Que se revelen nombres de corruptos: sindicato

Mónica Mateos-Vega
 
Periódico La Jornada
Jueves 10 de enero de 2013, p. 3 

El Comité Ejecutivo del Sindicato Nacional de Investigadores y Docentes del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) envió una carta al titular del instituto, Sergio Raúl Arroyo, en la que le solicitan que exija a la empresa Wal-Mart que revele los nombres y las circunstancias “que dieron lugar a la petición de grandes cantidades de dinero para ‘donaciones y regalos personales’”, como lo afirma un reportaje del diario estadunidense The New York Times publicado el 17 de diciembre de 2012.
Miembros de ese sindicato comentaron a La Jornada que el único beneficiado con el silencio que el titular del INAH ha guardado estas semanas acerca del caso es Enrique Peña Nieto, quien en 2004, durante el conflicto por la construcción de la tienda de autoservicio en la zona arqueológica, iniciaba su campaña por la gubernatura del estado de México, luego de haber sido secretario de Administración del entonces gobernador Arturo Montiel.
Ojalá que no se esté planeando usar a Sergio Raúl Arroyo como chivo expiatorio de todo este asunto. Por eso la empresa Wal-Mart tiene la obligación moral de decir a quién corrompió entonces, reiteraron los trabajadores del INAH.
En la misiva, los investigadores y docentes del instituto argumentan que “dada la presión que está ejerciendo la prensa a este comité ejecutivo para proporcionarle más información sobre el caso Wal-Mart en Teotihuacán, consideramos que no somos nosotros los que podamos dilucidar lo ocurrido, sino que es estrictamente competencia de la dirección general.
“Habiendo transcurrido varias semanas desde que este asunto se ventiló públicamente sin una respuesta institucional de su parte, le solicitamos de la manera más atenta su deslinde del caso, exigiéndole a la empresa Wal-Mart que proporcione los nombres y las circunstancias que dieron lugar a la petición de grandes cantidades de dinero para ‘donaciones y regalos personales’ por funcionarios del INAH para liberar el predio en cuestión.
El silencio no ayuda a usted ni a nuestra institución, que se ven afectados por información incompleta, que lo único que hace es abrir la suspicacia sobre el actuar institucional.
En entrevista con este diario recordaron que el conflicto en torno a la edificación de la tienda en Teotihuacán inició en 2004, cuando los propios vecinos de la zona arqueológica se percataron de que la empresa constructora del Aurrerá sacaba tierra del predio con infinidad de cerámica rota, fue a partir de entonces que se conformó el Frente Cívico para la Defensa de Teotihuacán, pero también fue hasta después de que la tienda ya se había empezado a construir que llegó la arqueóloga Verónica Ortega Cabrera y su equipo a supervisar los trabajos. Pero el daño ya estaba hecho.
Imágenes que confirman lo anterior se muestran en la página del sindicato: investigadoresinah.org.mx/ en las que inclusive se ven vestigios de un enterramiento hallado en el terreno donde ahora está la Bodega Aurrerá. Las fotografías fueron captadas hace siete años por los propios trabajadores sindicalizados del INAH, así como por vecinos del lugar.
 
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