México, paraíso para falsificar todo tipo de documentos oficiales
Blanche Petrich
Periódico La Jornada
Jueves 17 de febrero de 2011, p. 5
En la medida en que el crimen organizado y el narcotráfico empezaron a alcanzar en México "niveles de fiebre", en 2009, la sección consular de la embajada de Estados Unidos se enfrentó con un problema creciente: los intentos de alteración y falsificación de documentos para obtener visas de no residentes se multiplicaron y la legación del país vecino calificó el nivel de fraude en su unidad de visados "de media a alta".
Lo que a Washington más le preocupa es que, por su proximidad geográfica, México ya es el mayor trampolín para la inmigración ilegal.
Uno de los focos rojos marcados por la Unidad de Prevención de Fraude (FPU, por sus siglas en inglés) de la sección consular estadunidense era, para ese momento, la frágil seguridad del proceso para la obtención de un pasaporte mexicano.
Aunque esa unidad reconocía que la emisión de este documento oficial conlleva una serie de medidas de seguridad efectivas, "sigue siendo muy fácil obtenerlo mediante certificados de nacimiento falsos o con la compra de otros papeles de identificación".
Se indica que esta unidad compartió su información con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) para demostrar que las delegaciones donde se expiden pasaportes tienen todo un historial de entrega de estos documentos a centro y sudamericanos, europeos y mexicanos, que se identificaron con documentos apócrifos.
"Reportes de inteligencia criminal apoyan la conclusión de que cualquier permiso de viaje puede ser comprado en México."
La presencia de los llamados coyotes, que cobran cuotas exorbitantes para asesorar a potenciales clientes, y la existencia de "medios delincuenciales" con capacidad instalada para producir, falsificar y alterar todo tipo de documentos oficiales mexicanos, de manera sofisticada o no, alertaron a la unidad de administración consular, que se abocó entre septiembre de 2008 y febrero de 2009 a reorganizar su oficina de prevención de fraudes, reforzando con agentes especializados su capacidad de vigilancia y monitoreo, además de capacitar al personal, tanto estadunidense como mexicano (funcionarios de oficinas tanto públicas como particulares, especialmente relacionados con agencias de viajes y aerolíneas), para detectar a los posibles defraudadores.
Dos cables, filtrados por el sitio de Internet Wikileaks describen este proceso: sus números y claves son: 09MEXICO3091 y 09MEXICO944.
La Unidad de Visas para no Inmigrantes, de la embajada de Estados Unidos en la ciudad de México es una de las tres oficinas de su tipo que más documentos de viaje estadunidenses emiten en el mundo: entre mil 500 y 2 mil visas diarias. A pesar de los numerosos candados, requisitos y filtros que exige esa unidad para obtener uno de esos documentos, no es inusual que personas intenten hacer el trámite con constancias de empleo, documentos bancarios, credenciales de elector e incluso papeles de identidad apócrifos.
En el periodo comprendido en esa investigación, la Unidad para la Prevención de Fraudes reportó 296 casos dudosos. “De éstos se confirmaron como intentos de fraude 129 y se desecharon como no fraudulentos 167.
Los casos más frecuentes de intentos de fraude para obtener visas de no inmigrantes se descubrieron entre los solicitantes de visas tipo H, especialmente H2B, de trabajadores temporales. En este tipo de situaciones se investiga toda la cadena del contrato, desde los solicitantes hasta quienes los emplean y los mismos trabajadores.
Entre las medidas que se han adoptado, uno de los cables de Wikileaks explica el monitoreo que se hace de los llamados coyotes (gestores ilegales de pasaportes u otros documentos oficiales), así como empresas intermediarias que ofrecen "visa garantizada" a sus clientes.
Cuando un solicitante de visa es acompañado por un coyote y es detectado, se le lleva a una oficina aparte donde se le interroga y por esa vía se determina cuánto paga por el "servicio". Con esta información se investiga al gestor ilegal, se le revoca su visa, si es el caso, y posteriormente es entregado a las autoridades judiciales mexicanas, si se encuentra una acción ilegal.
Producto de estas investigaciones, el cable cita una "empresa" que se dedicaba a ofrecer gestión para obtener visas y que tenía su oficina en las instalaciones del hotel Sheraton, justamente al lado de la embajada estadunidense, en Paseo de la Reforma. Se detectó que esa organización estaba involucrada en al menos diez casos de solicitud de visa con certificados de trabajo falsos.
Son muy diversas las vías por las cuales algunos solicitantes de ese documento pretenden conseguirlo para viajar de manera fraudulenta a Estados Unidos: unos, que son portadores de visas auténticas, se "rentan" como cónyuges (mediante certificados de matrimonio falsos). Otros casos son los padres (solos o en pareja) con un menor adoptado "a la mexicana" (así lo definen los autores del cable de Wikileaks) o sin cumplir las formalidades de un proceso de adopción legal, según las autoridades estadunidenses. Ellos suelen solicitar visas con documentos de nacimiento del menor apócrifos.
Otro caso común es cuando se solicitan visas grupales. Suele suceder que en esos viajes colectivos (sean educativos, artísticos o deportivos) se intente "colar" a algún familiar. En esas situaciones, si son fraudulentas, se cancelan las visas de todo el grupo.
Ante la incidencia de estos casos, el gobierno estadunidense implementó sus programas de Investigaciones Criminales de la Oficina de Seguridad Diplomática y el de Seguridad de Visas y Pasaportes, que comprendió el despliegue de siete agentes especializados en esta materia, ubicados en los consulados de las ciudades de México, Hermosillo, Juárez, Tijuana, Matamoros, Monterrey y Guadalajara. Se informa que en 2010 se añadirían dos agentes especiales en Nuevo Laredo y Nogales.
También, a fines de 2007, la Secretaría de Relaciones Exteriores estableció su propia unidad antifraudes en el área de pasaportes. En febrero de 2008, la Sección de Asuntos Narcóticos (NAS, por sus siglas en inglés) financió capacitación antifraude para varios integrantes de la nueva unidad. Este entrenamiento se llevó a cabo en Washington.
Además, hay una línea de cooperación muy cercana con la Procuraduría General de la República (PGR) y los agentes estadunidenses para investigar y perseguir casos de ciudadanos con doble identificación. Hasta abril de 2009 la FPU había capacitado a 599 personas, 39 integrantes del servicio diplomático estadunidense, 51 mexicanos que laboran en la embajada y 509 "contactos externos", pertenecientes al sector financiero, a agencias gubernamentales mexicanas y líneas aéreas.
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Periódico La Jornada
Jueves 17 de febrero de 2011, p. 5
En la medida en que el crimen organizado y el narcotráfico empezaron a alcanzar en México "niveles de fiebre", en 2009, la sección consular de la embajada de Estados Unidos se enfrentó con un problema creciente: los intentos de alteración y falsificación de documentos para obtener visas de no residentes se multiplicaron y la legación del país vecino calificó el nivel de fraude en su unidad de visados "de media a alta".
Lo que a Washington más le preocupa es que, por su proximidad geográfica, México ya es el mayor trampolín para la inmigración ilegal.
Uno de los focos rojos marcados por la Unidad de Prevención de Fraude (FPU, por sus siglas en inglés) de la sección consular estadunidense era, para ese momento, la frágil seguridad del proceso para la obtención de un pasaporte mexicano.
Aunque esa unidad reconocía que la emisión de este documento oficial conlleva una serie de medidas de seguridad efectivas, "sigue siendo muy fácil obtenerlo mediante certificados de nacimiento falsos o con la compra de otros papeles de identificación".
Se indica que esta unidad compartió su información con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) para demostrar que las delegaciones donde se expiden pasaportes tienen todo un historial de entrega de estos documentos a centro y sudamericanos, europeos y mexicanos, que se identificaron con documentos apócrifos.
"Reportes de inteligencia criminal apoyan la conclusión de que cualquier permiso de viaje puede ser comprado en México."
La presencia de los llamados coyotes, que cobran cuotas exorbitantes para asesorar a potenciales clientes, y la existencia de "medios delincuenciales" con capacidad instalada para producir, falsificar y alterar todo tipo de documentos oficiales mexicanos, de manera sofisticada o no, alertaron a la unidad de administración consular, que se abocó entre septiembre de 2008 y febrero de 2009 a reorganizar su oficina de prevención de fraudes, reforzando con agentes especializados su capacidad de vigilancia y monitoreo, además de capacitar al personal, tanto estadunidense como mexicano (funcionarios de oficinas tanto públicas como particulares, especialmente relacionados con agencias de viajes y aerolíneas), para detectar a los posibles defraudadores.
Dos cables, filtrados por el sitio de Internet Wikileaks describen este proceso: sus números y claves son: 09MEXICO3091 y 09MEXICO944.
La Unidad de Visas para no Inmigrantes, de la embajada de Estados Unidos en la ciudad de México es una de las tres oficinas de su tipo que más documentos de viaje estadunidenses emiten en el mundo: entre mil 500 y 2 mil visas diarias. A pesar de los numerosos candados, requisitos y filtros que exige esa unidad para obtener uno de esos documentos, no es inusual que personas intenten hacer el trámite con constancias de empleo, documentos bancarios, credenciales de elector e incluso papeles de identidad apócrifos.
En el periodo comprendido en esa investigación, la Unidad para la Prevención de Fraudes reportó 296 casos dudosos. “De éstos se confirmaron como intentos de fraude 129 y se desecharon como no fraudulentos 167.
Los casos más frecuentes de intentos de fraude para obtener visas de no inmigrantes se descubrieron entre los solicitantes de visas tipo H, especialmente H2B, de trabajadores temporales. En este tipo de situaciones se investiga toda la cadena del contrato, desde los solicitantes hasta quienes los emplean y los mismos trabajadores.
Entre las medidas que se han adoptado, uno de los cables de Wikileaks explica el monitoreo que se hace de los llamados coyotes (gestores ilegales de pasaportes u otros documentos oficiales), así como empresas intermediarias que ofrecen "visa garantizada" a sus clientes.
Cuando un solicitante de visa es acompañado por un coyote y es detectado, se le lleva a una oficina aparte donde se le interroga y por esa vía se determina cuánto paga por el "servicio". Con esta información se investiga al gestor ilegal, se le revoca su visa, si es el caso, y posteriormente es entregado a las autoridades judiciales mexicanas, si se encuentra una acción ilegal.
Producto de estas investigaciones, el cable cita una "empresa" que se dedicaba a ofrecer gestión para obtener visas y que tenía su oficina en las instalaciones del hotel Sheraton, justamente al lado de la embajada estadunidense, en Paseo de la Reforma. Se detectó que esa organización estaba involucrada en al menos diez casos de solicitud de visa con certificados de trabajo falsos.
Son muy diversas las vías por las cuales algunos solicitantes de ese documento pretenden conseguirlo para viajar de manera fraudulenta a Estados Unidos: unos, que son portadores de visas auténticas, se "rentan" como cónyuges (mediante certificados de matrimonio falsos). Otros casos son los padres (solos o en pareja) con un menor adoptado "a la mexicana" (así lo definen los autores del cable de Wikileaks) o sin cumplir las formalidades de un proceso de adopción legal, según las autoridades estadunidenses. Ellos suelen solicitar visas con documentos de nacimiento del menor apócrifos.
Otro caso común es cuando se solicitan visas grupales. Suele suceder que en esos viajes colectivos (sean educativos, artísticos o deportivos) se intente "colar" a algún familiar. En esas situaciones, si son fraudulentas, se cancelan las visas de todo el grupo.
Ante la incidencia de estos casos, el gobierno estadunidense implementó sus programas de Investigaciones Criminales de la Oficina de Seguridad Diplomática y el de Seguridad de Visas y Pasaportes, que comprendió el despliegue de siete agentes especializados en esta materia, ubicados en los consulados de las ciudades de México, Hermosillo, Juárez, Tijuana, Matamoros, Monterrey y Guadalajara. Se informa que en 2010 se añadirían dos agentes especiales en Nuevo Laredo y Nogales.
También, a fines de 2007, la Secretaría de Relaciones Exteriores estableció su propia unidad antifraudes en el área de pasaportes. En febrero de 2008, la Sección de Asuntos Narcóticos (NAS, por sus siglas en inglés) financió capacitación antifraude para varios integrantes de la nueva unidad. Este entrenamiento se llevó a cabo en Washington.
Además, hay una línea de cooperación muy cercana con la Procuraduría General de la República (PGR) y los agentes estadunidenses para investigar y perseguir casos de ciudadanos con doble identificación. Hasta abril de 2009 la FPU había capacitado a 599 personas, 39 integrantes del servicio diplomático estadunidense, 51 mexicanos que laboran en la embajada y 509 "contactos externos", pertenecientes al sector financiero, a agencias gubernamentales mexicanas y líneas aéreas.
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