Nueva normalidad: nuevas obligaciones


 

Finalizó México la Jornada Nacional de Sana Distancia México con más de 90 mil casos acumulados de Covid-19, casi 10 mil fallecidos por la enfermedad, alrededor de 1 millón de empleos perdidos, decrecimiento económico y una sociedad polarizada. Pero la emergencia no ha terminado. De hecho, ni siquiera está claro que haya finalizado el periodo de ascenso de los contagios.


El  29 de mayo pasado se publicaron en el Diario Oficial de la Federación los “Lineamientos Técnicos de Seguridad Sanitaria en el Entorno Laboral”, documento que estableció el regreso a las labores previsto como un proceso de forma escalonada que se dividió en tres etapas.
Como e sabe, la primera etapa inició el 18 de mayo e incluyó los Municipios de la Esperanza, los cuales no tienen contagios reportados por SARS-CoV-2 ni vecindad con municipios con contagios. En estas localidades se autorizó la apertura de actividades laborales, sociales y educativas.
Con respecto de la segunda etapa, se llevó a cabo entre el 18 y el 31 de mayo. Consistió en una preparar la reapertura. Por un lado, ampliar las actividades empresariales consideradas como esenciales. Se incluyeron las de la industria de la construcción, minería y la referente a la fabricación de equipo de transporte. En esta etapa, se estipuló que los sectores antes mencionados adoptaran y validaran los protocolos a ser aprobados por el Intituto Mexicano del Seguro Social para reiniciar actividades antes del 1 de junio de conformidad con el proceso establecido para tal efecto.
Y la tercera etapa. Inició este 1 de junio. Es el proceso de reapertura socioeconómica mediante un sistema de semáforo de riesgo epidemiológico semanal por regiones (estatal o municipal). Mediante este semáforo se determinan los riesgos sanitarios. Además se definen qué tipo de actividades están autorizadas para llevarse a cabo en los ámbitos económico, laboral, escolar y social. Los niveles de alerta del semáforo son máximo, alto, medio y bajo, y serán dictados por la autoridad federal.  En esta etapa todas las empresas podrán reiniciar operaciones siempre que implementen lo establecido en los lineamientos y atiendan el semáforo de riesgo epidemiológico. Por lo cual  no será necesario contar con una autorización previa.
Para el caso de las empresas esenciales, éstas deberán llevar a cabo obligatoriamente su mecanismo de autoevaluación en línea. Los centros de trabajo de los sectores de la construcción, minería y la referente a la fabricación de equipo de transporte que hubieran realizado su autoevaluación durante el periodo comprendido del 18 al 31 de mayo, y que cuenten con la aprobación del Instituto Mexicano del Seguro Social no será necesario que realicen de nueva cuenta su autoevaluación.
El fin de la Jornada Nacional de la Sana Distancia impicará neecsariamente que las medidas de distancia social se relajen, pese a que 31 estados del país se encuentran en semáforo rojo. El regreso a las actividades cotidianas provocará probablemente una segunda ola de brotes y contagios y, por tanto, será necesario volver a establecer un periodo de confinamiento.
Esta situación ha ocurrido en otras latitudes. Japón, por ejemplo, levantó la cuarentena decretada en Hokkaido el 19 de marzo porque había controlado la pandemia provocada por Covid-19. Ese día dio por finalizado el estado de emergencia. Y a principios de abril, incluso, reabrió las escuelas. Sin embargo,  26 días después del levantamiento paulatino de la cuarentena se volvió a decretar la cuarentena en Hokkaido.
México ha sido uno de los países que menos pruebas ha realizado para la detección de Covid-19. Lo anterior, pese a que la Organización Mundial de la Salud ha insistido en que el país debe realizar más pruebas de laboratorio, sobre todo en los casos sospechosos y sus contactos, para tener una fotografía más precisa del impacto de la pandemia en un país donde la transmisión es muy activa.
Del manejo de la pandemia en Japón se han aprendido tres lecciones. En primer lugar, que se puede tener bajo control el brote si se detecta de manera temprana. En egundo lugar, al reconocer a las personas infectadas es más  sencillo delimitar grupos de contagiados, hacer seguimiento y aislar; y por último el control de las aglomeraciones.
Los criterios establecidos por la Organización Mundial de Salud ha señalado que antes de relajar las restricciones es necesario demostrar que la transmisión del Covid-19 está controlada. Situación que al 1 de junio en México no se cumplía. La propia Secretaría de Salud ha señalado que casi todo el país se encuentra en semáforo rojo. Por lo tanto, no se pueden relajar las medidas de sana distancia. Aunado a lo anterior, el sistema de salud mexicano no cuenta con la capacidad de identificar, aislar, rastrear contactos y ponerlos en cuarentena.
Además, la Organización Mundial de Salud ha señalado que es indispensable aplicar medidas preventivas en los lugares de trabajo, incluyendo distanciamiento físico, instalaciones para lavarse las manos y la observancia de la etiqueta respiratoria; y gestionar los riesgos de contagio por personas que vienen del extranjero.

La nueva normalidad

El director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, Zoé Robledo, indicó que 6 mil 626 empresas se registraron en la Plataforma Nueva Normalidad (http://nuevanormalidad.gob.mx/) con el fin de dar cumplimento al proceso de autoevaluación y, de esta manera, dar inicio a las  actividades el primero de junio.
La plataforma de Nueva Normalidad tiene fundamento en los Lineamientos Técnicos de Seguridad Sanitaria en el Entorno Laboral. Este instrumento se basa en 3 fases:
  • Registro. Las empresas deben proporcionar datos (nombre, registro patronal, razón social, sector en el que se desempeña, correo electrónico, número telefónico);
  • Autoevaluación. Comprende 78 puntos, preguntas binarias de “sí” o “no” de las empresas, y
  • Validación de parte del Instituto Mexicano del Seguro Social
En esta nueva normalidad se obliga a las empresas a que instauren medidas de prevención para evitar contagios en el centro laboral. El Instituto Mexicano del Seguro Social señala que la desinfección, higiene y sana distancia siguen siendo las mejores y eficaces medidas.
Para el Instituto Mexicano del Seguro Social, las empresas cumplen con las medidas de higiene al instalar en los centros de trabajo lavamanos (en condiciones adecuadas), suministro de agua, jabón y toallas de papel desechables, dispensadores de alcohol gel a libre disposición en puntos estratégicos, sana distancia en oficinas y áreas de producción, barreras físicas y reuniones de manera virtual.
También se señala que los empleadores deben implementar en las áreas de trabajo el señalar las áreas comunes como cafeterías y comedores, aplicar sana distancia, contar con equipos de protección personal como cubreboca y careta para el desempeño específico de algunas labores.
En el caso de los trabajadores estos están obligados a prevenir y controlar la propagación del virus en el centro de trabajo, en los hogares y en el transporte.
De la observancia de estas medidas dependerá que regresé o no un nuevo periodo de confinamiento.
Ivonne Carolina Flores Alcántara*
*Doctora en derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México

Fuente 

Comentarios