardo Miranda
Enrique Peña Nieto y Juan Díaz de la Torre, líder del SNTE. Foto: Eduardo Miranda

PROCESO 
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Para Francisco Bravo, integrante de la Dirección Política Nacional de la CNTE y profesor de la sección 9 capitalina, la intromisión de la cúpula del SNTE en las negociaciones para modificar la reforma educativa, responde a una estrategia gubernamental a través de la cual la gestión de Enrique Peña Nieto no quiere parecer “débil” ante las reivindicaciones del magisterio disidente.
En entrevista telefónica con Apro, el exsecretario general de la sección 9 recordó que Juan Díaz de la Torre, actual dirigente del SNTE, tiene “decenas de cargos” en su contra y la única razón por la que no se encuentra en la cárcel, como su antecesora Elba Esther Gordillo, es que “obedece a las instrucciones oficiales”.
En el último mes, Jesusa Cervantes, reportera de Proceso, documentó en dos investigaciones periodísticas la red de empresas prestamistas que operó el SNTE entre 2009 y febrero de 2013, a través de la cual los líderes de sección del sindicato oficialista recibían una comisión de 2% por cada crédito obtenido.
Por lo anterior, Bravo sostuvo que las negociaciones entre los líderes del SNTE y la SEP que encabeza Aurelio Nuño para modificar diez puntos de la reforma educativa “no es una iniciativa del sindicalismo oficial”; más bien, consideró, De la Torre “está acatando lo que le dicen”.
Según Bravo, es posible que el gobierno acceda a los diez “resolutivos” que presentó ayer el SNTE en la SEP, la mayoría de los cuales forman parte de las reivindicaciones principales de la CNTE desde la aprobación de la reforma educativa.
Entre ellos, el profesor destacó que la separación de los incentivos salariales del programa Carrera Magisterial del sueldo base resultó una de las razones principales por las cuales se levantó el movimiento magisterial en entidades como Coahuila, Nuevo León o Chihuahua, poco acostumbradas a las movilizaciones.
Al verse rebasado por la CNTE y las bases de maestros, el gobierno retomó las reivindicaciones del magisterio disidente y las atribuyó al SNTE, con el que se mostró dispuesto a negociar, explicó el profesor, al abundar que el gobierno federal no quiere mostrarse “débil” frente a la CNTE después de reiterar durante meses que no negociaría la reforma educativa.
“Quieren quitarle la estrella a la CNTE y ponérsela al SNTE”, deploró, al observar: “El maestro ya no ve al SNTE como su representante oficial, incluso en las zonas que controló durante mucho tiempo”.

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