SOBRE EXPLOTACIÓN DEL TRABAJO Y NEOESCLAVISMO LABORAL

Participación del Doctor David Lozano,
Profesor investigador de la Facultad de Economía y
Fundador del Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM,
En el programa Frecuencia Laboral del 04 de agosto de 2018,
El lunes pasado 30 de julio de 2018 se conmemoró el Día Internacional contra la Trata de Personas, que es un delito penal internacional y un delito de lesa humanidad. El protocolo de Palermo define la trata de personas como la captación, transporte, traslado, acogida o la recepción de personas, independientemente de su sexo, edad u origen, utilizando la coacción física o moral, el engaño, el abuso de poder o una situación de vulnerabilidad, con fines de explotación sexual o para la extracción de órganos, o para la explotación laboral mediante trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud y la servidumbre.
En México la Ley Federal del Trabajo no tipifica esos delitos, aunque sí se tipifican en el código penal, por esa razón no existen cifras reales de cuántos mexicanos se encuentran en situaciones similares a la trata de personas y al trabajo forzado (que es aquel que se impone más allás de las 8 horas de trabajo, de manera obligatoria, sin paga o con paga, pero sin el consentimiento del trabajador).
Por ese motivo entrevistamos al doctor David Lonano, el sábado 04 de agosto de 2018, quien nos explicó que no se ha ajustado la Ley Federal del Trabajo en México, porque el gobierno tendría que reconcer que cada vez más personas caen en condiciones de sobre explotación, lo que algunos investigadores también llaman neoesclavismo laboral.
A continuación transcribimos la participacion del doctor David Lozano.
 
Con respecto a la explotación y las nuevas formas de explotación, esta ese debate que ustedes mencionaban en el libro (PROHIBIDO OLVIDAR n.d.e.) con respecto a que hay una especie de neoesclavismo en las relaciones laborales y solamente basta con ver los datos de lo que está pasando a nivel mundial.
A nivel mundial la Población Económicamente Activa ha sufrido una serie de modificaciones en las condiciones laborales y en la suma de trabajo. En algunos países, sobre todo en Europa, en Alemania, por ejemplo, el 35 por ciento de su población está trabajando en la subcontratación, en la informalidad. En Francia es el 54 por ciento, en Italia es el 58 por ciento, en España es el 56 por ciento, y así sucesivamente.
Es decir, cada vez hay más trabajadores en el mundo que no tienen prestaciones sociales y sobreviven en peores condiciones de trabajo.
Por ese deterioro de las relaciones laborales algunos expertos han abierto el debate con respecto al neoesclavismo o superexplotación, que esto lo manejaban un poco los brasileños, entre otros, y que planteaban que actualmente ya no se observa solamente la explotación del trabajo, quitándole al trabajador la mitad de la jornada laboral, para que se la quede el patrón, sino ahora estamos hablando de menos del 20 por ciento de lo que genera en la jornada laboral, lo que se le retribuye a los trabajadores.
Un ejemplo de ello es el caso de México, en donde cualquier trabajador actualmente destina alrededor de 6 minutos y medio a 7 minutos de su trabajo, para generar su salario, el resto de la jornada laboral se la queda en manos del gobierno o en manos de empresarios.
En el mundo se está sucediendo un fenómeno similar. Está aumentando la población que se encuentra en la tercera edad y que se está incorporando al mundo del trabajo, porque no les alcanzan las pensiones. A nivel mundial estamos hablando de 800 millones de trabajadores mayores a los 65 años en esa situación.
También el trabajo infantil se ha incrementado y a nivel mundial estamos hablando de casi 600 millones de menores de edad que están incorporados al trabajo, para ayudar a su familia a subsistir.
Entonces ese incremento tanto en el trabajo infantil, como en el trabajo de las personas de la tercera edad, así como en la disminución de las prestaciones laborales no solamente ha sido constatado o estudiado por analistas.
El último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre prestaciones laborales menciona que han sufrido una reducción importantes y un retroceso de casi 30 años, registrado sólo en la última década.
Es decir, hay retroceso en la jornada laboral, en las prestaciones sociales y esto significa que hay un aumento en la explotación de los trabajadores.
Nosotros hemos visto que en América Latina y, en particular, en México hay un retroceso en las prestaciones sociales sumamente importante y estamos hablando que ya hay trabajadores que no tienen prestaciones sociales o son iguales a las de la década de los años 30 del siglo XX.
Este es un poco el panorama que se encuentra actualmente y el debate que hay es si estas son nuevas forma de explotación o son nuevas formas de esclavitud laboral, de alguna manera.
P. En el equipo de Frecuencia Laboral estábamos viendo que en la Ley Federal del Trabajo no existe ni la categoría de neoesclavitud laboral ni se penaliza como lo establecen los tratados internacionales relativos a la trata de personas, no se penaliza al trabajo forzado lo que significa que obligan a los trabajadores a trabajar de 10 a 18 horas y la ley laboral ni se ha enterado que esto existe ¿cómo se ve desde el ámbito económico?
R.- Lo que pasa es que ese problema existe pero el hecho de reconocerlo por parte de los gobiernos tiene una serie de implicaciones jurídicas.
El problema de la sobre explotación o el trabajo forzado o el de la poca paga hace más de 50 años los organismos internacionales establecieron que es un delito penal, jurídicamente es un delito, pero el hecho de que los estados no lo reconozcan lo hacen con toda la intención para que no se pueda desarrollar todo un proceso de organización de los trabajadores en defensa de sus derechos laborales y evitar efectivamente el problema de la sobre explotación y de la esclavización laboral.
En el caso del país, una familia tiene que laborar 24 horas para poder adquirir una canasta básica. En términos legales eso es no solamente violatorio de sus derechos humanos laborales, sino que tiene una serie de implicaciones porque se está coartando a las personas la posibilidad de dedicar algunas horas de su vida a otro tipo de actividades para su desarrollo, sino que se le está coartando toda forma de desarrollo, como si estuviera sometido a trabajos forzados.
En México tenemos este problemas, pero no somos el único país, en Centroamérica también existe y en otros países en donde la violación de los derechos humanos laborales es flagrante y constante.
Si lo vemos en el caso de México con los trabajadores que se encuentran en la industria maquiladora, los trabajadores del campo, los jornaleros agrícolas, cuya paga ni siquiera llega al salario mínimo, ahí son condiciones no solamente de sobre explotación laboral, ahí sí ocurre plenamente el proceso de esclavitud laboral. Y reconocerlo implicaría aceptar que el Estado está permitiendo la violación de los derechos humanos laborales de los trabajadores. 

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