SUTERM, tentáculo cetemista en vías de extinción. Parte III y última: La vigencia de los postulados de Galván
Ahora
que las nuevas generaciones de electricistas pertenecientes al
Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana
(SUTERM) están en franca desventaja en la protección de sus menguados
derechos sindicales, debido a la actitud servil y entreguista de su
dirigencia encabezada por Víctor Fuentes del Villar, sobrino de Leonardo
Rodríguez Alcaine, el gris personaje que tras la muerte del charro
Francisco Pérez Ríos se entronizara por 30 años en el cargo, es
importante recordar el contenido de los pronunciamientos históricos de
la Tendencia Democrática de Rafael Galván, plasmados en la Declaración
de Guadalajara, del 5 de abril de 1975, y que de manera indudable hoy
cobran una renovada vigencia.
Algunos de los puntos programáticos que
dieron origen a la Tendencia, fueron: democracia e independencia
sindicales; reorganización general del movimiento obrero;
sindicalización de todos los asalariados; aumentos generales de salarios
mediante una escala móvil; lucha a fondo contra la carestía; defensa,
ampliación y perfeccionamiento del sistema de seguridad social;
educación popular revolucionaria; vivienda obrera y congelación de
rentas; colectivización agraria, buscando el fin de latifundismo y
derogando el derecho a amparar a terratenientes, así como la
nacionalización del crédito, del trasporte de carga, la maquinaria
agrícola, la planificación de la agricultura y la supresión de
intermediarios.
Además: municipalización del transporte
colectivo y servicios municipales para todos; expropiación de empresas
imperialistas buscando una alianza orgánica con todas las naciones
productoras en la defensa de sus materias primas de las garras
imperialistas; intervención obrera en la defensa, reorganización,
ampliación, regeneración interna y desarrollo planificado del sector
estatal de la economía, y fiscalización obrera.
Es claro en esta recapitulación de la
historia que la lucha de la Tendencia Democrática de Galván buscaba
elevar la conciencia de los trabajadores no únicamente del sector
eléctrico sino de la clase obrera y campesina en general, tratando de
darle a México un rumbo nacionalista, democrático, popular y anti
imperialista. Al paso de los años es evidente también que con la brutal
represión político-militar ejercida contra los electricistas
democráticos, para aniquilar su huelga, quedó trunca no únicamente la
unidad sindical de todos los electricistas del país sino por añadidura
la integración de la industria eléctrica nacional en su conjunto como se
había planteado ese año con la expedición de la Ley del Servicio
Público de Energía Eléctrica.
Como una grotesca paradoja, mientras el
gobierno de Luis Echeverria daba asilo a cientos de refugiados chilenos
que salieron huyendo de su país tras el derrocamiento del gobierno de
Salvador Allende a manos del dictador Augusto Pinochet, el 11 de
septiembre de 1973, en México, en el curso de la noche y la madrugada
del 16 de julio de 1976, su gobierno echó mano de más de 40 mil
esquiroles apoyados por 20 mil soldados para ocupar con lujo de
violencia los centros de trabajo eléctricos y nucleares de todo el país,
reprimiendo con saña y brutalidad el movimiento de huelga de la
Tendencia Democrática y apoyando al naciente charro sindical en
ciernes, Leonardo Rodríguez Alcaine, cuya nefasto liderazgo y
complicidad con las autoridades permitió el saqueo a la Comisión Federal
de Electricidad (CFE) y al ahorro de miles de jubilados y pensionados,
heredándole a la nueva progenie del SUTERM a su sobrino, Víctor Fuentes,
encargado ahora, y sin chistar, de darle el tiro de gracia a las
conquistas sindicales de sus agremiados.
Como destacamos al inició de la presente
serie de artículos, es de suma importancia que las nuevas generaciones
de electricistas del SUTERM que en su momento se prestaron a ser los
nuevos esquiroles en contra no de la Tendencia Democrática sino del SME,
conozcan parte de su génesis sindical para que valoren lo que hoy les
ocurre y que los tiene con un pie en el estribo del desempleo y la
pérdida de legitimas conquistas como el derecho a una pensión justa,
mediante la imposición de cuentas individuales a las que ya se han
remitido al 30 por ciento de los agremiados.
Se estima que en los próximos años no
menos de 10 mil sindicalizados del SUTERM serán despedidos como parte de
los degradantes acuerdos pactados por Víctor Fuentes con los directivos
de la CFE, bajo el pretexto de disminuir el pasivo laboral, pero en
realidad la cifra de cesantes puede ser mayor si se considera que los charros
aún fieles a la esclerótica Confederación de Trabajadores de México
(CTM), han pactado entre el extenso listado de retrocesos sindicales la
aplicación de amañados convenios de productividad y sistemas de
evaluación, donde además de anularse los sistemas escalafonarios, las
plazas de trabajo podrán ser canceladas cuando así lo determine la ahora
empresa productiva del Estado. De igual forma, están desapareciendo las
compensaciones que aplicaban en el pasado.
Los jóvenes electricistas del SUTERM
deben tener plena conciencia de que además de entreguistas y sumisos,
sus pillos líderes todavía les deben a sus padres y abuelos la
desaparición del Fondo Mutualista en el que se depositaron los ahorros
de miles y miles de trabajadores desde la fundación de la CFE, en 1937.
Cabe recordarles a los electricistas de hoy que el 25 de abril de 1990,
la CFE y el SUTERM pactaron la sustitución de este Fondo por un seguro
colectivo obrero en la cláusula 26 del Convenio que celebraron por la
firma del contrato colectivo, correspondiente al bienio 1990-1992. Tal
latrocinio fue cometido bajo la anuencia de Rodríguez Alcaine, quien sin
consultar a los trabajadores que por 40 años ahorraron para tener una
vejez plena, permitió que las autoridades les birlaran sus recursos;
638 mil millones de pesos para ser más exactos y de los que Fuentes del
Villar se guarda bien de comentar a las nuevas generaciones.
Es bueno que los recién agremiados del
SUTERM se enteren que las cantidades aportadas por los cefeístas,
durante 40 años, se actualizaron a través del histórico de las tasas de
interés, emitidas por el Banco de México tal y como lo dispusieron los
tribunales colegiados que instruyeron a la Junta Federal de Conciliación
y Arbitraje para que condenara al SUTERM y a la CFE al pago y
cumplimiento de las prestaciones ejercidas por 8 mil 600 reclamantes
ante la Junta Especial 5 de la Junta Federal de Conciliación y
Arbitraje, desde agosto del 2012, pero hasta la fecha los ancianos ex
trabajadores siguen sin recibir el justo pago de sus ahorros.
Por eso, es sano y altamente
recomendable que las nuevas generaciones de electricistas relean la
historia de la Tendencia Democrática de Rafael Galván, ya que sus
postulados ahora cobran vigencia ante los embates orquestados no sólo en
su contra sino de toda la clase trabajadora, por cuya unidad siempre
luchó este líder ejemplar, en torno de cuya figura, hace 40 años, miles y
miles de voces coreaban por las calles: “¡SUTERM seguro, a los charros dales duro!”.
Martín Esparza Flores
Contralínea 494 / del 27 de Junio al 02 de Julio 2016
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