La seguridad, clave para el futuro energético de México
El desarrollo del sector energético mexicano, impulsado por la reforma constitucional de 2013, ha sido cada vez más dinámico. Con la apertura a la participación privada los sectores de petróleo, gas y electricidad, a lo largo de su cadena de valor, se ha detonado una importante inversión nacional e internacional. La Secretaría de Energía (SENER) prevé que hacia finales de 2018 se alcance una inversión aproximada de cien mil millones de dólares, derivada de la ampliación de la red de gasoductos, así como de los contratos asignados mediante los procesos competitivos de las rondas petroleras y las subastas eléctricas.
Sin embargo, el rápido y progresivo crecimiento del sector energético enfrenta una serie de importantes retos, entre ellos aquellos relacionados con la agenda de seguridad. Los desafíos van desde la capacidad de garantizar el suministro energético hasta la protección de instalaciones estratégicas y la ciberseguridad.
En los últimos años la plataforma de producción de hidrocarburos en México ha disminuido de forma importante, al tiempo que el consumo de energéticos continúa aumentando. La disponibilidad de acceso a mercados internacionales ha permitido que nuestro país encuentre un acceso competitivo al gas natural, cuyas importaciones provienen en su mayoría de Estados Unidos.
Ante este escenario, es importante que se diseñen estrategias que fortalezcan la producción nacional, reduzcan la alta dependencia de las importaciones de productos petrolíferos y de gas natural y se detone el aprovechamiento de las abundantes fuentes renovables de energía en el país. Además de los retos de producción interna, el país enfrenta también desafíos importantes en materia de robo de combustibles y de capacidad de almacenamiento.
Por otro lado, nuestro país no está exento de amenazas de ataques a instalaciones como refinerías, terminales de almacenamiento, centrales nucleares o hidroeléctricas. En este sentido, con la construcción de nueva infraestructura, el reforzamiento de los esquemas de prevención y la protección de instalaciones estratégicas cobra una relevancia aún mayor. Otros riesgos que enfrenta esta infraestructura incluyen afectaciones por desastres naturales, como los recientes sismos en nuestro país o los huracanes en el Golfo de México, que impactan directamente en el suministro energético.
La ciberseguridad del sector es también un reto que se debe afrontar de manera integral. Los ciberataques a infraestructura crítica energética pueden provocar, entre otras afectaciones, la desestabilización de actividades de producción y distribución de hidrocarburos o que las redes eléctricas sufran apagones.
Asimismo, la puesta en marcha de nuevos mercados energéticos requiere cada vez más de la generación y acceso a volúmenes importantes de datos. En este contexto, es muy importante que la infraestructura esté protegida ante posibles brechas de seguridad y ciberataques que puedan resultar en el robo de información confidencial y reservada.
Ante estas amenazas, las autoridades del sector energético y de seguridad nacional suman esfuerzos para coordinar acciones de prevención y respuesta ante incidentes que permitan mantener la disponibilidad ininterrumpida y los precios competitivos de los energéticos. Este enorme reto requiere cada vez más del involucramiento de los distintos participantes de las industrias energética y de seguridad.
Estos temas serán discutidos este 19 de octubre en la VIII Cumbre de Seguridad: Seguridad para el futuro energético de México, organizada por la productora de contenidos BluGroup y la firma de consultoría Zumma rg+c. La Cumbre reunirá a líderes y tomadores de decisión, con el objetivo de coincidir en la importancia de abordar una agenda común que le permita al sector energético desarrollarse plenamente y contribuir al crecimiento económico de México.
*Socios de Zumma rg+c
@ZummaMX, @rrrroreyes, @jonpinzon
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