Marichuy teje alianza popular en el país
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
• 0
Share:
Autor:
Martin Esparza
En un encuentro
que puede calificarse de histórico al materializarse la alianza de los
trabajadores del campo y la ciudad con los pueblos originarios del país
en torno a la candidatura presidencial de María de Jesús Patricio, Marichuy,
se alcanzaron en la sede del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME)
objetivos comunes para recuperar el estado de derecho y luchar contra el
modelo político y económico neoliberal, que desde hace más de 30 años
tiene sumidos en la pobreza y el atraso a millones de mexicanos.
Tras la instalación de mesas de trabajo
donde participaron miembros del Consejo Indígena de Gobierno (CIG), así
como representantes de organizaciones obreras democráticas, cooperativas
y organizaciones sociales, se logró establecer un diagnóstico de los
problemas que enfrentan los trabajadores de las comunidades indígenas y
campesinas y las similitudes que guardan con los trabajadores
organizados y no organizados de las ciudades.
Es de resaltarse que la calidad y el
contenido de los debates terminaron rebasando a la agenda electoral,
para establecer estrategias de acción bien definidas que implican el
pleno conocimiento de saber que los ciudadanos se enfrentan a una clase
política sin disposición alguna de cambiar el modelo económico y
político que desde hace 3 décadas ha beneficiado a los grandes capitales
nacionales y extranjeros, generando la pérdida de derechos sociales y
laborales para el pueblo de México.
Esa tendencia neoliberal es la que ha
buscado dividir y aislar a los movimientos sociales del país mediante el
uso de los medios de comunicación y la creciente represión y despojo
que enfrentan miles de comunidades indígenas y campesinas en todo el
territorio nacional, ante el embate de los megaproyectos cobijados en
reformas como la energética.
Otro de los puntos bien establecidos es
la necesidad de crear conciencia en la sociedad de que en las
prioridades de los partidos políticos tampoco se encuentra contemplado
el abatir la brutal desigualdad social. Para los candidatos que irán a
los comicios de julio próximo, movidos por su ambición de poder, los
indígenas y los trabajadores no tienen derecho a participar en la
construcción de la democracia del país.
Por ello, resaltamos en su momento
durante el Encuentro Nacional Anticapitalista del CNI-CIG y su vocera
con los trabajadores del campo y la ciudad, el pasado 24 de enero, que
el acuerdo alcanzado en el seno del Consejo Nacional Indígena y el
Consejo Indígena de Gobierno para llevar a una mujer de origen nahua a
la candidatura presidencial significa un ejemplo para la clase obrera
mexicana y una amenaza real para la corrompida clase política, por la
forma en que ahora se está organizando el pueblo para levantar la voz de
su inconformidad en los recorridos que realiza Marichuy por infinidad de sitios y comunidades que no figuran en las agendas de los partidos políticos.
La candidata indígena está contribuyendo
a poner en el escenario de los temas nacionales pendientes, la lucha de
resistencia que libran no únicamente los pueblos originarios en la
defensa de la tierra, sus recursos naturales y sus territorios, sino la
de muchos grupos sociales que, como acertadamente refirió en el evento
el doctor y exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México,
Pablo González Casanova, están comenzando a explorar nuevas alianzas en
común para “romper las fronteras artificiales creadas entre los
trabajadores del campo y las ciudades”.
El profesor emérito ponderó en sus
palabras la relevancia del encuentro, al señalar: “El paso que han dado
tiene una extraordinaria importancia; ocurre en el momento cuando el
pueblo tiene clara conciencia de la crisis que atraviesa el capitalismo:
una crisis política, social, económica y moral”. Y destacó: “Es un
momento en que el pueblo de México está pensando en cómo sustituir en
forma pacífica este sistema por otro donde sí estén presentes, en todas
sus formas, el pueblo trabajador y los pueblos indígenas”.
Una de las tareas inmediatas derivadas
de las mesas de trabajo es lograr que el pueblo en su conjunto se entere
que los problemas que enfrentan los trabajadores del campo y la ciudad
son los mismos, como también para quienes laboran en las comunidades
indígenas. Los bajos salarios y la anulación de derechos como el acceso a
la seguridad social por la imposición de la reforma laboral afectan de
manera directa a todos. Y la unidad de acción debe centrarse en exigir
el respeto a las conquistas sociales que han sido desarticuladas de la
Constitución por el modelo neoliberal.
Es por eso que en las actuales
circunstancias de crisis económica y política por las que atraviesa el
país estas alianzas populares que teje Marichuy por el
territorio nacional van más allá de las elecciones. Y lo dejó bien claro
cuando señaló en su mensaje: “No queremos gobernar, queremos que la
gente de este país se gobierne para desmantelar el poder que nos oprime y
hacer nuevas formas de organización del trabajo, donde el salario sea
justo y la producción no ponga en jaque los territorios, donde no se
deban abandonar las tierras y las familias por la guerra que han
impuesto los poderosos para sustentar la producción capitalista que está
acabando con la vida”.
En la decantación de resultados del
encuentro realizado en el SME, no podemos dejar de mencionar la
importancia de haber analizado cuáles han sido las acciones de nuestras
organizaciones por mantener vigente la lucha contra el capital, donde el
movimiento de resistencia librado por el Sindicato Mexicano de
Electricistas sentó un precedente de primer orden en las estrategias de
lucha de los movimientos sociales del país.
Uno de los logros tangibles del pasado
–encuentro que convocó a intelectuales y académicos como el doctor Pablo
González Casanova, Gilberto López y Rivas y Adolfo Gilly– es el avance
en los acuerdos de unidad alcanzados entre los sindicatos
independientes, las cooperativas y los legítimos representantes de los
pueblos originarios del país, para ir en objetivos bien trazados más
allá de la elección del próximo 1 de julio. La unidad del pueblo
trabajador, indígena y campesino ya está en marcha.
Martín Esparza Flores*
*Secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas
[OPINIÓN]
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Comentarios