La reforma energética excluyó las energías renovables
CONTRALÍNEA
1. febrero, 2015
Autor: Martin Esparza
Atareados en dar celeridad a la
aprobación de la reforma energética y sus leyes secundarias, los
diputados y senadores olvidaron poner en la mesa de las discusiones y
análisis el tema de las energías renovables, sobre el cual nuestro país
ha firmado acuerdos internacionales tendientes a aminorar los efectos
del cambio climático por el creciente uso de hidrocarburos.
El asunto, que forma parte de la agenda global acordada por naciones del primer mundo
y países pobres fue soslayado por los integrantes del Congreso de la
Unión, pese a que desde hace años el gobierno mexicano ha pretendido
llevar a cabo políticas encaminadas a alentar fuentes alternas de
energías limpias que incluyen programas piloto para fabricar biodiesel y
bioturbosina, en sustitución, a futuro, de las energías fósiles.
Apenas en diciembre pasado, en San
Lázaro, legisladoras del Partido Acción Nacional y del Partido Verde
Ecologista de México subieron a la tribuna propuestas tendientes a
operar cambios en el marco jurídico de las leyes secundarias para
garantizar el impulso de las energías renovables, ausentes en los
debates de la reforma energética.
Una de esas iniciativas establece la
creación de la Ley de Transición Energética, que reglamentaría el
Artículo 25 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y
el transitorio 17 del Decreto de Reforma Energética, que mandatan velar
por la sustentabilidad, las energías limpias y el control de emisiones
contaminantes en actividades industriales y de otras ramas económicas.
La nueva ley implicaría la derogación de dos leyes: la de
Aprovechamiento de las Energías Renovables y el Financiamiento de la
Transición Energética, y la de Aprovechamiento Sustentable de Energía.
Luego del descuido de los legisladores ahora se dan cuenta que en
el marco de la reforma energética se quedan cortas y dictan de manera
tímida y abstracta medidas a favor del medio ambiente. Es decir, lo
mismo que advirtieron expertos en la materia hace más de 1 año cuando
los integrantes del Congreso decidieron hacer oídos sordos a sus recomendaciones.
A toro pasado, quienes aprobaron fast track
la reforma y sus leyes secundarias buscan ahora cubrir las deficiencias
en un área establecida como prioritaria desde el anuncio del Pacto por
México y de la que existen abundantes antecedentes, investigaciones y
estudios por parte de diversas comisiones intersecretariales, entre
cuyos planes, como los establecidos en la Ley de Cambio Climático, se
fijaron metas para que en 2030 el 35 por ciento de la energía eléctrica
que se consuma en el país proceda de fuentes naturales como la tierra,
el sol o el viento. Sobre este ordenamiento, la secretaria técnica de la
Comisión Especial de Cambio Climático del Senado, Jatziri Pando Medina,
también corrigió la plana al señalar la ineludible necesidad de
dar seguimiento a esta ley para verificar que se aplique y respete por
todas las instancias de gobierno, de tal forma que “no sólo quede en la
aprobación de la ley, sino se cumplan los objetivos y metas
contempladas”.
Sin rubor alguno, los legisladores buscan ahora que la reforma “esté completita,
sea de largo plazo y permita aprovechar el potencial de estas
alternativas”, poniendo en evidencia que no sólo la aprobaron a la ligera,
sino que además pasaron por alto la diversificación del sector
energético a través del reforzamiento y cabal cumplimiento de los
proyectos en materia de energía renovable, como los que ya venían
funcionando con la puesta en marcha de mecanismos como el Fondo
Sectorial de Sustentabilidad Energética, en el que participan además de
la Secretaría de Energía y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología,
asociaciones público-privadas que han contribuido a la creación de los
tres Centros Mexicanos de Innovación de Energía Renovable.
Ahora, en las ambiciosas correcciones se
plantea que mediante la Ley de Transición Energética se establezcan
metas concretas en la aplicación de energías renovables, como la
instalación de 500 mil techos solares en hogares y pequeños negocios,
para 2024, solventados por la ciudadanía a través de estímulos fiscales
de bajo costo al erario. En los foros de discusión de la reforma no
fueron pocas las voces de expertos que pidieron analizar la energía
solar como alternativa real para dotar de electricidad a cientos de
comunidades en las zonas más aisladas del país. Nadie en el Congreso los
quiso escuchar y ahora los legisladores no sólo desempolvan sus
consejos, sino que además buscan involucrar en la promoción de las
energías renovables a los gobiernos estatales y municipales, a los
cuales tampoco se les tomó parecer a la hora de aprobar las leyes
secundarias.
La omisión legislativa sobre el
aprovechamiento de energías renovables en el nuevo marco jurídico fue de
tal magnitud que pasó por alto lo contenido y publicado en el Diario Oficial de la Federación
el 28 de abril de 2014, cuando el gobierno federal dio a conocer el
Programa Especial para el Aprovechamiento de las Energías Renovables
donde refería los trabajos que debería desempeñar para su buen
funcionamiento el Consejo Consultivo, mismo que aseguraría la
participación del sector privado, social, académico y la representación
de miembros de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
El ambicioso proyecto oficial que fue
borrado de la discusión de la reforma en el Congreso de la Unión
involucraba a dependencias como las secretarías de Energía; de Medio
Ambiente y Recursos Naturales; de Salud; de Economía; de Hacienda y
Crédito Público; de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y
Alimentación, así como a la Comisión Reguladora de Energía, la Comisión
Nacional para el Uso Eficiente de la Energía y la Comisión Federal de
Electricidad, y a los representantes de la Asociación Mexicana de
Energía Eólica, Asociación Nacional de Energía Solar, a la Iniciativa
Mexicana de Energías Renovables, el Consejo Mundial de Energía-Capítulo
México, la Red Mexicana de Bioenergía y de igual forma al Consejo
Coordinador Empresarial y la Cámara Nacional de la Industria de la
Transformación. Un espectro muy amplio de participantes que
sencillamente fue ignorado en la aprobación de la trascendental reforma.
No es aventurado suponer, por ello, que
los representantes populares ni siquiera revisaron el Inventario
Nacional de Energías Renovables, divulgado en 2013 por la propia
Secretaría de Energía y que contiene todo el sistema de información
geográfica para conocer el Atlas de los recursos renovables que pueden ser aprovechados en México.
Ahora, en la pasarela legislativa
de las enmiendas es válido cuestionar a los diputados y senadores por no
haber dejado en claro, en el marco de la aprobación de la reforma
energética, el tema de las energías renovables. Una más de sus marcadas
irresponsabilidades contra el país.
Martín Esparza Flores*
*Secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas
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