Fábrica alemana de armas admite haber vendido ilegalmente a México 9 mil rifles

Christian Jakob
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Martes 7 de mayo de 2013, p. 12 

La fábrica de armamento alemana Heckler y Koch admitió haber suministrado ilegalmente miles de rifles del tipo G36 a México, informó ayer el diario berlinés die Tageszeitung (Taz). Esas ultramodernas armas no debieron ser entregadas en las regiones más conflictivas de México, las cuales, según la ley alemana de control de armas de guerra, se consideran regiones en guerra civil.
La gerencia de la empresa declaró que identificó a los culpables de la exportación de los rifles asalto G36. Hay fuertes sospechas contra dos empleados que ordenaron las exportaciones a cuatro estados mexicanos sin aprobación. Los dos fueron despedidos, informó Taz.
Entre 2005 y 2007, el gobierno alemán permitió a los productores de armas de la Selva Negra exportar los rifles G36 a México. La única condición era que las armas no entraran en los estados de Chiapas, Chihuahua, Jalisco y Guerrero, por continuadas violaciones de derechos humanos.
Pero en los años siguientes, se acumuló evidencia de que sí se suministraron los rifles a estas regiones. Desde 2010, los fiscales alemanes investigan un caso de posibles violaciones a la ley de control de armas de guerra y de comercio exterior contra el fabricante de armas de Oberndorf.
En noviembre de 2012 apareció una carta de la Secretaría de la Defensa de México que confirmó la acusación contra Heckler y Koch. Según ese documento, casi la mitad de los 9 mil 652 fusiles G36 exportados a México fueron entregados a los estados de Chiapas, Chihuahua, Jalisco y Guerrero, reportó Taz.
Han surgido armas donde no deberían, dijo entonces la vocera de la fiscalía de Stuttgart, Claudia Krauth, al diario Taz. Se necesita averiguar quién fue el responsable de esa operación de comercio ilegal: Heckler y Koch o los funcionarios mexicanos, subrayó la fiscal.
Los fiscales enviaron una consulta oficial al gobierno mexicano para obtener ayuda. La compañía no quiso hacer comentarios sobre las acusaciones entonces.
Un año antes, en 2011, el rotativo alemán informó sobre protestas estudiantiles en Guerrero, durante cuales dos personas murieron en un ataque de la policía. Testigos y fotografías del incidente indicaron que los oficiales llevaron fusiles G36. Expertos en armas, entre ellos Matthias John de Amnistía Internacional, apoyaron esta acusación. Es muy probable que las armas de fuego empleadas hayan sido rifles G36, dijo John.
Heckler y Koch respondió que no fueron sus armas y agregó: Heckler y Koch se adhiere a la ley de la República Federal de Alemania.
El hecho de que Heckler y Koch ahora admite la entrega ilegal es un salto cuántico, dijo el abogado Holger Roth Bauer a Taz. Pero es un intento de los administradores en la gestión, para culpar sólo a dos personas, entre ellas una simple oficinista, y lavarse de culpa, agregó Roth Bauer.
El abogado consideró improbable que los dos empleados, como se dice en el comunicado de la compañía, habrían actuado sin el conocimiento y la intención de otras personas en la empresa. Esto va contra todo lo que sabemos hasta el momento de la investigación, así como las estructuras de la empresa. Roth Bauer tiene un informante, un ex empleado, que indicó haber entrenado a agentes de policía en México con los G36 por la empresa.
La dirección de Heckler y Koch informó que realiza una investigación interna en estrecha cooperación con el fiscal de Stuttgart para descubrir a los supuestos culpables. La fiscal Claudia Krauth señaló que “la cooperación se limita al hecho de que Heckler y Koch envió los resultados de su investigación", sostuvo Taz. Los fiscales investigan no sólo a los dos empleados acusados por la empresa armamentista, sino a más sospechosos.

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