El presidente boliviano obedece al pueblo con anulación de "gasolinazo"
René Quenallata Paredes (XINHUA)
El alza a los precios de los carburantes en Bolivia, conocido como "gasolinazo", unió a derechistas, izquierdistas, progresistas, neoliberales, disidentes oficialistas y a la gran mayoría de la población pobre para el rechazo de esta medida impopular.
El presidente boliviano Evo Morales rectificó y dejó sin efecto la medida, luego de sentir el alejamiento de sus bases más disciplinadas, a las cuales les debe el triunfo en cinco elecciones consecutivas con porcentajes históricos de 54 a 68 por ciento de aceptación en comicios presidenciales, gobernadores, alcaldes y referendos.
El más popular de los líderes políticos sintió en carne propia la desaprobación del pueblo unido, que en días pasados salió a las calles para protestar e incluso para solicitar su renuncia.
El analista político Marco Antezana consideró que en un país con índices de 35 por ciento de extrema pobreza y un promedio de 50 por ciento de pobreza, la medida adoptada por el gobierno está fuera de la realidad.
Puso como ejemplo al ex presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada, quien se vio obligado a huir de Bolivia para refugiarse en Estados Unidos y alejarse de la ira del pueblo que vio caer en sus protestas más de 60 muertos y tres centenares de heridos en septiembre y octubre de 2003.
El presidente Morales admitió el descontento popular y resolvió la noche del viernes 31 de enero anular el decreto 748 que ordenaba el alza de los precios de la gasolina y diesel, medida que provocó violentas protestas en el país.
Todos los anuncios, producto de esta medida, quedaron sin efecto. Morales apeló a la sabiduría del pueblo, cuando le recomendó escuchar las voces de su electorado.
El mandatario recordó su compromiso de gobernar obedeciendo al pueblo, por lo cual decidió anular el decreto.
La decisión también revoca el aumento salarial de 20 por ciento para la Policía, las Fuerzas Armadas, los sectores de salud y educación, lo cual abrió las puertas al sector privado para negociar con sus empleados un ajuste de los sueldos en ese parámetro.
Razones de la medida
El economista Juan Carlos Ruiz cuestionó si era necesaria una medida tan dura para castigar a la inmensa cantidad de pobres, cuando los indicadores económicos muestran que Bolivia vive una bonanza alentadora, con un crecimiento promedio de los últimos cinco años de 4 por ciento.
A esto se suma una cifra récord de reservas internacionales netas cercana a 10.00 millones de dólares, sin déficit y con superávit.
Además los récords de exportaciones de casi 7.000 millones de dólares, un sistema financiero sólido con ahorros que casi equiparan a las reservas en un promedio de 9.000 millones de dólares, una mora bancaria que descendió en cinco años de 18 a 2,7 por ciento, con un fortalecimiento de la moneda boliviana de 50 por ciento frente al dólar.
Con todas estas cifras macroeconómicas, la pregunta de Ruiz es si era necesaria una medida tan dura.
"Eso lo saben sólo los gobernantes y sus asesores más cercanos, porque algo no cuadra en las cifras macroeconómicas para asumir una medida impopular que acorraló a un gobernante tan popular y arriesgó o dejó mal herido a un proceso de cambio del pueblo, liderado por Evo Morales", indicó.
La justificación para emitir el decreto fue el contrabando de carburantes, sin embargo la población exige que los militares, considerados improductivos y sector que deja grandes gastos al Estado, se trasladen a las fronteras para controlar, lo que llamó Morales el "desangramiento del país".
Saldo de la medida y su rectificación
"Morales sintió que el poder estaba cuestionado duramente y que podía ser el inicio del fin de su gestión por su medida económica", señaló el líder máximo de los Chóferes de Bolivia, Franklin Durán, quien destacó la rectificación de la medida.
Una acción impopular que para una gran mayoría, entre analistas, políticos, empresarios y trabajadores, era el elemento vital que precisaban los detractores y el reducido porcentaje de opositores al gobierno del primer mandatario indígena de Bolivia para reagruparse en el descontento popular.
"¿Qué saldos quedaron de esta medida? Sin duda el tiempo se encargará de mostrarlo, pero que a priori debe iniciarse con una reflexión profunda en el entorno de poder del gobernante", recomendó el dirigente.
Marco Antezana consideró que el gobierno debe encarar a los grandes consejeros del "gasolinazo", porque sin duda afectó la imagen del líder indiscutible de las masas en cinco elecciones de Bolivia.
La pregunta es si Evo Morales será capaza de sostener más de 50 por ciento de la votación tras el descontento generado por el decreto.
Para algunos analistas políticos, el gobierno debe trabajar mucho para recuperar su popularidad, al tomar en cuenta que de abril a junio próximo se realizarán elecciones para los magistrados de la Corte Suprema de Justicia.
El analista Roberto Gutiérrez señaló que esta experiencia amarga para el gobierno de Bolivia develó el talón de Quiles de Morales, que son precisamente medidas impopulares.
Los opositores, en concomitancia con los intereses de sectores de poder afectados, saben ahora cómo neutralizar al líder boliviano.
La oposición constató que Morales no ha sido el "gran líder indestructible" que perfilaba quedarse en el poder por más de 20 años, afirmó el representante del opositor Movimiento Sin Miedo, Juan del Granado.
El mandatario indígena y su partido Movimiento Al Socialismo (MAS) resultaron afectados en cuanto al respaldo popular, que es el sostén de este proceso revolucionario.
Para algunos políticos del MAS, opositores y dirigentes sociales, el presidente Morales debe comenzar 2011 con un nuevo rostro político, realizar ajustes en su gabinete para demostrar al país criterios de recambio interno y dejar en el olvido el "gasolinazo" con obras, no con palabras.
Según el analista económico Luis Ballivián, la base económica sufrió un temblor por efecto del alza de precios de la gasolina y diesel, con la especulación de precios en el mercado y el retiro de depósitos que la Asociación de Bancos de Bolivia calculó en casi 100 millones de dólares.
Estas acciones demuestran caos, desconfianza e inestabilidad, lo cual generó una inflación inusual y descontroló la solidez financiera.
Ballivián dijo que el gobierno debe mostrar firmeza y solvencia para dejar las cosas como estaban antes de la elevación de precios de carburantes.
La medida necesaria, obligada, inoportuna, desacertada o como se la quiera llamar, dejó una lección política a Morales, quien no puede gobernar con disposiciones que van contra corriente por más obligadas que sean, coincidieron analistas, dirigentes sindicales y opositores, añadió Ballivián.
Fuente
El alza a los precios de los carburantes en Bolivia, conocido como "gasolinazo", unió a derechistas, izquierdistas, progresistas, neoliberales, disidentes oficialistas y a la gran mayoría de la población pobre para el rechazo de esta medida impopular.
El presidente boliviano Evo Morales rectificó y dejó sin efecto la medida, luego de sentir el alejamiento de sus bases más disciplinadas, a las cuales les debe el triunfo en cinco elecciones consecutivas con porcentajes históricos de 54 a 68 por ciento de aceptación en comicios presidenciales, gobernadores, alcaldes y referendos.
El más popular de los líderes políticos sintió en carne propia la desaprobación del pueblo unido, que en días pasados salió a las calles para protestar e incluso para solicitar su renuncia.
El analista político Marco Antezana consideró que en un país con índices de 35 por ciento de extrema pobreza y un promedio de 50 por ciento de pobreza, la medida adoptada por el gobierno está fuera de la realidad.
Puso como ejemplo al ex presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada, quien se vio obligado a huir de Bolivia para refugiarse en Estados Unidos y alejarse de la ira del pueblo que vio caer en sus protestas más de 60 muertos y tres centenares de heridos en septiembre y octubre de 2003.
El presidente Morales admitió el descontento popular y resolvió la noche del viernes 31 de enero anular el decreto 748 que ordenaba el alza de los precios de la gasolina y diesel, medida que provocó violentas protestas en el país.
Todos los anuncios, producto de esta medida, quedaron sin efecto. Morales apeló a la sabiduría del pueblo, cuando le recomendó escuchar las voces de su electorado.
El mandatario recordó su compromiso de gobernar obedeciendo al pueblo, por lo cual decidió anular el decreto.
La decisión también revoca el aumento salarial de 20 por ciento para la Policía, las Fuerzas Armadas, los sectores de salud y educación, lo cual abrió las puertas al sector privado para negociar con sus empleados un ajuste de los sueldos en ese parámetro.
Razones de la medida
El economista Juan Carlos Ruiz cuestionó si era necesaria una medida tan dura para castigar a la inmensa cantidad de pobres, cuando los indicadores económicos muestran que Bolivia vive una bonanza alentadora, con un crecimiento promedio de los últimos cinco años de 4 por ciento.
A esto se suma una cifra récord de reservas internacionales netas cercana a 10.00 millones de dólares, sin déficit y con superávit.
Además los récords de exportaciones de casi 7.000 millones de dólares, un sistema financiero sólido con ahorros que casi equiparan a las reservas en un promedio de 9.000 millones de dólares, una mora bancaria que descendió en cinco años de 18 a 2,7 por ciento, con un fortalecimiento de la moneda boliviana de 50 por ciento frente al dólar.
Con todas estas cifras macroeconómicas, la pregunta de Ruiz es si era necesaria una medida tan dura.
"Eso lo saben sólo los gobernantes y sus asesores más cercanos, porque algo no cuadra en las cifras macroeconómicas para asumir una medida impopular que acorraló a un gobernante tan popular y arriesgó o dejó mal herido a un proceso de cambio del pueblo, liderado por Evo Morales", indicó.
La justificación para emitir el decreto fue el contrabando de carburantes, sin embargo la población exige que los militares, considerados improductivos y sector que deja grandes gastos al Estado, se trasladen a las fronteras para controlar, lo que llamó Morales el "desangramiento del país".
Saldo de la medida y su rectificación
"Morales sintió que el poder estaba cuestionado duramente y que podía ser el inicio del fin de su gestión por su medida económica", señaló el líder máximo de los Chóferes de Bolivia, Franklin Durán, quien destacó la rectificación de la medida.
Una acción impopular que para una gran mayoría, entre analistas, políticos, empresarios y trabajadores, era el elemento vital que precisaban los detractores y el reducido porcentaje de opositores al gobierno del primer mandatario indígena de Bolivia para reagruparse en el descontento popular.
"¿Qué saldos quedaron de esta medida? Sin duda el tiempo se encargará de mostrarlo, pero que a priori debe iniciarse con una reflexión profunda en el entorno de poder del gobernante", recomendó el dirigente.
Marco Antezana consideró que el gobierno debe encarar a los grandes consejeros del "gasolinazo", porque sin duda afectó la imagen del líder indiscutible de las masas en cinco elecciones de Bolivia.
La pregunta es si Evo Morales será capaza de sostener más de 50 por ciento de la votación tras el descontento generado por el decreto.
Para algunos analistas políticos, el gobierno debe trabajar mucho para recuperar su popularidad, al tomar en cuenta que de abril a junio próximo se realizarán elecciones para los magistrados de la Corte Suprema de Justicia.
El analista Roberto Gutiérrez señaló que esta experiencia amarga para el gobierno de Bolivia develó el talón de Quiles de Morales, que son precisamente medidas impopulares.
Los opositores, en concomitancia con los intereses de sectores de poder afectados, saben ahora cómo neutralizar al líder boliviano.
La oposición constató que Morales no ha sido el "gran líder indestructible" que perfilaba quedarse en el poder por más de 20 años, afirmó el representante del opositor Movimiento Sin Miedo, Juan del Granado.
El mandatario indígena y su partido Movimiento Al Socialismo (MAS) resultaron afectados en cuanto al respaldo popular, que es el sostén de este proceso revolucionario.
Para algunos políticos del MAS, opositores y dirigentes sociales, el presidente Morales debe comenzar 2011 con un nuevo rostro político, realizar ajustes en su gabinete para demostrar al país criterios de recambio interno y dejar en el olvido el "gasolinazo" con obras, no con palabras.
Según el analista económico Luis Ballivián, la base económica sufrió un temblor por efecto del alza de precios de la gasolina y diesel, con la especulación de precios en el mercado y el retiro de depósitos que la Asociación de Bancos de Bolivia calculó en casi 100 millones de dólares.
Estas acciones demuestran caos, desconfianza e inestabilidad, lo cual generó una inflación inusual y descontroló la solidez financiera.
Ballivián dijo que el gobierno debe mostrar firmeza y solvencia para dejar las cosas como estaban antes de la elevación de precios de carburantes.
La medida necesaria, obligada, inoportuna, desacertada o como se la quiera llamar, dejó una lección política a Morales, quien no puede gobernar con disposiciones que van contra corriente por más obligadas que sean, coincidieron analistas, dirigentes sindicales y opositores, añadió Ballivián.
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