Calderón es un peligro para México
Juan José Solis Delgado
07 de julio, 2010 - 16:08 | 16 comentarios
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Envía4 .Definitivamente a cuatro años de distancia, quien resultó ser un peligro para México fue Felipe Calderón. Veamos por qué.
Primero. Calderón ofreció ser el presidente del empleo. Falso. El empleo en nuestro país no ha crecido, las cifras que pomposamente ha presentado Calderón se deben a inercias propias del sistema y además se refieren, en su mayoría, a empleos temporales. Por el contrario, ha cerrado fuentes de trabajo como es el caso de los trabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, que de la noche a la mañana se quedaron sin su ingreso.
Además, el propio gobierno federal emplea a trabajadores bajo la modalidad de "honorarios" por servicios profesionales, negando el derecho a seguridad social y prestaciones de ley a las que todo patrón estaría obligado.
El desempleo sin duda, ha aumentado.
Segundo. En su campaña electoral, Calderón acusó a Andrés Manuel López Obrador de ser un peligro para México, en su guerra sucia argumentó que con AMLO las personas iban a perder su patrimonio. La realidad ha demostrado que los índices de pobreza no han disminuido y por el contrario han aumentado; lo que se traduce en un número importante de familias mexicanas que han perdido su patrimonio.
La pobreza ha aumentado.
Tercero. Calderón prometió disminuir los impuestos. Nuevamente falso. En su administración se introdujo el IETU que solapado por la máxima institución de justicia, merma de manera importante la economía de las pequeñas y medianas empresas, y peor aún, a quienes laboramos de forma independiente y expedimos recibos de honorarios. Prometió desaparecer el impuesto de la tenencia, y hasta la fecha ha sido ilusorio, pues a pesar de su anunció electorero, el impuesto se sigue y seguirá pagando.
Los contribuyentes cautivos siguen sosteniendo al país.
Cuarto. Calderón prometió bienestar para las familias mexicanas, y no hay un solo ciudadano en este país, que no tenga una historia de un acto delictivo que contar, ya sea que lo haya vivido directa o indirectamente. La inseguridad producto de las actividades delictivas del crimen organizado, se han incrementado debido a la ineptitud de Felipe Calderón. La vida social del país se ha transformado de forma vertiginosa para ser un país del miedo.
Estamos experimentado una cercanía al estallido social en un Estado Fallido.
Cinco. Quienes llevaron a Felipe Calderón a los pinos, hoy le reclaman el ambiente de inseguridad. Esos mismos empresarios y hombres de poder, hoy se dan topes y han tomado la decisión de regresar al viejo PRI que les proveía estabilidad y tranquilidad en sus negocios lícitos e ilícitos (de ahí el apuntalamiento a la imagen de Peña Nieto en los medios de comunicación). Esos mismos hombres mafiosos, están aterrados por el secuestro de Diego Fernández de Cevallos y la inacción de Calderón, además de la complicidad del jefe máximo de la banda de García Luna.
La inseguridad pone en una situación endeble a las altas esferas.
Seis. Calderón vive secuestrado por sus cercanos, sus miedos y sus adicciones. En más de una ocasión ha empeñado su palabra política y más temprano que tarde, ha traicionado la confianza que en él han depositado. Su felonía ha llegado hasta el propio ámbito de su partido político, que ha desplazado a los militantes de cepa para colocar a los jóvenes tecnócratas en los puestos de decisión. Sus dos alfiles han fracaso: Germán Martínez y César Nava.
Calderón es un mentiroso.
Siete. Calderón ha inducido a su favor las voluntades de los ministros de la corte que le dieron el poder, de los priístas que le permitieron entrar por la puerta trasera, para gobernar desde la terquedad y la obcecación y ha contado con el beneplácito de los medios de comunicación que le han intentado (sin lograrlo) limpiar la cara sucia. Calderón es el hombre de berrinches y de oídos sordos.
Haiga sido como haiga sido.
Calderón no ha sabido ser presidente. No tiene los tamaños necesarios para tomar decisiones. En cuatro años de gobierno ni siquiera ha encontrado la legitimidad que tanto añora. Ha recogido las propuestas de campaña de López Obrador, pero no ha tenido la inteligencia para desarrollarlas con éxito.
En definitiva, Felipe Calderón es un peligro para México.
Twitter: @juanjosesolis
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07 de julio, 2010 - 16:08 | 16 comentarios
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Envía4 .Definitivamente a cuatro años de distancia, quien resultó ser un peligro para México fue Felipe Calderón. Veamos por qué.
Primero. Calderón ofreció ser el presidente del empleo. Falso. El empleo en nuestro país no ha crecido, las cifras que pomposamente ha presentado Calderón se deben a inercias propias del sistema y además se refieren, en su mayoría, a empleos temporales. Por el contrario, ha cerrado fuentes de trabajo como es el caso de los trabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, que de la noche a la mañana se quedaron sin su ingreso.
Además, el propio gobierno federal emplea a trabajadores bajo la modalidad de "honorarios" por servicios profesionales, negando el derecho a seguridad social y prestaciones de ley a las que todo patrón estaría obligado.
El desempleo sin duda, ha aumentado.
Segundo. En su campaña electoral, Calderón acusó a Andrés Manuel López Obrador de ser un peligro para México, en su guerra sucia argumentó que con AMLO las personas iban a perder su patrimonio. La realidad ha demostrado que los índices de pobreza no han disminuido y por el contrario han aumentado; lo que se traduce en un número importante de familias mexicanas que han perdido su patrimonio.
La pobreza ha aumentado.
Tercero. Calderón prometió disminuir los impuestos. Nuevamente falso. En su administración se introdujo el IETU que solapado por la máxima institución de justicia, merma de manera importante la economía de las pequeñas y medianas empresas, y peor aún, a quienes laboramos de forma independiente y expedimos recibos de honorarios. Prometió desaparecer el impuesto de la tenencia, y hasta la fecha ha sido ilusorio, pues a pesar de su anunció electorero, el impuesto se sigue y seguirá pagando.
Los contribuyentes cautivos siguen sosteniendo al país.
Cuarto. Calderón prometió bienestar para las familias mexicanas, y no hay un solo ciudadano en este país, que no tenga una historia de un acto delictivo que contar, ya sea que lo haya vivido directa o indirectamente. La inseguridad producto de las actividades delictivas del crimen organizado, se han incrementado debido a la ineptitud de Felipe Calderón. La vida social del país se ha transformado de forma vertiginosa para ser un país del miedo.
Estamos experimentado una cercanía al estallido social en un Estado Fallido.
Cinco. Quienes llevaron a Felipe Calderón a los pinos, hoy le reclaman el ambiente de inseguridad. Esos mismos empresarios y hombres de poder, hoy se dan topes y han tomado la decisión de regresar al viejo PRI que les proveía estabilidad y tranquilidad en sus negocios lícitos e ilícitos (de ahí el apuntalamiento a la imagen de Peña Nieto en los medios de comunicación). Esos mismos hombres mafiosos, están aterrados por el secuestro de Diego Fernández de Cevallos y la inacción de Calderón, además de la complicidad del jefe máximo de la banda de García Luna.
La inseguridad pone en una situación endeble a las altas esferas.
Seis. Calderón vive secuestrado por sus cercanos, sus miedos y sus adicciones. En más de una ocasión ha empeñado su palabra política y más temprano que tarde, ha traicionado la confianza que en él han depositado. Su felonía ha llegado hasta el propio ámbito de su partido político, que ha desplazado a los militantes de cepa para colocar a los jóvenes tecnócratas en los puestos de decisión. Sus dos alfiles han fracaso: Germán Martínez y César Nava.
Calderón es un mentiroso.
Siete. Calderón ha inducido a su favor las voluntades de los ministros de la corte que le dieron el poder, de los priístas que le permitieron entrar por la puerta trasera, para gobernar desde la terquedad y la obcecación y ha contado con el beneplácito de los medios de comunicación que le han intentado (sin lograrlo) limpiar la cara sucia. Calderón es el hombre de berrinches y de oídos sordos.
Haiga sido como haiga sido.
Calderón no ha sabido ser presidente. No tiene los tamaños necesarios para tomar decisiones. En cuatro años de gobierno ni siquiera ha encontrado la legitimidad que tanto añora. Ha recogido las propuestas de campaña de López Obrador, pero no ha tenido la inteligencia para desarrollarlas con éxito.
En definitiva, Felipe Calderón es un peligro para México.
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