Necesario revertir siembra de transgénicos y avanzar en bioseguridad: San Vicente
PROCESO
Con una larga trayectoria de lucha ambientalista, hasta antes de asumir su actual puesto en el gobierno federal —el 10 de julio pasado—, San Vicente Tello fue directora de la Fundación “Semillas de vida” y promotora de la campaña “Sin maíz no hay país”, con la que un grupo de académicos y activistas logró una medida cautelar para suspender la siembra de cultivos transgénicos en México mientras se resuelve una demanda interpuesta para buscar la prohibición definitiva.
Recordó que mientras los anteriores gobiernos avanzaron en normas para permitir la siembra de transgénicos, “nosotros siempre dijimos que se necesitaba construir la base de bioseguridad con normas para salvaguardar la biodiversidad del maíz, como las zonas libres de transgénicos y el etiquetado, pero tenemos ahorita muchos retos, el principal es avanzar en esta política que esperamos cumplir, sobre todo cambiar la operación que hay en Semarnat, que tenía esa dinámica”.
—¿Los cambios incluyen la posibilidad de buscar la modificación de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (OGM)?
“El concepto de bioseguridad es muy importante, va ligado a las cuestiones biológicas, entonces no sólo son los OGM, sino también las nuevas tecnologías. A esa ley se le llamó incluso la Ley Monsanto y aunque se hicieron algunas modificaciones, ese es el sentido de transformarla. Tenemos que ver con los diputados, para realmente tener una ley de bioseguridad, no una ley para que se siembren transgénicos en el país”.Adelita San Vicente estuvo recientemente en esta ciudad, invitada para inaugurar las instalaciones del “Frente en Defensa del Maíz, Colima”, un espacio en la zona centro, donde se ofrecen talleres, intercambio de semillas, así como productos agrícolas orgánicos.
En entrevista, dijo que como consecuencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) firmado por el presidente Carlos Salinas de Gortari, crecieron las importaciones de maíz barato, “de muy mala calidad, transgénico, lleno de almidón, hecho para alimentar animales, y eso estamos comiendo”.
Refirió que si alguien ha ganado con esa situación son los maiceros de Estados Unidos y ante la revisión del acuerdo, que se convirtió en Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), “esos maiceros que se han beneficiado fueron los primeros que le dijeron a Donald Trump: ‘nosotros votamos por ti y no puedes traicionarnos’. Está delicado el Tratado, va a ser algo complicado porque se firmó algo muy similar, no había condiciones para otra cosa”.
Maíz nativo, alimento gourmet
A juicio de San Vicente, la situación es muy compleja, por lo que “necesitamos revertir esta política con mayor producción de maíz local, que la gente coma su maíz, que no lo tenga que sacar para comer Maseca, porque ahorita también está el peligro de que el maíz nativo se ha convertido en un alimento gourmet: la tortilla azul está a precio de oro, porque además tiene pigmentos que son antioxidantes, vamos a exportar maíz azul y las comunidades están comiendo Maseca, es irónico”.
Una situación de este tipo, dijo, sucedió con la quinoa en Bolivia, donde “vendieron este producto por el mundo y dejaron de comerlo, eso no puede suceder: lo que necesitamos es que se ejerza el derecho a la alimentación sana establecido en el artículo cuarto constitucional, y el 27 dice que ese derecho se garantizará con la producción local. Primero debemos producir para que ese derecho lo gocemos todos, que no sólo los que tienen recursos puedan comer bien, necesitamos que todas y todos comamos en primer lugar tortillas de buena calidad”.
Comentó que a su llegada a la Semarnat se dio cuenta de que en el gobierno anterior se otorgó un permiso a una universidad estadunidense y a una empresa privada para el acceso a los recursos genéticos de maíz, que da la posibilidad de patentar el maíz.
“Nosotros luchando contra los transgénicos y esa secretaría neoliberal en el sexenio pasado dando ese permiso desde 2015. La tarea es revertir eso, está muy complicado, pero sabemos que tenemos el apoyo de la sociedad, de las comunidades y, sobre todo, la fuerza de nuestro maíz”.San Vicente Tello advirtió que para avanzar en las políticas de bioseguridad, no sólo se trata de detener los transgénicos, sino que se revise donde se han sembrado, donde hay contaminación, “para proteger la gran riqueza que han preservado las comunidades, no sólo del maíz, quieren apropiarse del chayote, del guayabillo, del tepezcohuite, todo, porque es el oro verde, entonces esto está ligado al gran conocimiento que tienen las comunidades y nuestra tarea es protegerlo”.
Durante los seis años previos a su nombramiento en la Semarnat, Adelita San Vicente fue representante en la demanda presentada contra la siembra de cultivos transgénicos en México, que actualmente sigue su curso.
Luego de que en 2013 las organizaciones y los ciudadanos demandantes lograron que se dictara la medida cautelar, hay más de 150 impugnaciones en cerca de 20 tribunales, lo que llevó el asunto a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), aunque hasta la fecha no se ha iniciado el juicio principal, pues todo se ha enfocado a la constitucionalidad de la medida cautelar.
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