Declaración de Montevideo
Convocados a discutir y analizar la realidad del sistema y los recursos energéticos en Latinoamérica y el Caribe, en el marco de cumplirse 68 años de AUTE (Agrupación de Funcionarios de UTE - Uruguay), los días 21 y 22 de abril de 2017 los sindicatos SINTRAELECOL (Colombia), UTIER (Puerto Rico), SME (Mexico), SITRANDE (Paraguay), FUP (Brasil), FENTECH (Chile), FETERA (Argentina), ASDEICE (Costa Rica), SUTS (Uruguay), FANCAP (Uruguay) y AUTE (Uruguay) participamos del “ENCUENTRO INTERNACIONAL DE TRABAJADORES DE LA ENERGÍA” donde abordamos a las siguientes conclusiones, las mismas las presentamos como insumo para la necesaria e imprescindible tarea de la clase obrera de pensar y construir alternativas al sistema imperante. Con una profunda vocación internacionalista y solidaria, apegados a los más profundos conceptos de independencia de clase, asumimos nuestra responsabilidad como trabajadores de un sector estratégico como es el energético.
Atravesamos una etapa histórica en donde a los trabajadores nos toca afrontar los efectos de una nueva ofensiva del capital a escala mundial, donde al incremento intensivo y extensivo de la expoliación económica se suma la consolidación de la acumulación por desposesión. En el mundo entero esta ofensiva se presenta con la súper explotación de inmensas mayorías de trabajadoras y trabajadores y muestra su cara más cruda en las distintas guerras que se desarrollan provocando catástrofes humanitarias y en la que todo el trasfondo es la apropiación y control de los recursos naturales y energéticos de los pueblos.
Sobre los pueblos Latinoamericanos y Caribeños se cierne el avance del capital imperando sobre el trabajo, donde los grandes intereses capitalistas buscan la retracción de conquistas y avances conseguidos por los trabajadores con inmensos sacrificios. Es así que existe una disputa manifiesta por la infraestructura pública y los recursos.
Las disputas territoriales en el continente han puesto en la mira a las organizaciones obreras, tal es el caso de la feroz arremetida contra los trabajadores Mexicanos organizados en el SME que con un enorme sacrificio se han levantado de los golpes, pero también recae sobre comunidades indígenas y campesinas, desplazándolos muchas veces en forma forzosa para acceder a territorios ricos en recursos. Nuestro continente cuenta hoy con importantes recursos naturales y energéticos que son necesarios para que el patrón de acumulación se mantenga y las relaciones de dominación se perpetúen.
Hoy las formas de propiedad que no se condicen plenamente con los intereses del capital son objeto de desarticulación y ataque, es así como vemos retroceder la propiedad estatal y pública mediante una estrategia combinada de apropiación directa, retracción de la inversión pública, deslegitimación social, abandono estatal de la innovación tecnológica, etc.
Se torna impostergable para los trabajadores posicionar una visión alternativa y contra hegemónica que enfrente decididamente las privatizaciones y el modelo de desarrollo impuesto.
Es necesario reafirmar el carácter de derecho humano del acceso a la energía y por lo tanto el carácter de bien público de los recursos energéticos.
La lucha ideológica y cultural es imprescindible, ya que el capital impone sobre la conciencia colectiva la lógica del lucro y la mercantilización. De usuarios de servicios públicos se impuso el pasaje a la lógica de clientes de sendos negociados, desplazando el problema de la disputa del control social de los servicios por el funcionamiento empresarial.
Hoy los trabajadores nos encontramos ante el desafío de internacionalizar nuestras luchas, ya que el proceso de globalización capitalista construye entramados supranacionales para imponer condiciones de dominación a los países dependientes.
Nuestro continente es rico en recursos y por lo tanto está permanentemente en la mira del imperialismo, en ese sentido reivindicamos la concepción de soberanía sobre los mismos, en particular declaramos nuestro total respaldo al pueblo Brasileño y su soberanía sobre el PRESAL ,una de las mayores reservas mundiales de recursos hidrocarburíferos. En el mismo sentido reivindicamos el derecho de los pueblos sobre los reservorios de agua dulce existentes en nuestro continente.
Como pueblo necesitamos colocar el acceso a la energía en la órbita de los derechos humanos, sin acceso a la energía en condiciones de seguridad, calidad, y sustentabilidad no hay posibilidades de desarrollar una vida con condiciones adecuadas. Sin el acceso a la energía no hay posibilidades de usufructuar y acceder al conjunto de derechos humanos básicos.
Esta concepción se da de bruces con la lógica mercantil que sitúa a la energía en el marco del negocio.
El Capital se abre paso inclusive a través del apoderamiento de planteos históricos de los trabajadores, en ese sentido ha utilizado el discurso de las energías renovables para enmascarar el enajenamiento del servicio público. Es de destacar el caso de Uruguay, donde el cambio en la matriz energética se ha dado a través del avance de la propiedad privada en el sector de la generación.
La disputa ideológica y política debe de contrarrestar la enajenación de recursos y patrimonio amparados en el control de las energías renovables, un camino que se presenta como sustancial a desarrollar es el de la disputa material de dicha tecnología. Para eso es necesario avanzar en iniciativas como la desprivatización de la infraestructura o incluso el fomento de experiencias participativas de cooperativización popular de la generación de energía eléctrica a través de fuentes renovables.
El involucramiento de los usuarios en el sistema eléctrico significa una vertiente más de lucha por recuperación de los bienes comunes que el capital le ha arrebatado a los pueblos.
El patrimonio estatal y público hoy está bajo amenaza, tal es el caso del ente estatal uruguayo ANCAP (Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland) que está siendo víctima de la desarticulación de su producción cementera. Este ENCUENTRO INTERNACIONAL DE TRABAJADORES DE LA ENERGÍA respalda en su totalidad las acciones emprendidas por los trabajadores y manifiesta su total solidaridad con el sindicato FANCAP.
Los trabajadores de la energía debemos de desarrollar acciones consecuentes en defensa de los intereses de los usuarios, y esto no puede impulsarse sin la construcción de espacios de participación y discusión popular que promuevan el empoderamiento de los usuarios sobre las distintas aristas del servicio público de energía eléctrica. La alianza de los trabajadores de la energía con los usuarios no solamente que es necesaria sino que es de carácter estratégico. Incorporar a nuestra acción programática la participación política de los trabajadores y usuarios en la gestión de los servicios públicos se presenta como una necesidad histórica, participando activamente en la discusión y definiciones de rumbos estratégicos de las empresas públicas, la gestión de los servicios, y la planificación económica.
Como orientación estratégica, ubicamos la lucha por la conquista de una tarifa social con mejora en los servicios en los distintos insumos energéticos (Electricidad, Combustibles, Gas, GLP, etc.). Esto no solamente se sustenta en la necesidad de avanzar en la lucha por la redistribución de la riqueza sino que es a su vez una materialización del concepto central que la energía es un derecho humano.
El avance de la explotación capitalista requiere respuestas contundentes por parte de nuestra clase, es de esta forma que los trabajadores Brasileños están convocando a un PARO GENERAL NACIONAL el próximo 28 de abril de 2017 contra las reformas laborales y de seguridad social impulsadas por el gobierno ilegítimo impuesto por la oligarquía brasileña y el gran capital.
En el mismo sentido, la lucha del pueblo Chileno contra las AFP, sistema jubilatorio y de seguridad social regresivo para el pueblo, marca el camino en la necesidad de enfrentar esta durísima iniciativa antiobrera del capital que tuvo en Chile sus experiencias iniciales.
La soberanía como principio fundamental alcanza el reclamo histórico de reafirmar la independencia política, social y económica del pueblo de Puerto Rico, donde el pensamiento y la acción colonialista de los EE.UU. sigue pisando fuerte. Al pueblo de Puerto Rico se le ha impuesto una deuda pública por más de 72 mil millones de dólares por los diferentes gobiernos que han administrado la colonia durante los pasados 40 años. Deuda que el país no puede pagar a consecuencia de la crisis económica creada por el sistema económico. Como medida para garantizar el pago de la deuda el Congreso de los Estados Unidos le impuso para la cláusula territorial una Junta de Control Fiscal para supervisar y velar por el cumplimiento de planes fiscales de austeridad dirigido única e inclusivamente para garantizar el cobro de la deuda.
El gobierno de Puerto Rico como facilitador del cobro de una deuda que además de odiosa tiene vicios de ilegalidad se ha negado a auditar la misma, en adición ha presentado legislación para imponer una reforma laboral en todos los convenios colectivos con el fin de llevar a los trabajadores a la miseria. Por otro lado se presenta una reforma de privatización de los haberes públicos y de la generación de energía del país. La UTIER en defensa de los derechos de los trabajadores y en contra de las propuestas de privatización ha decretado un paro de labores de 24 horas el próximo 1 de mayo, partiendo que este día tan emblemático para los trabajadores a nivel mundial no es reconocido en los territorios de los EEUU.
Los sindicatos abajo firmantes nos proponemos darle continuidad a los procesos de integración política y organizativa que la actual etapa histórica requiere, y en tal sentido avanzaremos en coordinación de actividades y acciones que propendan a la materialización de las orientaciones emergentes de este ENCUENTRO INTERNACIONAL DE TRABAJADORES DE LA ENERGÍA.
Construir resistiendo es el rumbo, porque los recursos energéticos son un bien común y acceder a ellos es un derecho humano.
Montevideo, 22 de abril de
2017
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