Fraccionamientos del Infonavit: Radiografía de una pesadilla
Durante las gestiones de Vicente Fox y Calderón se construyeron por todo el país 4 millones 839 mil 525, en superficies de 27 a 34 metros cuadrados. Los espacios eran asfixiantes, inhóspitos, por lo que 600 mil propietarios terminaron por abandonarlas, dando origen a los fraccionamientos fantasma.
Los tres sexenios pasados –los del PAN y el último del PRI– las viviendas construidas por el Infonavit se convirtieron en una pesadilla para los trabajadores que las adquirieron. Durante las gestiones de Vicente Fox y Calderón se construyeron por todo el país 4 millones 839 mil 525, en superficies de 27 a 34 metros cuadrados. Los espacios eran asfixiantes, inhóspitos, por lo que 600 mil propietarios terminaron por abandonarlas, dando origen a los fraccionamientos fantasma. El actual director del Infonavit, Carlos Martínez Velázquez, lo admite: no se trata de un tema aritmético, sino territorial y humano muy profundo.
CIUDAD DE MÉXICO (proceso).-. La vivienda de alrededor de 34 metros cuadrados se recorre dando poco menos de cuatro pasos a lo ancho y nueve de fondo.
Si alguna vez alguien la ocupó, ahora ya no tiene puertas ni ventanas ni servicios de agua ni de luz eléctrica ni muebles en el baño ni lavatrastes ni lavadero.
Las medidas de la construcción asfixian: en total 3.75 metros de ancho y nueve metros de largo; la recámara es de 2.5 por tres; el baño de 1.40 por 2.30, la azotehuela es una tripa de uno por 3.90 y la cocina, un fantasma que se pierde entre lo que uno imagina es la estancia-comedor.
Eso sí, la casa tiene espacio para un hipotético auto y cimientos para construir un segundo piso.
Esta vivienda se adquirió vía crédito del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) por entre 250 mil y 300 mil pesos. Se localiza en el municipio mexiquense de Zumpango. Forma parte del llamado Fraccionamiento Santa Isabel, que se ubica a una hora y 30 minutos promedio de distancia, en transporte público, de la estación del Metro Indios Verdes y a 63 kilómetros del Zócalo de la Ciudad de México.
El cuerpo principal de la unidad habitacional está compuesto por unas 750 viviendas. Natividad Estrada, quien se presta a dar informes, dice que del total sólo alrededor de 250 están ocupadas por sus propietarios originales, otras 250 por “invasores” y el otro tercio se encuentran abandonadas.
–¿Por qué las abandonaron? –se le pregunta.
–Mire, el fraccionamiento tiene todos los servicios: agua, luz, gas, alumbrado público, recolección de basura, escuelas, incluida una prepa a un kilómetro o menos de distancia, pero el problema es que aquí cerca no hay empleo. ¿Sabe cuánto se gasta para ir a (la Ciudad de) México a trabajar? Por lo menos 800 pesos a la semana; al mes, sale más caro ir a México que lo que se paga de hipoteca.
–Entonces, los que no se han ido o los invasores, ¿cómo le hacen? –Quien sabe. Yo pienso que de algo a nada…
Fragmento del reportaje publicado en la edición 2323 del semanario Proceso, cuya versión digital puedes adquirir aquí.
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