Contratos amañados en el nuevo aeropuerto
REVISTA SIEMPRE!
El otorgamiento de los
contratos para diversas obras que se realizan en el Nuevo Aeropuerto
Internacional de la Ciudad de México (NAICM) debe revisarse con lupa;
desde su arranque hay la presunción de serias irregularidades que han
pasado por alto los lineamientos de transparencia establecidos en la Ley
de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las Mismas, así como de
otras disposiciones que al no cumplirse han dejado fuera a muchas
empresas, pese a haber cumplido con todos los requisitos de ley.
El sello de la opacidad ha aparecido
nuevamente en el proceder del Grupo Aeroportuario de la Ciudad (GACM),
dirigido por Fernando Patiño Márquez, organismo estatal encargado de
ejercer el presupuesto de 186 mil millones de pesos que costará la
obra, luego de haber incrementado su costo inicial de 169 mil millones y
que en una de sus primeras etapas, en 2015, adjudicó 50 contratos por
1,623 millones, de los cuales solo nueve se otorgaron por licitación
pública y el resto por invitación restringida o adjudicación directa. Es
decir, de manera discrecional y contraria a lo estipulado en las leyes
anticorrupción.
La Cooperativa LF del Centro participó
en la licitación lanzada por GACM para construir la red de distribución
eléctrica del NAICM, así como las subestaciones y el cableado
estructurado, cumpliendo con todos los requisitos técnicos, económicos y
financieros solicitados, en tiempo y forma. Pero al final, y de acuerdo
con lo contenido en la versión estenográfica del organismo, la dejaron
fuera por un supuesto requisito del IMSS.
Algo huele mal en la manera de otorgar
este contrato de lo que será la obra del sexenio. Una de las principales
exigencias era que las empresas demostraran experiencia en los trabajos
a realizar y los convocantes pasaron por alto que si hay un grupo de
técnicos capaces para ofrecer calidad y eficiencia esos son los
integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas.
Y si existía alguna duda, ahí están los
trabajos realizados por la mano de obra altamente calificada de los
smeitas en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez y la ampliación de
la Terminal Dos. Y no se diga todo el cúmulo de obras e infraestructura
eléctrica en Hidalgo, Morelos y el Estado de México.
En nuestra cooperativa contamos con
ingenieros y técnicos reconocidos por el Instituto Politécnico Nacional
(IPN), que los avalan como trabajadores capaces de realizar todo tipo de
obras eléctricas. LF del Centro cuenta con un capital social y contable
propio y un alta vigente en el SAT y el IMSS.
Es decir, todo en regla, por lo que
debemos preguntar a la clase política gobernante: ¿qué más requisitos se
necesitan para conseguir empleo en este país? ¿Acaso se requiere formar
parte de los poderosos grupos empresariales, ligados al poder, para
ganar un contrato en el NAICM? A estos cuestionamientos debemos añadir:
¿dónde quedó la prometida transparencia para el manejo de los recursos
públicos? A los mexicanos les asiste el derecho a exigir cuentas claras
del nuevo aeropuerto ahora que en tiempos electorales todos los partidos
hablan de honestidad.
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