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Los grados académicos perderán peso en el futuro del trabajo, reconocen rectores

 

Debido a las transformaciones del mercado, los cambios en las formas de aprendizaje y la rapidez con la que se demandan nuevas habilidades, las licenciaturas y posgrados competirán cada vez más con las certificaciones especializadas entre el capital humano.

El 36% de los trabajadores teme que sus competencias queden obsoletas en un año. Foto: Shutterstock

El mercado de trabajo se está transformando constantemente debido a la cuarta revolución industrial. El avance de la digitalización y la automatización está creando nuevos empleos y, al mismo tiempo, sustituyendo tareas manuales. Sin embargo, estos procesos no sólo implican cambios en el mundo laboral, también impactan a la educación y es probable que en el futuro del trabajo los grados académicos pierdan presencia.

El crecimiento de nuevas alternativas de formación y la velocidad con la que el mercado demanda nuevas habilidades son algunos factores que en buena medida incidirán en que los grados académicos pierdan peso.

“Estoy convencido de que la educación de grado va a disminuir su presencia, su porcentaje en la sociedad, porque hay otras maneras también de formarse, capacitarse y habilitarse”, expuso Ignacio de la Vega, vicerrector ejecutivo de Asuntos Académicos del Tec de Monterrey.

De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), aunque los estudios universitarios se mantienen como una llave importante al mercado laboral, en los últimos años se han reducido las ventajas de la educación superior con respecto a la educación media.

Durante su participación en el panel El futuro de la educación en México, organizado por IBM, Ignacio de la Vega consideró que esta tendencia demanda que las universidades apuesten por nuevos modelos educativos, con otros perfiles docentes, con pedagogías más activas, colocando las competencias en el centro de la formación y aprovechando las herramientas digitales en los procesos de enseñanza.

En ese sentido, Luis Gutiérrez, vicerrector ejecutivo de la Universidad Tecmilenio, consideró que la formación de profesionistas preparados para el futuro del trabajo requiere de una transición de la educación a modelos de enseñanza híbridos. “Ya se acabó el tiempo en el que el alumno tenía que ir a un salón de clases para escuchar ponencias de dos horas o tres horas de un profesor y donde lo único que hacía era hablar él y no importaba si el alumno estaba poniendo atención o interesado en la clase”.

Además, la formación debe ser flexible en la adaptación a las necesidades de aprendizaje de cada persona, personalizada para que cada estudiante decida lo que quiere estudiar con base en sus planes y con una actualización constante de los planes de estudios debido a los cambios frecuentes en las competencias requeridas por los negocios.

Según el reporte El estado de las habilidades de Degreed, el 36% de los trabajadores en México opina que sus competencias laborales básicas quedarán obsoletas en los próximos 12 meses, una cifra que evidencia la magnitud de la transformación en el mercado y cómo los empleadores van requiriendo nuevas habilidades en el talento.

En ese tenor, Luis Alberto Méndez, director de la Ingeniería en Diseño de la Universidad Panamericana de Aguascalientes, consideró que el desarrollo de habilidades blandas será importante en la evolución que tendrá la educación en respuesta al futuro del trabajo.

Entre los ajustes en los procesos de enseñanza para adaptarse a las nuevas realidades, Luis Alberto Méndez afirmó que los exámenes basados en lo que el profesor expuso, en conceptos y fechas, quedarán obsoletos. “Es posible tener nuevos sistemas basados en evidencia con los que nosotros podemos evaluar a nuestros alumnos”.

Conexión con las empresas

Luis Gutiérrez opinó que uno de los desafíos de las universidades es reconocer que el desarrollo de programas académicos alineados a las necesidades del mercado requiere de la participación de especialistas que están involucrados en las industrias.

Por su parte, Ignacio de la Vega resaltó que es valioso que las universidades estén vinculadas con las empresas. “Ese ha sido uno de los rezagos tradicionales de las instituciones universitarias, que estaban aisladas en una torre de marfil con sus profesores, sus investigaciones y sus alumnos”.

El académico destacó que las alianzas entre instituciones educativas y empresas le permiten a los estudiantes formarse en las competencias más demandadas por el mercado, pero también pueden resolver retos de negocio reales.

Esta colaboración entre universidades y negocios cobra relevancia en un mercado donde es más recurrente que las empresas tengan dificultad para encontrar perfiles adecuados. De acuerdo con el estudio Escasez de talento de Manpower, el 69% de las organizaciones a nivel global tiene dificultades para cubrir sus vacantes.

Sin embargo, la transformación de la educación no sólo está vinculada con los programas académicos y los modelos de enseñanza. Luis Gutiérrez subrayó que las universidades deben atender el bienestar físico, emocional y social de los estudiantes.

 

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