Piden unión de movimientos en la entrega de la medalla Sentimientos de la Nación
Regresaremos con el triunfo, prometen integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas
MARGENA DE LA O
Chilpancingo, 13 de septiembre. En la cuarta edición de la entrega de la medalla popular Sentimientos del Pueblo, que organiza la Asamblea Popular de los pueblos de Guerrero (APPG), quedaron unidos los movimientos de Atenco, estado de México, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), Tlachinollan y el de los mineros de Taxco, al ser reconocidos por su resistencia.
Al portar sus medallas, los representantes de las organizaciones galardonadas dijeron que fortalecerán su unión, pues hicieron el compromiso de respaldarse para continuar con sus respectivas luchas, incluso hubo quienes fijaron un compromiso de regresar a Chilpancingo con el triunfo sindical, como el SME.
El acto popular de la conmemoración de la instalación del Primer Congreso de Anáhuac y la promulgación de los Sentimientos de la Nación comenzó con una marcha, en la que participaron unas mil personas con contingentes de la normal rural de Ayotzinapa, el SME, Atenco, los mineros de Taxco y sus esposas, que se distinguían porque vestían de rosa y un casco rojo, además de que gritaban consignas como: “¡Las mujeres mexicanas, dejaron el mandil, y si fuera necesario, alzaremos el fusil!”.
Todo el trayecto fue de consignas contra el gobierno de Felipe Calderón, porque dejó sin trabajo a más de 24 mil electricistas, de los cuales 16 mil se mantienen en lucha, además del apoyo a Atenco y al resto de los contingentes. Los trabajadores de la normal urbana Rafael Ramírez protestaron porque la SEG les quiere ampliar su horario de labores y por ello mantienen un paro desde el lunes de la semana pasada en el plantel.
Por cierto, los electricistas se solidarizaron con las organizaciones de Guerrero, y al son del mambo El Ruletero, corearon: “¡Yo soy, Zeferino Torreblanca, que sí, que no, su puta madre!”.
Ya en la explanada de la plaza Primer Congreso de Anáhuac, donde se entregaron las medallas, hubo quienes consideraron que no había nada que celebrar en el bicentenario de la Independencia y centenario de Revolución, pues los gobiernos no tenían calidad moral para conmemorar la libertad, cuando castigan con cárceles a los que alzan la voz, situación que resumieron con el caso Atenco.
La primera presea la entregó Ayotzinapa a los mineros de Taxco, obreros que iniciaron su movimiento de huelga el 30 de julio de 2007, en demanda de prestaciones y aumento salarial, sin embargo, recibieron como respuesta de Minera México el cierre de su fuente de trabajo.
Al recibir la presea, Roberto Hernández Mojica, secretario de la delegación 17, adelantó también que no habrán de claudicar, y que junto con el SME van a continuar su lucha.
Micaela Cabañas y Catarino Cortés, hijos de los ex guerrilleros Lucio Cabañas Barrientos y Carmelo Cortés Castro, entregaron la presea popular al huelguista del SME, Ricardo Pérez Flores, quien aseguró que los electricistas tiene memoria histórica y van a continuar la resistencia: “¡El SME juró vencer y vamos a vencer. El movimiento es irreversible, vivirá por siempre!”.
Al director del centro de derechos humanos Tlachinollan, Abel Barrera Hernández, le tocó ser galardonado con la presea popular, y la recibió de manos de Tita Radilla, integrante de la Afadem.
En su intervención, destacó la labor de grupos que defienden los derechos humanos en el estado, como la OPIM y OFPM, no escapó la fortaleza de Inés Fernández y Valentina Rosendo, la resistencia del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la presa La Parota (Cecop), entre otros.Ignacio del Valle, líder del movimiento de Atenco, recibió la medalla del dirigente del Cecop, Julián Blanco. Ambos comparte un movimiento por la defensa de la tierra de los campesinos, cada quien desde su trinchera.
Del Valle, con machete en mano, llamó a la unión de los movimientos: “lo que tenemos que perseguir es la presea más hermosa, que es la unidad de todos los mexicanos”.
Finalmente, el dirigente sindical del SME, Martín Esparza, recibió la medalla de parte del luchador social guerrerense, Pablo Sandoval Cruz, y a nombre de todos los sindicalizados, ratificó que los trabajadores de ese gremio seguirán “luchando por lo que nos han quitado, y vamos a regresar a Chilpancingo con el triunfo de la clase obrera”.
Advirtió: “la nación está en riesgo, por todo lo que está haciendo está rapiña encabezada por El Yunque, que encabeza Felipe Calderón, pero que nos ha hecho capaz de unirnos como pueblo. Aquí en Guerrero, allá atrás está el gobernador Zeferino Torreblanca, que llegó con el apoyo del pueblo, pero que ahora entrega permisos a las trasnacionales para que construyan hidroeléctricas”.
Con un manifiesto político que leyó Nicolás Chávez, uno de los dirigentes de la APPG, y entonando el himno obrero La Internacional, concluyó el acto popular.
Fuente
MARGENA DE LA O
Chilpancingo, 13 de septiembre. En la cuarta edición de la entrega de la medalla popular Sentimientos del Pueblo, que organiza la Asamblea Popular de los pueblos de Guerrero (APPG), quedaron unidos los movimientos de Atenco, estado de México, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), Tlachinollan y el de los mineros de Taxco, al ser reconocidos por su resistencia.
Al portar sus medallas, los representantes de las organizaciones galardonadas dijeron que fortalecerán su unión, pues hicieron el compromiso de respaldarse para continuar con sus respectivas luchas, incluso hubo quienes fijaron un compromiso de regresar a Chilpancingo con el triunfo sindical, como el SME.
El acto popular de la conmemoración de la instalación del Primer Congreso de Anáhuac y la promulgación de los Sentimientos de la Nación comenzó con una marcha, en la que participaron unas mil personas con contingentes de la normal rural de Ayotzinapa, el SME, Atenco, los mineros de Taxco y sus esposas, que se distinguían porque vestían de rosa y un casco rojo, además de que gritaban consignas como: “¡Las mujeres mexicanas, dejaron el mandil, y si fuera necesario, alzaremos el fusil!”.
Todo el trayecto fue de consignas contra el gobierno de Felipe Calderón, porque dejó sin trabajo a más de 24 mil electricistas, de los cuales 16 mil se mantienen en lucha, además del apoyo a Atenco y al resto de los contingentes. Los trabajadores de la normal urbana Rafael Ramírez protestaron porque la SEG les quiere ampliar su horario de labores y por ello mantienen un paro desde el lunes de la semana pasada en el plantel.
Por cierto, los electricistas se solidarizaron con las organizaciones de Guerrero, y al son del mambo El Ruletero, corearon: “¡Yo soy, Zeferino Torreblanca, que sí, que no, su puta madre!”.
Ya en la explanada de la plaza Primer Congreso de Anáhuac, donde se entregaron las medallas, hubo quienes consideraron que no había nada que celebrar en el bicentenario de la Independencia y centenario de Revolución, pues los gobiernos no tenían calidad moral para conmemorar la libertad, cuando castigan con cárceles a los que alzan la voz, situación que resumieron con el caso Atenco.
La primera presea la entregó Ayotzinapa a los mineros de Taxco, obreros que iniciaron su movimiento de huelga el 30 de julio de 2007, en demanda de prestaciones y aumento salarial, sin embargo, recibieron como respuesta de Minera México el cierre de su fuente de trabajo.
Al recibir la presea, Roberto Hernández Mojica, secretario de la delegación 17, adelantó también que no habrán de claudicar, y que junto con el SME van a continuar su lucha.
Micaela Cabañas y Catarino Cortés, hijos de los ex guerrilleros Lucio Cabañas Barrientos y Carmelo Cortés Castro, entregaron la presea popular al huelguista del SME, Ricardo Pérez Flores, quien aseguró que los electricistas tiene memoria histórica y van a continuar la resistencia: “¡El SME juró vencer y vamos a vencer. El movimiento es irreversible, vivirá por siempre!”.
Al director del centro de derechos humanos Tlachinollan, Abel Barrera Hernández, le tocó ser galardonado con la presea popular, y la recibió de manos de Tita Radilla, integrante de la Afadem.
En su intervención, destacó la labor de grupos que defienden los derechos humanos en el estado, como la OPIM y OFPM, no escapó la fortaleza de Inés Fernández y Valentina Rosendo, la resistencia del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la presa La Parota (Cecop), entre otros.Ignacio del Valle, líder del movimiento de Atenco, recibió la medalla del dirigente del Cecop, Julián Blanco. Ambos comparte un movimiento por la defensa de la tierra de los campesinos, cada quien desde su trinchera.
Del Valle, con machete en mano, llamó a la unión de los movimientos: “lo que tenemos que perseguir es la presea más hermosa, que es la unidad de todos los mexicanos”.
Finalmente, el dirigente sindical del SME, Martín Esparza, recibió la medalla de parte del luchador social guerrerense, Pablo Sandoval Cruz, y a nombre de todos los sindicalizados, ratificó que los trabajadores de ese gremio seguirán “luchando por lo que nos han quitado, y vamos a regresar a Chilpancingo con el triunfo de la clase obrera”.
Advirtió: “la nación está en riesgo, por todo lo que está haciendo está rapiña encabezada por El Yunque, que encabeza Felipe Calderón, pero que nos ha hecho capaz de unirnos como pueblo. Aquí en Guerrero, allá atrás está el gobernador Zeferino Torreblanca, que llegó con el apoyo del pueblo, pero que ahora entrega permisos a las trasnacionales para que construyan hidroeléctricas”.
Con un manifiesto político que leyó Nicolás Chávez, uno de los dirigentes de la APPG, y entonando el himno obrero La Internacional, concluyó el acto popular.
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